Derechos del Niño

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Derechos del Niño

Comisión de Derechos Humanos 54º período de sesiones Tema 20 del programa provisional

13 February 1998

[13 de febrero de 1998]

Abuso sexual de los niños dentro de la familia

La Comunidad Internacional Baha'i acoge con agrado la aprobación de la resolución 1997/78 de la Comisión, la cual aborda una amplia variedad de condiciones que afectan a los niños a través de todo el mundo. La resolución, al igual que la Declaración y Programa de Acción de Viena, hace un llamado para que se fortalezcan, a un nivel nacional e internacional, los mecanismos y programas concebidos para combatir la explotación y el abuso de los niños. En agosto de 1996, el Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de los Niños (en adelante, el Congreso Mundial) enfocó la atención mundial hacia una de las formas más viles de abuso hacia los niños, la explotación sexual.

En la presente declaración, quisiéramos enfocar nuestra atención en el abuso sexual de los niños que tiene lugar dentro de la familia; éste, el Grupo de Trabajo sobre las Formas Contemporáneas de Esclavitud (en adelante, el Grupo de Trabajo) lo ha descrito como "una forma moralmente abominable de la esclavitud" (E/CN.4/Sub.2/1997/13, recomendación 13). El abuso sexual de los niños que ocurre en el seno familiar hace estragos en todas las regiones del mundo, en todos los estratos económicos y sociales, y en toda clase de familias. Dicho abuso destruye el respeto tanto hacia la persona en sí como hacia los demás. Cuando el abuso ocurre dentro de la familia, que es donde se forma el concepto básico del niño mismo, es precisamente donde el daño es especialmente devastador, ya que inhibe el reconocimiento por parte del niño de su fundamental nobleza como ser humano, y obscurece la percepción del niño de aquello que le lleva a su avance o a su degradación. El abuso sexual por parte de los familiares predispone a la persona a una vida no sólo como víctima, sino frecuentemente como perpetrador de abuso también. Dicho abuso destruye los verdaderos cimientos de la sociedad ‑la familia‑ y restringe la habilidad que la persona tiene para contribuir al bienestar de la sociedad. Por lo tanto, el abuso sexual dentro de la familia tiene consecuencias transcendentales, tanto para los individuos implicados como para la sociedad.

El establecimiento y la subsiguiente puesta en práctica de los castigos apropiados según la gravedad de los delitos constituiría un paso importante y un factor disuasivo para los abusadores potenciales. Tales acciones comunicarían de forma inequívoca la intención del gobierno de velar por el derecho de todo niño a estar seguro dentro de su propio hogar. Nosotros, por lo tanto, estamos de acuerdo con la recomendación del Grupo de Trabajo de que los gobiernos "tomen las medidas necesarias para castigar severamente a los perpetradores de este delito sumamente nefasto" (E/CN.4/Sub.2/1997/13, recomendación 13, párr. 3). Al mismo tiempo, creemos que la solución definitiva de este problema no radica tanto en los castigos que se impongan sino en la prevención del mismo. Opinamos que es a través de la educación apropiada y el fortalecimiento de la integridad familiar, que se puede reducir de forma eficaz y a largo plazo el número, tanto de víctimas como de perpetradores.

La importancia, que revisten tanto la educación como las familias sanas en la protección de los niños, se ve reflejada en numerosos informes y estudios de las Naciones Unidas sobre este tema. En su declaración, el Congreso Mundial enumera los factores que contribuyen a la explotación sexual de los niños, entre los que se encuentran "las familias disfuncionales, [y] la falta de educación" (párr. 6). El informe de la Relatora Especial sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía observa que "La vulnerabilidad de los niños reside principalmente en las circunstancias... como la pertenencia a familias marginadas y/o rotas" (E/CN.4/1997/95, párr. 12). El Programa de Acción adoptado por la Comisión de Derechos Humanos en 1992 [1]/, asigna un capítulo entero al tema de la educación, y la Agenda de Acción del Congreso Mundial adoptada en 1996 (cap. 3, Prevención, párrs. a) a h)), tiene como enfoque la educación como medida preventiva importante. Además, el Grupo de Trabajo recomienda que los organismos encargados de vigilar el acatamiento de los tratados sobre los derechos humanos de las Naciones Unidas, presten especial atención a los artículos relacionados con estas dos áreas cuando examinen los informes de las partes firmantes de los Estados [1]/.

