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Por encima de las reformas legales: Cultura y capacidad en la erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas

Por encima de las reformas legales: Cultura y capacidad en la erradicación de la violencia contra las mujeres y las niñas

New York—2 July 2006

Julio de 2006

En gran medida, la condición social de las mujeres y de las niñas ha mejorado significativamente durante los últimos 50 años. Han alcanzado mayores tasas de alfabetización y educación, ha crecido su ingreso per cápita, y han ascendido a cargos destacados en las esferas profesional y política. Además, extensas redes locales, nacionales y mundiales han logrado poner en la agenda mundial y han catalizado la creación de mecanismos legales e institucionales para abordar estas preocupaciones. A pesar de los avances positivos, en todos los rincones del mundo continúa causando estragos una epidemia implacable de violencia dirigida contra mujeres y niñas, que se perpetúa por normas sociales, fanatismo religioso y condiciones políticas y económicas de explotación. A medida que la comunidad internacional se empeña por poner en práctica leyes que protejan a las mujeres y a las niñas, es evidente que una enorme brecha separa aún el aparato legal y la idiosincrasia, —materializada en nuestros valores, conducta e instituciones— necesaria para detener la epidemia.

La alarmante violencia contra las mujeres y niñas tiene lugar con un telón de fondo de dos procesos simultáneos que caracterizan la condición mundial actual. El primero es un proceso de desintegración, el cual manifiesta en todos los continentes y en cada una de las esferas de la vida humana la impotencia de instituciones desgastadas, doctrinas obsoletas y tradiciones desacreditadas, y conduce al caos y declinación en el orden social. El deterioro de la capacidad de las religiones para ejercer una influencia moral ha dejado una secuela de vacío moral que es llenado por voces extremistas y planteamientos materialistas de la realidad que niegan la dignidad de la vida humana. Un orden económico explotador, que da pábulo a los extremos de riqueza y pobreza, ha empujado a millones de mujeres a una situación de esclavitud económica y les ha negado el derecho a la propiedad, herencia, seguridad física y participación igualitaria en las empresas productivas. Los conflictos étnicos y los estados fracasados han hecho aumentar la cantidad de mujeres emigrantes y refugiadas, hundiéndolas en situaciones de inseguridad física y económica aún mayor. Dentro del hogar y la comunidad, la alta incidencia de violencia en el seno de la familia, el aumento del trato degradante de mujeres y niños, y la propagación del abuso sexual han acelerado este declive.

Junto con este modelo de deterioro, se distingue un segundo proceso constructivo y unificador. Arraigado en la ética de la Declaración Universal de Derechos Humanos y alimentado por una creciente solidaridad en los empeños de las mujeres de todo el mundo, los últimos 15 años han logrado colocar el tema de la violencia contra las mujeres y las niñas en la agenda mundial. El amplio marco legal y normativo desarrollado en este período ha llevado a la atención de una comunidad internacional distraída, la cultura de impunidad en que tales abusos eran tolerados e incluso aprobados. 1993, la histórica Declaración sobre la eliminación de la violencia contra las mujeres por Naciones Unidas definía la violencia como:

Todo acto de violencia basado en la pertenencia al sexo femenino que tenga o pueda tener como resultado un daño o sufrimiento físico, sexual o sicológico para la mujer, así como las amenazas de tales actos, la coacción o la privación arbitraria de la libertad, tanto si se producen en la vida pública como en la vida privada.1

Esta definición contradecía la noción falaz de que la violencia contra las mujeres y las niñas era asunto privado. El hogar, la familia, la propia cultura y tradición ya no eran los árbitros finales de la acción justa al tratarse de violencia contra niñas y mujeres. El posterior nombramiento de un Relator Especial sobre la violencia contra las mujeres proporcionó otro mecanismo más para investigar y llevar a la atención de la comunidad internacional las múltiples dimensiones de esta crisis.

Pese a algunos avances importantes logrados en los últimos quince años, el fracaso del intento de las naciones de reducir la violencia ha puesto en evidencia las limitaciones de un enfoque principalmente “reactivo” y ha ido adoptando el objetivo más amplio de la prevención de la violencia en primer lugar. Desde este nuevo marco, el desafío que tiene la comunidad internacional ahora es cómo crear las condiciones sociales, materiales y estructurales en que las mujeres y las niñas puedan desarrollarse hasta su pleno potencial. La creación de tales condiciones implicará no sólo intentos deliberados de cambiar las estructuras legales, políticas y económicas de la sociedad, sino, lo que es igualmente importante, requerirá la transformación de las personas – hombres y mujeres, niños y niñas – cuyos valores, de distintas maneras mantienen esquemas de comportamiento basados en la explotación. Desde la perspectiva baha'i, la esencia de todo programa de cambio social es el entendimiento de que la persona tiene una dimensión moral o espiritual. Ello perfila la comprensión del propósito de su vida, sus responsabilidades para con la familia, la comunidad y el mundo. Junto con cambios fundamentales que lentamente van tomando forma en la arquitectura legal, política y económica, el desarrollo de las capacidades morales y espirituales de las personas es un elemento esencial en la aún esquiva búsqueda de cómo impedir el abuso de mujeres y niñas en todo el mundo.

La idea de promover costumbres o valores determinados puede causar controversias; muy a menudo en el pasado tales intentos se han relacionado con prácticas religiosas represivas, ideologías políticas opresivas y visiones muy limitadas del bien común. Sin embargo, las capacidades morales, cuando se articulan de forma consecuente con los ideales de la Declaración Universal de Derechos Humanos y apuntan a promover el desarrollo espiritual, social e intelectual de todas las personas, representan un elemento clave del tipo de transformación que una sociedad no violenta necesita que tome forma. Además, tales capacidades deben apoyarse en el principio central, social y espiritual de nuestro tiempo, a saber, la interdependencia e interconexión de la humanidad entera. De esta manera la meta del desarrollo moral se desplaza de las nociones individualistas de “salvación” hasta abarcar el progreso colectivo de toda la raza humana. A medida que nuestra comprensión de los sistemas sociales y físicos del mundo evoluciona para abrazar este paradigma, igualmente debemos desarrollar las capacidades morales requeridas para funcionar éticamente en la época en que vivimos.

¿Cómo se traduce esto en objetivos educacionales? Varias instituciones de educación superior y escuelas baha'is han identificado capacidades morales concretas que ayudan a equipar a los niños y jóvenes para desarrollar destrezas de razonamiento moral y asumir la responsabilidad de contribuir al mejoramiento de sus comunidades. La base de ese currículo tales asignaturas es la creencia de que toda persona es un ser espiritual con un potencial ilimitado para las acciones nobles, pero para que ese potencial se manifieste debe cultivarse conscientemente mediante un programa que armonice con esta dimensión humana fundamental. Las capacidades morales identificadas por instituciones educativas baha'is incluyen las siguientes: participar eficazmente en la toma de decisiones colectivas no confrontativas (esto incluye la transformación de modelos basados en la explotación mediante el uso de la fuerza y falsamente arraigados en la idea de que el conflicto es una de las bases principales de la interacción humana); actuar con rectitud de conducta basada en principios éticos y morales; cultivar el sentido de dignidad y valor propios; tomar la iniciativa en forma creativa y disciplinada; comprometerse con actividades educativas empoderadoras; crear una visión de futuro deseado basada en valores y principios compartidos, e inspirar a otros para que trabajen por su cumplimiento; entender las relaciones basadas en la dominación y contribuir a su transformación hacia relaciones basadas en la reciprocidad y el servicio. De esta forma, el programa trata de desarrollar a la persona integralmente, aunando lo espiritual y lo material, lo teórico y lo práctico y el sentido de progreso personal con el de servicio a la comunidad.

Si bien tales valores pueden enseñarse en las escuelas, el ambiente familiar es donde los niños crecen y generan perspectivas sobre ellos mismos, el mundo y el propósito de la vida. En la medida que una familia no atiende las necesidades fundamentales de los hijos, en esa misma medida se verá abrumada la sociedad con las consecuencias del descuido y el abuso y sufrirá sobremanera de las condiciones resultantes de apatía y violencia. En la familia, la niña aprende acerca del poder y de su expresión en las relaciones interpersonales; es aquí donde por primera vez aprende a aceptar o rechazar el dominio y violencia autoritarios como medio de expresión y resolución de conflictos. En este ambiente, la amplia violencia cometida por hombres contra mujeres y niñas constituye un ataque al elemento fundamental de la comunidad y la nación.

El estado de igualdad en la familia y en el matrimonio requiere una capacidad cada vez mayor de integrar y unir en lugar de separar e individualizar. En un mundo que está cambiando muy rápidamente, en el que las familias sufren las insoportables presiones de inestables trastornos ambientales, económicos y políticos, asume importancia suprema la capacidad de mantener la integridad del lazo familiar y de preparar a los hijos como ciudadanos de un mundo complejo que se contrae. Por lo tanto, es imperioso ayudar a los hombres en su papel de padres a entender sus responsabilidades en la familia por encima del bienestar económico, lo cual incluye dar un ejemplo de relaciones sanas entre hombres y mujeres, de autodisciplina e igual respeto por los miembros varones y mujeres de una familia. Este es un papel complementario al de la madre, que es la primera educadora de sus hijos y cuya felicidad, sentido de la seguridad y autovaloración es esencial para su capacidad para actuar eficazmente como progenitora.

