El Papel de la Religión en el Desarrollo Social

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El Papel de la Religión en el Desarrollo Social

Comentarios al borrador de la Declaración y Programa de Acción para el desarrollo social. Presentado por la Comunidad Internacional Baha'i durante la segunda reunión del Comité Preparatorio para la Cumbre Mundial sobre el Desarrollo Social

New York—24 August 1994

New York, New York
22 Agosto- 2 Septiembre 1994

"La religión"-afirma Bahá'u'lláh- "constituye el medio más potente para el establecimiento del orden y la tranquilidad de cuantos habitan en la Tierra".

La religión ejerce un influjo poderoso en todas las sociedades. A lo largo de la historia, ha demostrado ser la fuerza principal desencadenante del progreso social, fuerza que motiva a las personas a que desarrollen cualidades espirituales y que hace posible que éstas se sacrifiquen por sus semejantes y por el mejoramiento de sus comunidades.

Los principios espirituales y universales que atesora la religión -la tolerancia, la compasión, el amor, la justicia, la humildad, el sacrificio, la honradez, la unidad y la entrega al bienestar de los demás- son la base de toda civilización progresiva.

Al mismo tiempo, también debe reconocerse que a lo largo de todas las épocas la perversión de la religión ha sido la causa fundamental de la desintegración social, la intolerancia, el odio, el sexismo, la pobreza, la opresión y la guerra. A decir verdad son muchos los problemas actuales, aparentemente insolubles -entre los que cabe incluir no pocos de los reseñados durante el curso de la Cumbre Social-, cuya raíz se remonta al mal uso y corrupción de la autoridad religiosa.

Así pues, es evidente si la religión ha de hacer frente a los múltiples desafíos que la apremian, ella misma debe estar limpia de ignorancia, prejuicios y animosidades.

Tras abandonar toda tendencia a promover una salvación puramente personal o limitada al grupo, la religión debiera recalcar que el bienestar y la realización espiritual de la persona están estrechamente ligados al progreso de la comunidad mundial entera. Los valores de servicio y compromiso activo con la justicia y la unidad hacen que la religión pueda convertirse en una fuerza enormemente positiva en cuestiones de desarrollo social.

Por consiguiente, la Comunidad Internacional Baha'i insta a que la Declaración y el Programa de Acción planteen de forma cabal el papel constructivo que le cumple desempeñar a la religión en materia de desarrollo social.