Los estudios demuestran que el abuso sexual trasciende todos los estratos educacionales, lo cual sugiere que la educación que es sólo académica no es suficiente para disuadir el abuso. Es por lo tanto importante determinar qué tipo de educación pudiera prevenir el abuso sexual de los niños. La Convención sobre los Derechos del Niño declara que la educación del niño, que tiene lugar tanto en la escuela como en el hogar, deberá estar encaminada a "desarrollar la personalidad [y] las aptitudes... del niño hasta el máximo de sus posibilidades" (art. 29, 1 a)). Según el Programa de Acción adoptado por la Comisión de Derechos Humanos en 1992 la educación debe inculcar "... valores tales como el amor propio" (anexo, párr. 21 b)). Creemos que para que la educación sea eficaz ésta debe capacitar la inculcación de conocimientos no sólo para asegurar la adquisición de datos, aptitudes y la habilidad de raciocinio, sino también para promover el reconocimiento del carácter espiritual de la humanidad, con todas sus consecuencias para el bienestar moral de la sociedad. Desde el punto de vista de la Comunidad Internacional Baha'i, por lo tanto, la educación debe procurar descubrir y desarrollar los talentos singulares de cada niño a la vez que cultiva en el niño el deseo y la capacidad de ser un miembro responsable y dedicado de la familia y la sociedad en general.

Además de conocimientos y aptitudes, todos los tipos de educación transmiten también valores y creencias, ya sea consciente o inconscientemente. Se deberían examinar los sistemas educacionales imperantes y los planes de estudio para ver cuáles son los valores implícitos que imparten y deben volverse a diseñar para enseñar tales principios como la confiabilidad, honradez, solidaridad, cooperación, la unidad del género humano y la igualdad de derechos para la mujer y el hombre. Creemos que este último tiene consecuencias profundas para la vida doméstica y social y, una vez que todos los miembros de la familia lo acepten, podría llegar a ser una potente fuerza disuasoria del abuso sexual dentro del seno familiar.

Teniendo en cuenta los cambios que tienen que realizarse dentro del ámbito de educación formal, es importante recordar que la educación tiene lugar en la familia también. Las actitudes y conductas que se aprenden en el seno de la familia repercuten en la sociedad en general, y se llevan desde el hogar al lugar de trabajo y al mundo de la política. Por lo tanto hay que prestar gran atención en idear formas de diseminar información usando los métodos y medios más eficaces, para así conocer cuáles son los patrones de comportamiento que tienen lugar en la familia que conducen a la disfunción y que afectan gravemente el bienestar de los miembros de la familia, en especial los niños.

Una herramienta importante para crear y mantener la viabilidad familiar es la consulta, que comprende a todos los miembros de la familia ‑madre, padre e hijos, así como a otros miembros de la casa. En realidad, la consulta es un vehículo ideal para buscar los puntos de vista del niño sobre todos los asuntos que le conciernen, tal como lo estipula la Convención sobre los Derechos del Niño. Las Escrituras baha'is recomiendan la consulta familiar usando la discusión franca y plena, alentada por la conciencia de la necesidad de observar la moderación y el equilibrio como una panacea para el conflicto doméstico [1]/. Tan valiosa es la consulta para resolver problemas en grupo y establecer nuevos métodos de interacción basados en la igualdad y el respeto mutuo, que parte de la educación de cada niño debería comprender la formación de las aptitudes y habilidades que se requieren para consultar de manera eficaz.

En conclusión, se necesitan campañas de educación pública para proclamar el derecho de los niños de estar seguros en sus propios hogares y para alentar tanto a los abusadores como a las víctimas a buscar ayuda. La discusión amplia de este problema, sus causas, consecuencias y remedios ayudaría a levantar el velo de sigilo y vergüenza que rodea el tópico del abuso sexual dentro de la familia, lo cual impide que muchas personas busquen ayuda. Por lo tanto, instamos que todos los medios, incluso los de comunicación, se usen para despertar la conciencia del público sobre la necesidad de acabar con el abuso sexual de los niños, especialmente cuando ocurre dentro del seno familiar.

[i]/   Resolución 1992/74, anexo, párrafos 18 a 23, en los que se recomienda metas educaciones como: "hincapié especial en las niñas", "los esfuerzos en materia de educación deben fundarse en principios de ética universalmente reconocidos, en particular el derecho a la integridad de la familia".

 

[i]/   E/CN.4/Sub.2/1997/13, recomendación 13, párrafo 7, menciona el artículo 13, párrafo 1, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en el cual se estipula que "la educación debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad".

 

[i]/   Casa Universal de Justicia, citada en Baha'i Marriage and Family Life: Selections from the Writings of the Baha'i Faith, pág. 36.