Lo que los hijos aprenden en el seno familiar es confirmado o bien contradicho por las interacciones y valores sociales que dirigen su vida comunitaria. Todos los adultos de la comunidad, ya sean educadores, trabajadores de la salud, empresarios, representantes políticos, jefes religiosos, funcionarios policiales, profesionales de los medios de comunicación u otros, comparten responsabilidades en la protección de los niños. Sin embargo, en muchísimos casos la red protectora de la vida comunitaria aparece rasgada irreparablemente: se trafica con millones de mujeres y niñas cada año, sometiéndolas a prostitución forzada y condiciones semejantes a la esclavitud; las trabajadoras emigrantes afrontan una doble marginalización como mujeres y como emigrantes, y sufren abuso mental, físico y económico a manos de sus empleadores en una economía irregular; la violencia contra las ancianas, cuyo número ha aumentado y que a menudo carecen de los recursos para protegerse a sí mismas, ha aumentado notablemente; la pornografía infantil se ha extendido como un virus que sacia el apetito de un mercado global sin reglas ni excepciones; en muchos países, incluso el acto de acudir a la escuela expone a las niñas a un tremendo riesgo de abuso físico y sexual. Exacerbando las condiciones provocadas por estados débiles y la no aplicación de la ley, está el profundo dilema moral que obliga a la comunidad a preguntarse: ¿qué induce a un individuo a explotar la vida y dignidad de otro ser humano? ¿Qué capacidad moral fundamental han dejado de cultivar la familia y la comunidad?

En todo el mundo, las religiones tradicionalmente han desempeñado un papel determinante en el cultivo de los valores de una comunidad. Mas hoy en día muchas voces que se alzan en nombre de la religión constituyen el obstáculo más formidable para erradicar conductas violentas y explotadoras que se cometen en contra de las mujeres y las niñas. Apelando a la religión en beneficio de su propio poder, los proponentes de interpretaciones religiosas extremas han tratado de “domar” a las mujeres y niñas limitándoles la movilidad fuera del hogar, restringiendo su acceso a la educación, sometiendo sus cuerpos a prácticas tradicionales dañinas, controlando la vestimenta e incluso matándolas para castigarlas por acciones que supuestamente denigraban el honor de la familia. Es la propia religión la que necesita desesperadamente una renovación. Un elemento clave de esa renovación es la necesidad de que los jefes religiosos defiendan inequívocamente el principio de igualdad de hombres y mujeres y se conviertan en sus portaestandartes: un principio moral y práctico que se requiere urgentemente para progresar en las esferas social, política y económica de la sociedad. Hoy día deben examinarse profundamente e inspeccionarse minuciosamente las prácticas y doctrinas religiosas que violen flagrantemente las normas de derechos humanos internacionales, tomando en consideración que todas las religiones contienen las voces de mujeres, que a menudo han estado ausentes de la definición cambiante de lo que es la religión y lo que requiere.

El entorno de la persona, su familia y la comunidad están en último término bajo la protección del Estado; es a este nivel donde se requiere desesperadamente un liderazgo esclarecido y responsable. Sin embargo, la mayoría de los gobiernos continúan sin reconocer como suya la obligación de castigar e impedir la violencia contra las mujeres y niñas y su explotación; muchos carecen de la voluntad política; algunos no asignan recursos suficientes para aplicar las leyes; en muchos países no existen servicios especializados para abordar la violencia contra las mujeres y las niñas; y en casi todos los contextos la labor de prevención se ha limitado a medidas locales de corto plazo2. De hecho, pocos estados pueden afirmar que se ha reducido en lo más mínimo su incidencia global3. Muchos estados continúan ocultándose tras reservas culturales y religiosas ante los tratados internacionales que condenan esta violencia, perpetuando aun más un clima de impunidad legal y moral que hace que sean en gran extremo invisibles la violencia y sus víctimas.

La época del desarrollo de marcos legales debe ser seguida ahora por un hincapié en la puesta en práctica y la prevención. La base de tales medidas es una estrategia arraigada en la educación y formación integral de los niños en una forma que les permita crecer tanto intelectual como moralmente, cultivando en ellos un sentido de dignidad al igual que una responsabilidad por el bienestar de su familia, comunidad y el mundo. Desde un punto de vista presupuestario, la prevención conlleva la adopción deliberada de medidas específicas para cada género para asegurar que se asigne una porción suficiente de recursos a fin de proporcionar servicios sociales accesibles y de ejecución de las leyes. Tales empeños deben reforzarse con definiciones claras de lo que es violencia, así como métodos globales de recolección integral de datos a fin de evaluar los esfuerzos nacionales en esta área y despertar consciencia entre hombres y mujeres acerca de la gravedad y predominio de violencia que se da en su comunicad.

La comunidad internacional, pese a su importante liderazgo en este tema mediante la Declaración de 1993, su reconocimiento de la violencia contra las mujeres y las niñas como un “obstáculo para el logro de igualdad, desarrollo y paz” y la labor del Relator Especial, ha estado dividida y ha sido tarda en poner sus palabras en práctica. En 2003, la falta de acción fue puesta de relieve en las reuniones de la 47ª sesión de la Comisión de Naciones Unidas sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer, la cual, por primera vez en la historia de la Comisión, resultó ser incapaz de llegar a un conjunto de conclusiones acordadas acerca de la violencia contra la mujer. En este caso, se usaron argumentos basados en la cultura y la religión en un intento de eludir las obligaciones de los países, que están descritas en la Declaración de 1993. Por tanto, es imperioso que en futuras reuniones de la Comisión se adopte un lenguaje decisivo en cuanto a la eliminación de la violencia contra las mujeres y las niñas como conclusiones acordadas, imprimiendo no sólo el tono legal sino moral que corresponda a esta epidemia mundial.

A fin de cumplir sus numerosos compromisos, la comunidad internacional necesita aumentar drásticamente el poder, la autoridad y los recursos dedicados a los derechos humanos de la mujer, la igualdad de género y el empoderamiento de las mujeres. La Comunidad Internacional Baha'i participa en las discusiones que sugieren crear un organismo autónomo de Naciones Unidas con un mandato amplio dedicado a toda la gama de los derechos e intereses de las mujeres. Dichas discusiones derivan de la Plataforma de Beijing para la Acción, el Programa de Trabajo de El Cairo y la Convención sobre la eliminación de todas las formas de discriminación contra la mujer y aseguran que la perspectiva de derechos humanos se integre completamente en todos los aspectos de la labor de Naciones Unidas. Para garantizarles una voz a las mujeres a los más altos niveles de toma de decisiones en Naciones Unidas, dicho organismo debiera ser conducido por un director con la categoría de Subsecretario General. Para desempeñar eficazmente su mandato, la institución requiere una presencia nacional suficiente al igual que expertos independientes en derechos de las mujeres como parte de su cuerpo gubernativo.

De todos los niveles de la sociedad deben surgir esfuerzos para erradicar la epidemia de violencia contra las mujeres y las niñas y deben ser reforzados por todos esos niveles, desde el individuo hasta la comunidad internacional. Sin embargo no deben limitarse a reformas institucionales y legales, pues éstas se aplican solo al delito manifiesto y son incapaces de generar los profundos cambios necesarios para crear una cultura en que imperen la justicia y la equidad por encima de la vehemencia del poder autoritario y la fuerza física. De hecho, la dimensión interior y exterior de la vida humana son recíprocas: ninguna puede reformarse sin la otra. Esta dimensión interior, ética y moral es la requiere ahora una transformación pues, en último término, es la que proporciona la base más segura para los valores y el comportamiento que hacen surgir a las mujeres y las niñas y, así, promueve el avance de toda la humanidad.

Notas

  1. Asamblea General de las Naciones Unidas resolución 48/104 del 20 de diciembre de 1993. Declaración sobre la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres, Artículo 2. Documento UN A/RES/48/104.
  2. División de las Naciones Unidas para el Avance de la Mujer (2005). Informe de la Reunión del Grupo de Expertos:

    Buenas prácticas cuando se combate y se elimina la violencia contra las mujeres. 17-20 de mayo de 2005, Viena Austria. http://www.un.org/womenwatch/daw/egm/vaw-gp-2005/docs/FINALREPORT.goodpractices.pdf

  3. Ibíd.

 

Una misma sustancia: Crear Conscientemente una Cultura Mundial de Unidad

Una misma sustancia: Crear Conscientemente una Cultura Mundial de Unidad

Exposición escrita presentada por la Comunidad Internacional Baha'i en la Conferencia Mundial contra el Racismo, la Discriminación Racial, la Xenofobia y las Formas Conexas de Intolerencia; publicada como documento oficial de las Naciones Unidas (A/CONF.189/10/Add.2) en inglés, francés y español en relación con el tema 9 del programa provisional.

Durban, Sudafrica—31 August 2001

Durban, Sudáfrica
31 de agosto al 7 de septiembre de 2001

El racismo se origina no en la piel, sino en la conciencia de las personas. En consecuencia, los remedios dirigidos a atajar los prejuicios raciales, la xenofobia y la intolerancia han de abordar primero y ante todo las ilusiones mentales que durante tantos milenios han dado lugar entre los pueblos a los falsos conceptos de superioridad e inferioridad.

En la raíz de todas las formas de discriminación e intolerancia se encuentra la creencia errónea en que la humanidad se compone en cierto modo de razas, pueblos o castas separadas o diferenciadas, y que dichos subgrupos poseen de forma innata diferentes capacidades intelectuales, morales o físicas a las que a su vez se recurre para excusar formas de trato diferenciado.

La realidad es que sólo existe una raza humana. Somos un solo pueblo que habita el planeta tierra, una sola familia humana unida por un destino común, una sola entidad creada de una misma sustancia, obligada a "ser como una sola alma".

El reconocimiento de esta realidad constituye el antídoto contra el racismo, la xenofobia y la intolerancia en todas sus formas. De acuerdo con ello, debería constituirse en principio rector de las discusiones, deliberaciones y resultado final de la Conferencia Mundial contra el Racismo.

Comprender este hecho de forma cumplida permitiría impulsar a la humanidad no sólo más allá del racismo, el prejuicio racial y étnico, y la xenofobia, sino también superar las nociones intermedias de tolerancia o multiculturalismo -conceptos importantes y que constituyen pasos importantes hacia la meta tan ansiada de que la humanidad alcance a construir un mundo pacífico, justo y unificado, pero que son insuficientes para la erradicación de tan arraigados flagelos como son el racismo y sus acompañantes.

El principio de la unidad de la raza humana toca una fibra sensible en lo más hondo del espíritu humano. No se trata de una forma más de plantear el ideal de la hermandad o de la solidaridad. Tampoco de una consigna o de una vaga esperanza. Antes bien, refleja una realidad eterna espiritual, moral y física que ha adquirido mayor relieve con la llegada colectiva de la humanidad a su madurez en el siglo XX. Emerge de manera tanto más visible cuanto que, por primera vez en la historia, resulta posible para todos los pueblos del mundo percibir su interdependencia y volverse conscientes de su totalidad.

La realidad de la unidad humana está plenamente avalada por la ciencia. La antropología, la fisiología, psicología, sociología, y, más recientemente, la genética, con su decodificación del genoma humano, demuestran que existe una sola especie humana, si bien infinitamente variada en sus aspectos vitales secundarios. Asimismo, las grandes religiones mundiales sostienen este mismo principio, por más que sus seguidores, a veces, hayan prestado oídos a las ideas falaces de superioridad. Todos los Fundadores de las grandes religiones mundiales han prometido que habrá de llegar un día en que la paz y la justicia prevalecerán y en el que toda la humanidad quedará unida.

La actual toma de conciencia de la unidad colectiva de la humanidad ha cobrado cuerpo tras un proceso histórico en el que las personas se han fundido en unas unidades mayores. Tras el tránsito habido desde el clan, pasando por la tribu, la ciudad-estado y la nación, el siguiente paso inevitable que ha de dar la humanidad lo constituye la creación nada menos que de una civilización global. En esta nueva civilización global todas las personas y pueblos son partes integrantes de un solo gran organismo: la propia civilización humana. Tal como afirmó Bahá'u'lláh hace más de 100 años, "la Tierra es un solo país y la humanidad sus ciudadanos".

Además, tal como se explica en los escritos baha'is, la unidad de la humanidad "implica un cambio orgánico en la estructura de la sociedad contemporánea, un cambio tal como el mundo jamás ha experimentado (...) requiere nada menos que la reconstrucción y desmilitarización de todo el mundo civilizado y, un mundo orgánicamente unificado en todos los aspectos esenciales de su vida, su maquinaría política, sus aspiraciones espirituales, su comercio y finanzas, y su escritura e idioma, y no obstante infinito en la diversidad de las características nacionales de sus unidades federadas".

Al considerar los temas de la Conferencia Mundial contra el Racismo, el hecho de plantear correctamente la realidad de la unidad de la humanidad conlleva numerosas repercusiones.

Comporta que cualquier ley, tradición o constructo mental que confiera derechos o privilegios superiores a un grupo de la humanidad sobre otro no sólo es un error moral, sino algo que está reñido con los mejores intereses incluso de quienes en cierta forma se consideran superiores.

Conlleva que los estados-nación, en tanto elementos de construcción de la civilización global, deben guiarse por pautas de derechos comunes y dar pasos activos para purgar de sus leyes, tradiciones y prácticas cualquier forma de discriminación basada en la raza, nacionalidad u origen étnico.

Conlleva que la justicia deba ser el principio rector de la organización social, principio derivado que requiere amplias medidas por parte de los gobiernos, de sus organismos y de la sociedad civil destinadas a afrontar en todos los ámbitos las injusticias económicas existentes. Los escritos baha'is hacen un llamamiento en favor de las aportaciones voluntarias y de medidas oficiales, tales como "la nivelación y la asignación" de la riqueza excesiva, de modo que las grandes disparidades entre los ricos y los pobres se vean eliminadas. Los escritos baha'is también prescriben medidas específicas, tales como el reparto de beneficios y la equiparación del trabajo con la adoración, que promueven la prosperidad económica general entre todas las clases.

Los temas relacionados con la xenofobia y con los problemas contemporáneos de las diásporas minoritarias, la aplicación desigual del derecho de ciudadanía, y los asentamientos de refugiados admiten igualmente un tratamiento más acorde si se examinan a la luz de la unidad de la humanidad y, tal como Bahá'u'lláh indicaba, el concepto de ciudadanía mundial.

Más aún, el principio de la unidad de la humanidad expone como artificial y equívoco cualquier intento que se realice en la actualidad por distinguir entre "razas" o "pueblos". Aunque la herencia racial, nacional o étnica pueden considerarse fuentes de legítimo orgullo e incluso un motor para el desarrollo social positivo, tales distinciones no deberían aducirse como fundamento de nuevas formas de separación o superioridad, no importa cuán sutiles.

A lo largo de los años y en declaraciones dirigidas a Naciones Unidas, la Comunidad Internacional Baha'i ha prestado su apoyo o instado a que se adopten medidas específicas que respalden la unidad de la humanidad en la lucha contra el racismo, incluso:

  • La promoción extendida de campañas educativas internacionales que enseñen la unidad orgánica de la humanidad, instando específicamente a que Naciones Unidas misma facilite tales esfuerzos, contando con los gobiernos nacionales y locales, así como con las organizaciones no gubernamentales.
  • La ratificación más amplia o la adhesión a los tratados internacionales que representan la conciencia colectiva de la humanidad, afín de que contribuyan a la creación de un amplio régimen legal con el que combatir el racismo y la discriminación racial, especialmente el Convenio Internacional para la Eliminación de Todas las Formas de Discriminación Racial.
  • La promoción mundial de la educación en derechos humanos, con vistas a crear una "cultura de derechos humanos".

La Comunidad Internacional Baha'i también ha copatrocinado o participado extensamente en actividades encaminadas a la erradicación del racismo y la discriminación racial. Trabajando sobre todo a través de sus filiales nacionales, las cuales ascienden actualmente a 182, la Comunidad ha patrocinado, por ejemplo, numerosas reuniones públicas, conferencias, programas educativos, artículos de periódico, programas de radio y exposiciones encaminados de forma específica a combatir el racismo.

Por otro lado, valiéndose del espíritu creativo de la participación de las bases, los baha'is de cierto número de países han establecido comités de unidad racial, compuestos por personas de diferentes razas, gracias a los cuales se han desarrollado programas destinados a combatir el prejuicio racial y a crear lazos de respeto mutuo entre los pueblos de diferentes razas de entre sus comunidades locales. Dichos comités se han esforzado por ayudar a los propios baha'is a zafarse de sus propios prejuicios raciales y, por encima de ello, a eliminar el prejuicio racial en el conjunto de la sociedad mediante una intensa colaboración con las autoridades gubernativas, educativas y religiosas. De modo más concreto, las comunidades baha'is de todo el mundo han patrocinado numerosos talleres juveniles que promueven la unidad racial, han organizado miles de actividades como "día de unidad racial", han lanzado campañas de televisión y vídeo para promover la armonía racial, han patrocinando diálogos de unidad racial entre vecinos, y han participado en varias comisiones nacionales para combatir el racismo.

Quienes deseen comprender más en detalle cómo la unidad de la humanidad puede llevarse a la práctica quizá encuentren útil examinar la experiencia de la Comunidad Internacional baha'i, la cual ofrece un modelo de avance continuo en cómo personas tan diversas pueden convivir en armonía y unidad. Con sus más de 5 millones de miembros, la comunidad mundial baha'i está compuesta de personas procedentes prácticamente de todos los orígenes. Más de 2100 grupos raciales y tribales diferentes están representados en ella, al igual que personas procedentes de prácticamente todas las nacionalidades, antecedentes religiosos y clases sociales.

Pese a su gran diversidad, reflejo del conjunto de la población de la tierra, la comunidad mundial baha'i constituye uno de los conjuntos más integrados de población de la tierra. Dicho sentido de unidad va más allá del hecho de compartir una misma teología. Las personas de estos múltiples orígenes han contraído matrimonio entre sí, por ejemplo, algo que promueven las enseñanzas de la Fe baha'i, o bien trabajan en estrecho contacto en sus respectivas comunidades locales baha'is, sirviendo conjuntamente en las instituciones de gobierno de ámbito local y nacional. Un examen detenido de la comunidad mundial baha'i revelará la existencia de un cuerpo sorprendentemente diverso y, pese a ello, singularmente comprometido, un conjunto de personas que se esfuerzan por crear conscientemente una cultura global, un conjunto en el que priman la paz, la justicia y el desarrollo sostenible, y donde no se sitúa a ningún grupo en posición de superioridad.

Los baha'is creen que su propio éxito en la construcción de una comunidad unificada se debe únicamente a su inspiración en las enseñanzas espirituales de Bahá'u'lláh, quien abordó ampliamente la importancia de la unidad, la realidad de la unidad y la necesidad imperiosa de crear una civilización pacífica mundial. Hace más de cien años escribió las siguientes palabras que constituyen una piedra angular de las creencias baha'is:

"¡Oh hijos de los hombres! ¿Acaso no sabéis por qué os hemos creado a todos del mismo polvo? Para que ninguno se enaltezca a sí mismo por encima de otro. En todo momento ponderad en vuestro corazón cómo habéis sido creados. Puesto que os hemos creado a todos de una misma sustancia os incumbe ser como una sola alma, caminar con los mismos pies, comer con la misma boca y habitar en la misma tierra, para que mediante vuestros hechos y acciones se manifiesten los signos de la unicidad y la esencia del desprendimiento desde vuestro más íntimo ser".

UN Document #: A/CONF.189/10/Add.2
 

Descripción de La Comunidad Internacional Baha'i

Descripción de La Comunidad Internacional Baha'i

La Oficina de la Comunidad Internacional Baha'i, en las Naciones Unidas

New York—6 June 2000

HISTORIA DE COOPERACIÓN ACTIVA CON LAS NACIONES UNIDAS

La Comunidad Internacional Baha'i es una organización no gubernamental (ONG) que abarca y representa a la comunidad mundial de la Fe Baha'i, que incluye más de cinco millones de hombres y mujeres de más de 2,100 grupos étnicos y casi toda nacionalidad, nivel económico, oficio y profesión. Hay comunidades baha'is importantes en 236 países y territorios, de los cuales 182 están organizadas como afiliadas nacionales (o regionales) con más de 12,000 comunidades locales organizadas. Como ONG en las Naciones Unidas, la Comunidad Internacional Baha'i es una asociación de cuerpos administrativos nacionales conocidos como Asambleas Espirituales Nacionales.

La Comunidad Internacional Baha'i tiene una larga historia de cooperación con los organismos internacionales. En la Sede de la Liga de las Naciones en Ginebra, una Oficina Internacional Baha'i, establecida en el año 1926, sirvió de base para la participación Baha'i en las actividades de la Liga. En 1945 cuando la Carta de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) fue firmada en San Francisco, estuvieron presentes representantes baha'is. En 1948, la Comunidad Internacional Baha'i se inscribió con las Naciones Unidas como organización internacional no gubernamental (NGO, siglas en inglés) y en 1970 se le otorgó estado consultivo (actualmente llamado estado "especial") con el Consejo Económico y Social (ECOSOC). Llegó a estado consultivo con el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF) en 1976, y con el Fondo de Desarrollo de las Naciones Unidas para la Mujer (UNIFEM) en 1989. Una relación de trabajo con la Organización Mundial de la Salud (WHO) también fue establecida en 1989. A través de los años, la Comunidad ha trabajado estrechamente con el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (UNEP), con la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos, la Organización Educativa, Científica y Cultural de las Naciones Unidas (UNESCO), y el Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (UNDP).

La Comunidad Internacional Baha'i tiene oficinas en las Naciones Unidas en Nueva York y Ginebra así como representaciones ante las comisiones regionales de las Naciones Unidas y otras oficinas en Addis Ababa, Bangkok, Nairobi, Roma, Santiago y Viena. En años recientes una Oficina para el Medio Ambiente y una Oficina para el Adelanto de la Mujer fueron establecidas como parte de su Oficina en las Naciones Unidas.

Una Oficina de Información Pública, basada en el Centro Mundial Baha'i y con una sucursal en París, disemina información sobre la Fe Baha'i por el mundo y publica un noticiero trimestral ONE COUNTRY (UN SÓLO PAÍS) Este noticiero, publicado en inglés, francés, chino, ruso, español y alemán, es distribuido a lectores en más de 170 países. ONE COUNTRY cubre proyectos de desarrollo socioeconómicos, relaciones con el sistema de las Naciones Unidas, así como cuestiones de alcance mundial de interés para quienes toman las decisiones.

OBJETIVOS Y ACTIVIDADES

Las comunidades baha'is en todo el mundo participan en actividades para ayudar a lograr los objetivos enumerados en la Carta de la ONU. Dichas actividades incluyen, pero no son limitadas a, la promoción de la participación a nivel de vecindario en iniciativas de desarrollo sostenibles, el adelanto de la condición de la mujer, la educación de los niños, la prevención del abuso de los narcóticos, la eliminación del racismo y la promoción de la educación en el campo de los derechos humanos. Actualmente las comunidades baha'is alrededor del mundo administran más de 1,600 proyectos, incluyendo 300 escuelas que son propiedad de los baha'is y regentadas por ellos mismos y al menos 400 escuelas ubicadas en pueblos en calidad de tutoría.

La Oficina de la Comunidad Internacional Baha'i ante la ONU coopera como organización no gubernamental (ONG), comparte su experiencia y participa en las sesiones ordinarias de los organismos de la ONU tales como la Comisión de los Derechos Humanos, la Comisión del Estado de la Mujer, la Comisión del Desarrollo Social y la Comisión del Desarrollo Sostenible. Según su informe trimestral más reciente al Consejo Social y Económico de la ONU (ECOSOC), la Comunidad Baha'i participó en aproximadamente 150 reuniones patrocinadas por la ONU entre enero de 1994 y diciembre de 1997 ofreciendo más de 80 declaraciones respecto a una gran gama de temas. La Oficina de la Comunidad Internacional Baha'i ante la ONU también ha participado de lleno, junto con algunos grupos afiliados nacionales, en la reciente serie de conferencias internacionales sobre asuntos de importancia mundial y en actividades paralelas de los organismos no gubernamentales. Dichas conferencias incluyen la Cumbre Mundial del Niño en 1990, la conferencia de la ONU sobre el Medio Ambiente y Desarrollo en 1992 (La Cumbre de la Tierra) en Río de Janeiro, la Conferencia Mundial sobre los Derechos Humanos en Viena en 1993, la Conferencia Mundial sobre las Naciones Insulares Menores en 1994 en Barbados, la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo en 1994 en Cairo, la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social en 1995 en Copenhagen, la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en 1995 en Beijing, la Conferencia sobre la Población Humana (Hábitat II) en 1996 en Estanbul, y la Cumbre sobre la Alimentación en 1996 en Roma. Los foros de las ONG realizadas conjuntamente con estas conferencias de la ONU también ha atraído una participación entusiástica y sustantiva de baha'is de todas partes del mundo.

En sus relaciones con las Naciones Unidas, la Comunidad Internacional Baha'i promueve los principios sobre las cuales se puede construir una paz duradera.

La unidad de la humanidad. El reconocimiento de la unidad de la humanidad es la base para la paz, la justicia y el orden el en mundo. Esto implica un cambio orgánico en la estructura de la sociedad.

La igualdad entre el hombre y la mujer. La emancipación de la mujer es un requisito para la paz. Por cierto, solamente cuando a la mujer se le acepte como copartícipe a la par con el hombre en todos los campos de la actividad humana, se podrá crear el clima moral y psicológico para que pueda sobresalir la paz internacional.

Derechos humanos una norma universal. Los derechos humanos son inseparables de las responsabilidades. Si han de establecerse la paz, el progreso social y la prosperidad económica, deben reconocerse y protegerse los derechos humanos en los ámbitos locales, nacionales e internacionales. Además, se les debe educar a los individuos para que reconozcan y respeten sus derechos propios y los de otros.

La justicia económica y la cooperación. Una visión de la prosperidad humana en el sentido más amplio, es decir, un despertar a las posibilidades del bienestar espiritual y material de todos los habitantes del planeta, ayudará a galvanizar la voluntad colectiva para vencer los obstáculos a la paz como la disparidad desmesurada entre ricos y pobres.

La educación universal. Ya que la ignorancia es la causa principal para la caída y decadencia de los pueblos y de la perpetuación de los prejuicios, no hay nación que pueda llegar al éxito a menos que todos sus habitantes reciban una educación, tanto mujeres como hombres. La educación debe promover la unidad esencial de la ciencia y la religión.

Un idioma auxiliar internacional. A medida que el mundo se haga cada vez más interdependiente, debe adoptarse y enseñarse en las escuelas del mundo entero un idioma y escritura universal auxiliar acordado universalmente como complemento al idioma, o idiomas, de cada país. La adopción de tal idioma mejorará la comunicación entre las naciones, reducirá los costos administrativos y promoverá la unidad entre los pueblos y las naciones.

El derecho a la educación

El derecho a la educación

COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS 56º período de sesiones Tema 10 del programa provisional

Geneva—20 March 2000

El derecho a la educación es, a juicio de la Comunidad Internacional Baha'i, uno de los derechos más importantes enunciados en la Declaración Universal de Derechos Humanos. Tan importante es el derecho a la educación que se detalla en el Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales y en el Pacto Internacional de Derechos Civiles y Políticos. De hecho, la misión de los fundadores de las grandes religiones a través de la historia ha sido educar a la humanidad. La educación es decisiva para el desarrollo del potencial de cada persona y para el disfrute de toda la gama de derechos humanos. Al mismo tiempo, la educación debe servir a la sociedad en conjunto infundiendo a las personas el respeto constante de los derechos de los demás y el deseo de sostener y defender esos derechos.

Por tanto la Comunidad Internacional Baha'i se felicita de que en 1998 la Comisión de Derechos Humanos aceptara la recomendación del Comité de Derechos Económicos, Sociales y Culturales de que nombrara un relator especial cuyo mandato “se centraría en el derecho a la educación” 1/. También nos complace que el mandato del Relator Especial incluya la aplicación “del principio de la educación primaria obligatoria y gratuita para todos” 2/ y que tenga en cuenta “la situación y las necesidades de las niñas” 3/.

Si bien aceptamos que el acceso a la educación es un asunto que merece mucha atención de los Gobiernos y de las organizaciones no gubernamentales, pensamos que el contenido de la educación es de importancia principal. La Declaración Universal de Derechos Humanos dice que el fin de la educación no sólo es “el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad” sino también la promoción de “la comprensión, la tolerancia y la amistad entre todas las naciones y entre todos los grupos raciales, étnicos o religiosos…” 4/. Para lograr estos fines amplios y elevados, la educación debe dirigirse a toda la persona, es decir, debe tratar de desarrollar toda la gama de capacidades humanas – intelectuales, sociales, físicas y espirituales.

Muchos opinan que el fin de la educación se reduce a dar a la persona el poder de alcanzar bienestar y prosperidad materiales, y dan poca importancia a las obligaciones de la persona con los demás y con la humanidad en conjunto.

Este enfoque materialista de la educación seguirá aumentando la disparidad entre los pocos ricos y los muchos empobrecidos – perpetuando las injusticias de la estratificación social y contribuyendo al aumento de la inestabilidad del mundo. En cambio, si la educación material va acompañada de la educación espiritual y el desarrollo moral, será el medio de asegurar el bienestar y la prosperidad de la humanidad en conjunto. En vez de acentuar la competencia, en este momento histórico sería mejor que la educación fomentara las actitudes y conocimientos necesarios para la cooperación, porque la supervivencia misma de la humanidad depende ahora de nuestra capacidad de cooperación y de nuestra dedicación colectiva a la justicia y a los derechos humanos para todos. La capacidad de cooperar con los demás también asegurará que cada vez más personas gocen del derecho a la educación.

Los recientes conflictos europeos son prueba de la incapacidad de la educación material por sí sola de fomentar el respeto de los derechos humanos. La fe baha'i, por principio, da prioridad a la educación espiritual y moral sobre los demás aspectos de la educación. “La buena conducta y el carácter moral elevado deben venir primero”, dicen los escritos baha'ies, “pues si no se forma el carácter, la adquisición de conocimientos será perjudicial. El conocimiento es laudable cuando va unido a la conducta ética y a un carácter virtuoso; de lo contrario es un veneno mortal, un peligro terrible” 5/. La función de la educación moral y espiritual es guiar el uso de las capacidades humanas para bien de todos. Proponemos, por tanto, que el fin de la educación debe ser no sólo la adquisición de conocimientos, sino también la adquisición de cualidades espirituales como la compasión, la fiabilidad, el servicio, la justicia y el respeto de todas las personas.

En el centro del informe de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, “La educación encierra un tesoro” 6/, está la idea enunciada en la Convención sobre los Derechos del Niño de que la educación debe permitir al individuo desarrollar plenamente sus potencialidades 7/. “Considera al hombre como una mina rica en gemas de valor inestimable”. Bahá’u’lláh dice: “Sólo la educación puede revelar sus tesoros y permitir que la humanidad se beneficie de ellos” 8/. Estos tesoros deben desarrollarse, extraerse y cultivarse conscientemente porque, aunque la capacidad para el bien es innata, los seres humanos pueden ser presa de inclinaciones corruptas igualmente innatas. “El hombre es como el acero”, declara Bahá’u’lláh, “cuya esencia está oculta: mediante advertencias y explicaciones, buenos consejos y buena educación, la esencia sale a la luz. En cambio, si se le permite permanecer en su estado original, la corrosión de los deseos y apetitos lo destruye” 9/.

Como todo niño tiene necesidad de educación, especialmente en valores morales, es indispensable dar educación a las niñas, que serán las madres y primeras educadoras de las generaciones futuras. Educar a las madres es el modo más eficiente de asegurar la difusión de los beneficios de la educación a toda la sociedad. El acceso igual de las mujeres y las niñas a la educación también hará posible su plena participación en la sociedad, que a juicio de los baha'ies será el catalizador para la creación de una sociedad justa y el establecimiento de una paz duradera en el mundo. Por tanto apoyamos la recomendación de la resolución de que el Relator Especial promueva “la eliminación de todas las formas de discriminación en la educación” 10/.

Al considerar el contenido de la educación, es importante recordar que los prejuicios que separan a los pueblos del mundo, y que a veces estallan en conflictos y guerras, no son sólo resultado de la ignorancia sino producto a veces de una educación tendenciosa. La elaboración y el respeto de un conjunto universal de principios de educación, basados tal vez en la Declaración Universal de Derechos Humanos, podrían servir de marco unificador dentro del cual se cultivara la comprensión de la diversidad de la experiencia humana. La fuerza de este marco procederá de su fundamento, el principio de la unidad de la humanidad. La aceptación de este principio hará posible el cultivo de la unidad entre los diversos elementos de la familia humana, reconociendo aspiraciones humanas comunes en las diversas culturas, costumbres y temperamentos que existen en todos los países y en todo el mundo. La unidad de la humanidad y la universalidad de los derechos humanos deben enseñarse en todas las aulas del mundo, junto con las técnicas de consulta y solución de conflictos.

La educación debe ser universal, obligatoria y gratuita. Reconocemos que esta meta puede alcanzarse sólo si la responsabilidad se comparte. “Toda persona, sea hombre o mujer”, dicen los escritos baha'ies, “debe entregar … una parte de lo que gana mediante el comercio, la agricultura u otra ocupación, para la formación y educación de los niños” 11/. La Relatora Especial sobre el derecho a la educación, Sra. Katarina Tomasevski, merece encomio por haber incluido la sección titulada “Obstáculos financieros que dificultan el acceso a la enseñanza primaria” en su informe preliminar 12/.

Aún cuando los gobiernos prestan servicios educativos, algunos grupos encuentran obstáculos. La experiencia de los organismos de las Naciones Unidas y de los Estados Miembros en materia de alfabetización y salud pública ha demostrado que ciertos grupos de la población de diversos países no pueden aprovechar los beneficios de esos servicios públicos a causa de situaciones políticas, culturales, étnicas, lingüísticas o geográficas. Por tanto proponemos que se requiera adoptar disposiciones especiales para proteger el derecho a la educación de esos grupos desfavorecidos. Esperamos con interés el trabajo proyectado de la Relatora Especial de reunir y analizar “la información cuantitativa y cualitativa existente sobre la pauta de la falta de acceso a la educación, a fin de levantar un inventario de los obstáculos a la realización del derecho a la educación” 13/.

Finalmente, aunque convenimos en que hay que dar prioridad a la educación universal obligatoria en la infancia, también creemos que todos se benefician cuando la educación se vuelve un proceso que dura toda la vida. La UNESCO dice que la educación debe infundir sed y deseo de saber 14/, a lo que añadiríamos que también debe fomentar el deseo de excelencia. Estas aspiraciones adquiridas en la infancia, unidas a las posibilidades de continuar la educación durante toda la vida, son las bases de una civilización en progreso constante.

La Comunidad Internacional Baha'i proseguirá sus esfuerzos en apoyo de una educación que desarrolle la capacidad individual e inculque el respeto de los derechos humanos y las libertades fundamentales de todas las personas. A este respecto, se complace en prometer su pleno apoyo y cooperación a la Relatora Especial de la Comisión para la protección y la realización universal del derecho a la educación.

 

1/       Resolución de la Comisión de Derechos Humanos 1998/33, párr. 6, a).

2/       Ibíd., párr. 6, a), ii).

3/       Ibíd., párr. 6, a), iii).

4/       Artículo 13 del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales; artículo 26 de la Declaración Universal de Derechos Humanos.

5/       Baha'i Education, recopilación de textos de los Escritos Baha'ies, Londres, Baha'i Publishing Trust, 1987, pág. 29, párr. 74.

 

6/       Véase el informe a la UNESCO de la Comisión Internacional  sobre

Educación para el Siglo XXI: “La educación encierra un tesoro”.

7/       Véase el artículo 29, a), de la Convención sobre los Derechos del Niño.

8/       Gleanings of the Writings of Bahá-u-lláh, CXXII, págs. 259 y 260.

9/       Baha'i Education, pág. 3, párr. 10.

10/      Resolución 1998/33 de la Comisión de Derechos Humanos, párr. 6, a), iii).

11/      Tablets of Bahá-u-lláh, pág. 90.

12/      E/CN.4/1999/49, párrs. 32 a 41.

13/      Ibíd, párr. 59.

14/    Informe a la UNESCO de la Comisión Internacional sobre Educación para el Siglo XXI. Uno de los cuatro pilares de la educación es “aprender a conocer”.

Seguimiento de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer

Seguimiento de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer

Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer 43º período de sesiones 1º a 12 de marzo de 1999 Tema 3c) del programa provisional Seguimiento de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer: Consecución de objetivos estratégicos y adopción de medidas en las esferas de especial preocupación

1 March 1999

La Comunidad Internacional Baha'i acoge con beneplácito el hecho de que en la Plataforma de Acción de Beijing se haya reconocido la salud de la mujer como esfera de especial preocupación y que la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer haya logrado dirigir la atención mundial hacia esa cuestión de vital importancia. La Comunidad Internacional Baha'i, que colabora activamente con la Organización Mundial de la Salud, el Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, el Fondo de las Naciones Unidas para la Mujer y otros organismos de las Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales en la promoción de la salud de la mujer, acaba de participar en la Reunión del Grupo de Expertos sobre la Mujer y la Salud: incorporación de la perspectiva de género en el sector de la salud, celebrada en Túnez, en septiembre y octubre de 1998.

Dado que la Comisión estudia las medidas que los gobiernos, los organismos de las Naciones Unidas y las organizaciones no gubernamentales podrían tomar para mejorar la salud de las mujeres y para potenciar su papel a fin de que participen plenamente en el mundo exterior, proponemos los siguientes temas de estudio:

a) Cuando las mujeres entren en el ámbito del derecho y la política y cuando hagan oír su voz en los salones de consejos del mundo, tendrán un papel decisivo en poner fin a las guerras, lo que dejará inmensos recursos disponibles para empresas pacíficas. La enorme energía que se gasta en la guerra, afirma la Comunidad Internacional Baha'i, podrá dedicarse a erradicar las enfermedades, aumentar el nivel de la salud física, agudizar y perfeccionar el cerebro humano, prolongar la vida humana y fomentar todo elemento que estimule la vida intelectual, moral y espiritual de la humanidad;

b) La salud de la mujer tiene importancia, no sólo para ella, sino también para su familia, su comunidad y el mundo en general. Desde el punto de vista baha'i, el progreso mismo de la civilización depende de que las mujeres participen sin restricciones en todos los aspectos de la vida social. Para ello es imprescindible que se ayude a las mujeres y a las niñas a desarrollar sus recursos y que éstas cuiden constantemente de su salud física, emocional y espiritual a fin de contribuir, en pie de igualdad con los hombres, al avance de la civilización;

c) Las causas evitables de la mortalidad y morbilidad materna, el VIH/SIDA, la tuberculosis, los trastornos depresivos y los actos de violencia contra la mujer afectan considerablemente a toda la comunidad. Las mujeres desempeñan un papel fundamental en la educación de los hijos y en el fomento de la salud de la familia, tanto en el hogar como por conducto de las organizaciones que promueven y protegen la salud y el bienestar de la comunidad. No puede haber familias y comunidades saludables si no se presta una atención esmerada a la creación de las condiciones necesarias para que las niñas y las mujeres gocen de buena salud;

d) La salud de la mujer debe ser objeto de atención durante toda su vida. Debe cuidarse su alimentación, especialmente durante los primeros años, y protegérsele de diversas prácticas tradicionales lesivas durante su adolescencia y la edad adulta. También se debe prestar especial atención a la salud de las mujeres mayores. Al aumentar notable­mente la esperanza de vida de las mujeres, debe protegerse su derecho a la salud física, mental y espiritual.

La Comunidad Internacional Baha'i ha participado activamente en la labor de mejorar la salud de las mujeres y las niñas. Gran parte de esa labor consiste en sensibilizar al público sobre los derechos de la mujer y de la niña, elevar el estudio de las cuestiones al nivel de los principios y aplicar esas normas en los planos local, nacional y mundial. Estamos dispuestos a seguir protegiendo y fomentando la salud de la mujer y la niña y deseosos de colaborar con la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer, otros organismos de las Naciones Unidas y organizaciones no gubernamentales en todo lo que permita a la mujer aportar su parte al progreso de la civilización.

Abdu'l-Baha afirma en sus escritos que el mundo de la humanidad tiene dos alas: una son las mujeres y la otra los hombres. El pájaro no podrá volar mientras no se iguale la fuerza de las alas. Si una de las dos sigue siendo débil, no le será posible emprender el vuelo.

Protección de las Minorías

Protección de las Minorías

COMISIÓN DE DERECHOS HUMANOS 55º período de sesiones Tema 16 del programa provisional INFORME DE LA SUBCOMISIÓN DE PREVENCIÓN DE DISCRIMINACIONES Y PROTECCIÓN A LAS MINORÍAS

11 January 1999

[11 de enero de 1999]

A medida que crecen los conflictos entre países en el mundo, la comunidad internacional empieza a comprender la necesidad apremiante de atender a la cuestión de las minorías. Puesto que todos los países poseen minorías de una u otra clase, los Gobiernos se están volviendo cada vez más conscientes de que el riesgo de inestabilidad se halla más extendido de lo que en principio cabía imaginar. Por tanto, resulta muy indicado que en estas fechas el asunto de las minorías figure en el orden del día de Naciones Unidas. La Declaración de Derechos de las Personas Pertenecientes a las Minorías Nacionales, Étnicas, Religiosas o Lingüísticas, adoptada hace más de cinco años, ha supuesto una gran aportación a las discusiones al permitir que se articulen criterios internacionales. En ella se afirma no sólo que las minorías no deben ser objeto de discriminación, sino que se indica que la diversidad cultural, lingüística y religiosa dentro de cada país debería ser en realidad salvaguardada y alentada. Dado que tal criterio aparece ahora articulado, el siguiente paso corresponde a su ejecución. La Comunidad Internacional Baha'i comprueba con agrado que el Grupo de Trabajo sobre Minorías, establecido por la Subcomisión para la Prevención de la Discriminación y Protección de las Minorías, viene dando pasos graduales para implementar los medios con que revisar la ejecución de la Declaración y responder a los asuntos que plantea su puesta en marcha.

A juicio de la Comunidad Internacional Baha'i, garantizar iguales derechos a las minorías es responsabilidad que corresponde tanto a las minorías como a las mayorías. A los grupos gobernantes (sean de la mayoría o de la minoría) les cumple el cometido especial de llevar a cabo los ajustes sociales y políticos que, en aras de la justicia, permitan que los demás componentes de esa sociedad ejerzan, al máximo posible, sus derechos fundamentales y comunes. Por otro lado, los grupos que no ejerzan el poder poseen la responsabilidad moral de responder respetuosamente a los esfuerzos auténticos que vengan realizándose en su favor y de reconocer, aceptar y cumplir las responsabilidades que contraen con el conjunto de la sociedad. Según vayan surgiendo los temas, tanto las mayorías como las minorías habrán de examinarlos en el contexto de un mundo caracterizado por un grado creciente de interdependencia, un mundo en el que las ventajas de la parte quedan mejor servidas por el avance del conjunto, y donde el conjunto no puede prosperar mientras las partes estén oprimidas o en la miseria.

Es preciso que los Gobiernos tomen la iniciativa demostrando su decisión de reconocer a las minorías los mismos derechos de los demás ciudadanos. Cabe hacerlo mediante la identificación de las condiciones que tienden a enajenar a ciertas minorías y mediante la puesta en vigor de las leyes que atiendan a dichas condiciones. Aunque esta clase de legislación constituye un paso importante, por sí sola y por sí misma nunca pondrá fin a la discriminación de las minorías. Las actitudes deben cambiar. Los grupos deben aprender a verse de modo muy diferente al que prevalece hoy día. Deben reconocerse unos a otros como corresponsables, como colaboradores merecedores de respeto y de un trato justo. Las mayorías, por su parte, deben abandonar el supuesto de unos títulos de superioridad, en tanto que las minorías con el tiempo habrán de liberarse del desamparo y sospecha inducidos por una discriminación prolongada.

La legislación puede facilitar de hecho los cambios de actitud al penar legalmente conductas consideradas anteriormente aceptables. Al motivar a que las personas cambien su conducta, la legislación estimula el examen de las creencias que subyacen a formas inveteradas de proceder, e invita a que la atención se centre en los principios que dan sostén a la nueva conducta. Sin embargo, sólo un cambio de conciencia y corazón permitirá erradicar permanentemente esa voluntad de odiar a quienes consideramos diferentes de nosotros mismos. Un cambio tan profundo sólo puede realizarse mediante la influencia de los principios espirituales y morales. El lecho de roca sobre el que se asientan la paz, la armonía y la estabilidad del mundo lo constituye el principio de la unidad de la humanidad. Hacer caso omiso de la unidad de la familia humana conduce a que las personas se vuelvan vulnerables a los miedos y odios irracionales, fácilmente azuzados por la mentira, las medias verdades, las distorsiones y las acusaciones enardecidas que para su propio provecho suelen proferir dirigentes carentes de escrúpulos.

Pero la unidad no significa uniformidad; la unidad de la familia humana entraña un respeto hacia la diversidad dentro de ella. Para encaminarnos hacia un mundo caracterizado por la unidad en la diversidad, los niños deben aprender a ver en la diversidad una fuente de enriquecimiento, no una amenaza. La Comunidad Internacional Baha'i, por tanto, alaba al Grupo de Trabajo por la atención que dedica a la promoción de la educación multicultural e intercultural. Desde nuestro punto de vista, comprender la diversidad cultural como expresión variada de nuestra común humanidad es una de las claves para la resolución pacífica y duradera de los conflictos relacionados con las minorías. Los currículos escolares deberían centrar sus objetivos en anular las animosidades fundadas en las diferencias étnicas, lingüísticas y religiosas, proporcionando para ello instrucción sobre las diversas culturas presentes en cada país de un modo que subraye las aspiraciones comunes que nos unen a todos como miembros de la familia humana. Cuando los niños aprendan a reconocer las cualidades humanas fundamentales dentro de una gran variedad de culturas, llegarán a contemplar cada cultura como una aportación enriquecedora a la sociedad en su conjunto. También serán menos susceptibles de verse manipulados por quienes, movidos por razones políticas, enfrentan a un grupo contra otro.

La Comunidad Internacional Baha'i está convencida de que, para que los esfuerzos realizados por Naciones Unidas y los Gobiernos den su fruto, es preciso sumar las fuerzas de las esferas de influencia política y legal, espiritual y moral. Por su parte, la Comunidad Internacional Baha'i procura atender al desafío de nutrir a las minorías dentro de su propia composición en todas partes del mundo. Las comunidades baha'is están obligadas por las enseñanzas de su fe no sólo a tolerar, sino también a nutrir, alentar y salvaguardar a todas las minorías pertenecientes a cualquier fe, raza, clase o nación. Por esta razón, los Escritos baha'is sugieren que si hay alguna discriminación que deba tolerarse, tal ha de ser la que favorezca a la minoría. Guiándose de los principios constitutivos del orden mundial enunciados hace más de un siglo por Bahá’u’lláh, las comunidades baha'is de todo el mundo se hallan empeñadas en integrar a las gentes de todas las procedencias raciales, nacionales y religiosas en una sola comunidad: una comunidad unida y diversa al mismo tiempo.

La Comunidad Internacional Baha'i seguirá colaborando con el Grupo de Trabajo sobre Minorías, y está dispuesta a ofrecer su experiencia en el establecimiento de comunidades unidas caracterizadas por el respeto a la diversidad.

Valorando la Espiritualidad en el Desarrollo

Valorando la Espiritualidad en el Desarrollo

Consideraciones Iniciales en cuanto a la Creación de Indicadores de Base Espiritual para el Desarrollo Un trabajo escrito de concepto redactado que fue presentado al "Diálogo Mundial de las Fes y el Desarrollo", hospedado por el Presidente del Banco Mundial y el Arzobispo de Canterbury al Palacio de Lambeth.

London, England—18 February 1998

del 18 al 19 de Febrero de 1998

Tabla de Contenido

Abstracto

I. Una Perspectiva Baha'i sobre el Desarrollo

II. Indicadores de Desarrollo: Su Valor y Uso

III. Indicadores de Base Espiritual para el Desarrollo: Consideraciones Iniciales

IV. Indicadores de Base Espiritual: Cinco Principios Fundamentales

1. La Unidad en la Diversidad

2. La Equidad y la Justicia

3. La Igualdad de los Sexos

4. La Confiabilidad y el Liderazgo Moral

5. La Investigación Independiente de la Verdad

V. Indicadores de Base Espiritual: Cinco Areas de Política Prioritaria

1. El Desarrollo Económico

2. La Educación

3. La Mayordomía Ambiental

4. Llenando las Necesidades Básicas en Alimento, Nutrición, Salud y Albergue

5. El Gobierno y la Participación

VI. Desarrollando Indicadores de Base Espiritual: Tres Ejemplos

VII. Hacia el Desarrollo de Indicadores de Base Espiritual: Posibles Pasos Colaborativos

Abstracto

Este trabajo escrito concepto se concentra en la importancia de crear medidas para asesorar el progreso de desarrollo por medio de la perspectiva de los principios espirituales. El trabajo escrito comienza delineando una perspectiva baha'i en cuanto al desarrollo. Luego menciona el uso de los indicadores actualmente e introduce el concepto de indicadores de base espiritual para el desarrollo. Considera, aunque resumidamente, cinco principios espirituales cruciales al desarrollo y cinco áreas de política en que estos principios pudieran aplicarse para generar metas e indicadores para medir el progreso hacia dichas metas. Entonces se presentan tres ejemplos breves de cómo tales indicadores pudieran concebirse y desarrollarse. Y por último se sugiere una iniciativa colaborativa para desarrollar indicadores de base espiritual para el desarrollo, involucrando a las religiones y una prominente agencia internacional de desarrollo.

El desarrollo en sí de estas medidas se encuentra mucho más allá del alcance de este trabajo escrito. Más bien, la intensión de este trabajo, como lo sugiere el subtítulo, es el de ofrecer consideraciones iniciales en cuanto a la creación de indicadores de base espiritual para el desarrollo con la esperanza de que pueda lanzarse un proceso consultativo en que el trabajo difícil, y a la vez meritoriosa, de conceptualizar y desarrollar tales indicadores se comience en serio.

I. Una Perspectiva Baha'i en cuanto al Desarrollo

El desarrollo, según el punto de vista baha'i, es un proceso orgánico en el que "lo espiritual se expresa y se realiza en lo material".1 El desarrollo significativo requiere que el proceso aparentemente antitético del progreso individual y avance social, de globalización y descentralización, y de promover las pautas universales y fomentar la diversidad cultural, se armonicen. En nuestro mundo más y más interdependiente, los esfuerzos de desarrollo tienen que ser guiados por una visión del tipo de comunidad mundial que deseamos crear y animarse por un conjunto de valores universales. Instituciones justas, desde el nivel local hasta el nivel planetario, y sistemas de gobierno en los que la gente puede asumir responsabilidad por las instituciones y los procesos que afectan sus vidas, también son esenciales.

Bahá’u’lláh enseña que el reconocimiento del principio espiritual fundamental de nuestra época, la unicidad de la humanidad, tiene que estar al corazón de una nueva civilización. La aceptación universal de este principio tanto requerirá como posibilitará la reestructuración mayor de los sistemas educativos, sociales, agrícolas, industriales, económicos, legales y políticas del mundo. Esta reestructuración, la cual tiene que ordenarse por un diálogo continuo e intensivo entre los dos sistemas de conocimiento disponible a la humanidad - la ciencia y la religión - facilitarán la emergencia de la paz y la justicia en todo el mundo.

Las comunidades que prosperan en este futuro lo harán debido al hecho de que reconocen la dimensión espiritual de la naturaleza humana y hacen del desarrollo moral, emocional, físico, e intelectual del individuo su prioridad central. Garantizarán la libertad de credo y alentarán el establecimiento de lugares de adoración. Sus centros de aprendizaje buscarán cultivar las potencialidades sin límite latentes en la consciencia humana y perseguirán como meta principal la participación de todos los pueblos en la generación y la aplicación del conocimiento. Recordando siempre que los intereses del individuo y de la sociedad son inseparables, estas comunidades promoverán el respeto tanto por los derechos como por las responsabilidades, fomentarán la igualdad de mujeres y hombres y el que sean socios, y protegerán y cuidarán a la familia. Promoverán la belleza, tanto natural como hecho por el hombre, e incorporarán en su diseño los principios de la preservación y la rehabilitación ambiental. Guiados por el concepto de la unidad en la diversidad, apoyarán la amplia participación en los asuntos de la sociedad, y más y más se fijarán en líderes que estén motivados por el deseo de servir. En estas comunidades los frutos de la ciencia y la tecnología beneficiarán a toda la sociedad, y habrá trabajo disponible para todos.

Tales comunidades resultarán ser los pilares de una civilización mundial - una civilización que será la culminación lógica de los esfuerzos de desarrollo de la humanidad a través de largos trechos de tiempo y geografía. La aseveración de Bahá’u’lláh de que toda persona es "creada para llevar adelante una civilización en continuo progreso"2, implica que toda persona tiene tanto el derecho como la responsabilidad de contribuir a esta empresa colectiva de largo alcance, cuya meta es nada menos que la paz, la prosperidad y la unidad de toda la familia humana.

Los baha'is son optimistas de que tal futuro es inevitable, y de hecho, que ya ha comenzado a surgir. También son realistas, comprendiendo que el progreso hacia este futuro requerirá de la humanidad una enorme cantidad de perseverancia, sacrificio y cambio. La velocidad y el costo precisos de este progreso se determinarán en gran parte por las acciones, en los años del porvenir inmediato, de los gobiernos, de organizaciones multilaterales, del sector privado, de las organizaciones de la sociedad civil, y de individuos claves. Al esforzarse hacia este futuro, todos los concernientes deben comprender claramente lo que están buscando y deben siempre ser vigilantes por medio de la reflexión propia y la evaluación propia si han de llegar a ser participantes constructivos en este proceso. Por lo tanto, son necesarios metas claras, políticas y pautas significantes, programas identificados, e indicadores de progreso acordados, si es que el avance hacia el futuro común de la humanidad ha de trazarse y si han de determinarse y realizarse correcciones regulares a ese curso.

Mientras que cada uno de estos elementos - metas, políticas, pautas, programas, e indicadores relevantes - es crítico para los esfuerzos por crear tal futuro, el trabajo actual se dirige a la importancia de la creación de indicadores de base espiritual para asesorar, y finalmente ayudar a guiar el progreso de desarrollo.

II. Indicadores de Desarrollo: Su Valor y Uso

El concepto de indicadores se define de varias maneras, y los términos criterios, punto de referencia, e indicador a menudo se usan intercambiablemente, aunque no necesariamente significan lo mismo. Para el propósito de este trabajo el término indicador se usará para referirse a "una medida cuantitativa, cualitativa o descriptiva que, al ... comprobarse periódicamente"3 puede mostrar la calidad, la dirección, el paso y los resultados de cambio.

Los indicadores pueden armarse de varias formas. Por ejemplo, los indicadores relacionados por tópico que midan progreso en la salud, educación, o agricultura pueden agruparse en una tabla de medidas (un conjunto de indicadores). Los mismos indicadores pueden recopilarse en un índice y así presentarse como una sola medida compuesta tal como perspectiva de índice de salud, índice de educación, o índice de seguridad de comida.4 O bien, una amplia gama de indicadores relacionados a varios fenómenos puede expresarse en una sola medida, tal como "índice de mortalidad infantil".5

Rara vez puede un indicador permanecer solo como fuente de información significativa.6 El progreso no es un evento ni una estadística, sino un proceso - una tendencia compuesta de numerosos factores. No puede expresarse por una sola medida ni referencia a un solo momento en la historia. Por lo tanto, los indicadores deben colocarse en un contexto temporal específico y correlacionarse con medidas de otros factores relacionados.7

En todo el mundo varios actores usan indicadores, desde las agencias de las Naciones Unidas (ONU), gobiernos y grupos comunitarios hasta negocios, instituciones educacionales, grupos de política y académicos. Los indicadores no cambian la realidad, pero sí ayudan a formar la manera en que la percibimos, y sirven para forjar un entendimiento del desarrollo en común. Por lo tanto, son de importancia fundamental para un mundo complejo y de veloz cambio. Por ejemplo, pueden usarse para hacer gráficas de tendencias e indicar relaciones, ayudando así a definir asuntos y clarificar desafíos que puede confrontar una sociedad en particular. Proveen información que puede indicar una necesidad de ajustes y correcciones a políticas, metas, prioridades, programas, actitudes, y comportamientos. Los indicadores pueden usarse a llamar la atención a asuntos particulares, a crear consciencia pública con compromiso y activismo en torno a necesidades y desafíos específicos. Pueden sugerir una asignación más equitativa de recursos limitados, o causar un cambio de recursos de una área a otra donde haya una necesidad identificada y urgente. Por ende, en un sentido muy real, "los indicadores no sólo comprueban el progreso; sino que hacen que ocurra."8

Por el otro lado, existen numerosos fallos y dificultades asociados con los indicadores. Por ejemplo, las estadísticas, que sirven como base de la mayoría de los indicadores, pueden ser sujeto de varias configuraciones e interpretaciones. Muchos conjuntos de indicadores son estáticos en el tiempo; otros son muy estrechos en su enfoque, sin embargo se usan para representar el estado de bienestar y progreso de una comunidad. Además, demasiado a menudo los indicadores no se emparejan con metas ni se miran por la lente de proceso histórico.

El estado de indicadores de desarrollo actualmente

Actualmente, existen numerosos esfuerzos notables, muchos de los cuales aún se encuentran en la fase de concepto, para extender las fronteras de lo que se valora y se mide, para hacer que los indicadores de desarrollo reflejan más de lo que realmente constituye el progreso individual y comunitario. Estos esfuerzos, que involucran una diversidad de organizaciones, instituciones e individuos a todo nivel de la sociedad, están intentando definir y medir el progreso en términos de conceptos tales como capital humana, capital social, cultura, integración social, y bienestar comunitario.

Por ejemplo, el Informe de Desarrollo Humano anual del Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, con su Indice de Desarrollo Humano, ha sido instrumental en ampliar la gama y el alcance de indicadores de desarrollo que se consideran dentro del sistema de la ONU y por los gobiernos en todo el mundo.9 Los planes de acción global que surgieron de las mayores conferencias de la ONU en esta década10 han ayudado a cambiar el punto de vista dominante del desarrollo de un proceso de arriba hacia abajo, en general dirigido tecnológica y económicamente, a uno en el que la gente y las comunidades en medida creciente definen y se asumen responsabilidad por su propio progreso. Estos planes de acción han hecho un llamado por la creación y el uso de indicadores que capturan este enfoque emergente sobre la gente y las comunidades.11 En una serie de Trabajos Ocasionales Conjuntos recientemente emitidos por el Instituto de Investigación para el Desarrollo Social de la ONU (UNRISD) y la Organización Educativa, Científica y Cultural de las Naciones Unidas (UNESCO), el concepto de indicadores culturales, incluyendo el bienestar individual y social, y la habilidad de la gente por vivir juntos, se explora dentro de varios marcos.12 El Banco Mundial mismo ha estado a la delantera del desarrollo del concepto de capital social y está buscando formas de medirla.13 Además, las OONGG, fundaciones y grupos comunitarios han iniciado varios proyectos de indicadores que buscan medir, y así valorar, el desarrollo centrado en la gente y la comunidad;14 estos proyectos a menudo involucran la comunidad en la concepción y el desarrollo de indicadores.

Por importantes que sean estos esfuerzos, son sólo pasos preliminares en el proceso de trazar una nueva dirección para la familia humana. No sólo es necesario expandir estos procesos grandemente, sino también hay que explorar y desarrollar nuevos acercamientos a la conceptualización y la medida tanto los aspectos tangibles como los intangibles del desarrollo. Hay que examinar minuciosamente las nociones de lo que constituyen medidas eficaces del desarrollo para determinar la medida a la cual toman en cuenta lo que es central al propósito y la motivación humanos.

En las siguientes secciones, tal acercamiento - el desarrollar indicadores de base espiritual para el desarrollo - se considera. Mientras que en esta sección se usa el tiempo presente del verbo, debe tenerse en cuenta que estos indicadores están todavía por construirse. Además, este trabajo tiene solamente la intensión de ser una exploración inicial de algunos de los elementos de tales indicadores, y no es un intento por construirlos cabalmente.

III. Indicadores de Base Espiritual para el Desarrollo: Consideraciones Iniciales

La idea de desarrollar indicadores de base espiritual para el desarrollo es oportuna. Se están sentando las bases, en parte, por un número creciente de esfuerzos por hacer que los valores y los principios espirituales se consideren seriamente en el desarrollo.15 Además, el concepto de la espiritualidad y los valores espirituales, una vez casi tabú en la mayoría de las deliberaciones de la ONU relacionadas al desarrollo, actualmente está articulándose a los más altos niveles.

Los indicadores de base espiritual asesoran el progreso de desarrollo como una función de la aplicación de principios espirituales.16 Estos indicadores están basados en principios universales que son esenciales al desarrollo del espíritu humano, y por lo tanto, al progreso individual y colectivo. Estas medidas emergen de una visión del desarrollo en la que el progreso material sirve como vehículo para el avance espiritual y cultural.

Los indicadores de base espiritual ayudan a establecer, clarificar y priorizar las metas, políticas, y programas. Al centro de su conceptualización se encuentra el entendimiento de que la naturaleza humana es fundamentalmente espiritual y los principios espirituales que resuenan con el alma humana, proveen un enorme poder de motivación para el sacrificio y el cambio. Por lo tanto, los pueblos del mundo estarán mucho más dispuestos a apoyar políticas y programas que emergen del desarrollo de indicadores basados en principios espirituales, que a endosar objetivos e iniciativas que están basadas en una concepción de la vida puramente materiales. Así pues, el uso de estas medidas podría ayudar a transformar no sólo la visión sino también la práctica en sí del desarrollo.

Los componentes de un indicador de base espiritual incluyen una visión de un futuro pacífico y unido; el (los) principio(s) escogido(s) cruciales a la realización de tal futuro; el área de política al cual se dirige el (los) principio(s); y la meta hacia la cual la medida asesora el progreso. El indicador es cuantitativamente o cualitativamente medible y verificable, y se puede adaptar dentro de una gran diversidad de contextos sin violar la integridad del (de los) principio(s) involucrados.

La sección siguiente explora brevemente cinco principios que pueden usarse en la construcción de indicadores de base espiritual del desarrollo.

IV. Indicadores de Base Espiritual: Cinco Principios Fundamentales

Basado en la visión de una civilización global justa, unida y sostenible, se presentan cinco principios espirituales17 que son fundamentales a la realización de tal futuro. Aunque no son los únicos principios necesarios para considerar, se siente que éstas cinco contienen suficiente diversidad de conceptos para servir como punto de partida para con este esfuerzo. En algunos casos se emparejan dos principios estrechamente relacionados. Ya que el intento de esta sección es meramente sugerir algunos principios que se puedan explorar, cada uno se trata brevemente. Sin embargo, ya que estos principios son la base misma de los indicadores que han de construirse, sería importante en extremo el que se definan claramente en la fase inicial del trabajo. Los cinco principios son

1. la unidad en la diversidad;

2. la equidad y la justicia;

3. la igualdad de los sexos;

4. la confiabilidad y el liderazgo moral; y

5. la búsqueda independiente de la verdad.

1. La Unidad en la Diversidad

Lejos de dirigirse a la subversión de las bases existentes de la sociedad, ello [el principio de la unicidad de la humanidad] busca expandir sus bases, a remoldear sus instituciones de una manera consonante con las necesidades de un mundo en continuo cambio. No puede confligir con lealtades legítimas algunas, ni puede socavar lealtades esenciales. Su propósito no es ni apagar la llama de un patriotismo sano e inteligente en los corazones del hombre, ni abolir el sistema de autonomía nacional tan esencial si los peligros de la centralización excesiva han de evitarse. No ignora, ni intenta suprimir, la diversidad de orígenes étnicos, de clima, de historia, de lenguaje y tradición, de pensamiento y costumbre, que diferencian a los pueblos y naciones del mundo. Hace un llamado para una lealtad más amplia, para una aspiración mayor que cualquiera que haya animado a la raza humana. Insiste en la subordinación de los impulsos e intereses nacionales a los reclamos imperativos de un mundo unificado. Repudia la centralización excesiva por una parte, y rechaza cualquier intento por la uniformidad por otra. Su consigna es la unidad en la diversidad.18

El concepto de la unidad en la diversidad es una forma de expresar el principio de la unicidad de la humanidad, según se abraza por las Enseñanzas Baha'is. La unidad en la diversidad se encuentra en contraste con la uniformidad. Abriga la diversidad natural de temperamento y talentos entre los individuos al igual que las variadas experiencias, culturas y puntos de vista de la humanidad, ya que contribuyen al progreso y al bienestar de la familia humana. Parecido al papel desempeñado por los genes comunes en la vida biológica de la humanidad y su ambiente, la inmensa riqueza de la diversidad cultural alcanzada en los miles de años es vital al desarrollo de la raza humana que está llegando a su madures colectiva. Representa una herencia que nos enriquece a todos y que tiene que permitirse dar sus frutos en una civilización global. La aceptación del concepto de la unidad en la diversidad, por lo tanto, implica el desarrollo en el individuo de una consciencia global, un sentido de ciudadanía mundial, y un amor por la humanidad en su totalidad. En este aspecto, cada individuo necesita comprender que, ya que el cuerpo de la humanidad es uno e indivisible, cada miembro de la raza humana nace en el mundo como un fideicomiso de la totalidad y que la ventaja del parte en una sociedad mundial es mejor servida al promover la ventaja de la totalidad.

2. La Equidad y la Justicia

La justicia y la equidad son Guardianes gemelos que vigilan al hombre.19 De ellas se revelan tales palabras benditas y perspicaces como las que son la causa del bienestar del mundo y la protección de las naciones.20

La equidad es la justicia, la pauta por la cual cada persona y grupo es capaz de maximizar el desarrollo de sus capacidades latentes. La equidad difiere de la igualdad absoluta en que no dicta que todos se traten exactamente de la misma manera. Mientras que todos están dotados de talentos y habilidades, el desarrollo cabal de estas capacidades puede requerir diferentes enfoques. Es la equidad lo que asegura que se distribuyan justamente el acceso y la oportunidad para que este desarrollo pueda realizarse.

La equidad y la justicia son guardianes gemelos de la sociedad. La equidad es la pauta por la cual se deben hacer las decisiones de política y compromiso de recursos. La justicia es el vehículo por medio del cual se aplica la equidad, su expresión práctica en la vida del individuo y de la sociedad. Es sólo por la realización de la verdadera justicia que se establecerá la confianza entre los diversos pueblos, culturas, e instituciones de un mundo más y más interdependiente.

Las Enseñanzas Baha'is aseveran que los pilares de la justicia son el castigo y la recompensa. Aquellos que actúen justamente merecen recompensa, ya sea tangible o intangible, por tal comportamiento. Aquellos que actúen injustamente necesitan la sanción apropiada tanto para detener la injusticia como para salvaguardar su propio bienestar espiritual.

3. La Igualdad de los Sexos

El mundo de la humanidad posee dos alas: el hombre y la mujer. Mientras estas dos alas no estén equivalentes en fuerza, el pájaro no volará. Hasta que la mujer logre el mismo grado que el hombre, hasta que ella disfrute de la misma esfera de actividad, no se realizarán logros extraordinarios para la humanidad; la humanidad no puede ascender a las alturas del logro verdadero.21

El principio de la igualdad de los sexos es fundamental a todo pensamiento realista en cuanto al futuro bienestar de la tierra y sus pueblos. Representa una verdad sobre la naturaleza humana que ha esperado en gran medida sin reconocerse por las largas épocas de la niñez y la adolescencia de la humanidad. Cualesquier inequidades sociales pueden haberse dictado por los requisitos de supervivencia del pasado, claramente no pueden justificarse en un momento en que la humanidad se encuentra al umbral de la madures.

La negación de la igualdad perpetúa una injusticia hacia la mitad de la población humana y promueve en el hombre actitudes y hábitos dañinos que se llevan de la familia al lugar del trabajo, a la vida política, y finalmente a las relaciones internacionales. No existe base alguna, ya sea moral, práctica, ni biológica, en la cual puede justificarse tal negación. Sólo en la medida en que a la mujer se le acepte como compañera cabal en todo campo del esfuerzo humano se creará el clima moral y psicológico en que la paz puede emerger, y se desarrolle y florezca una civilización mundial justa y unida. Por lo tanto, un profundo compromiso al establecimiento de la igualdad entre el hombre y la mujer, en todo departamento de la vida y a todo nivel de la sociedad, será esencial al avance de la humanidad.

4. La Confiabilidad y el Liderazgo Moral

Ante la vista de Dios, la confiabilidad es la base de Su Fe y el fundamento de toda virtud y perfección. Un hombre que esté privado de esta cualidad está desprovisto de todo. ¿De qué valdrán la fe y la piedad si falta la confiabilidad? ¿Qué importancia pueden tener? ¿Qué beneficio o ventaja pueden conferir?22

De las múltiples virtudes en los Escritos Baha'is a los cuales se exhorta a los individuos a cultivar, la confiabilidad es de primer rango. Bahá’u’lláh asevera que la tranquilidad y la seguridad del mundo, la estabilidad de todo asunto - de toda transacción humana, de todo contrato negociado, de todo esfuerzo promulgado - dependen de ella. Ya sea en el hogar, en el trabajo, en la comunidad o en los negocios o en los asuntos políticos, la confiabilidad yace al centro de todo intercambio y compromiso constructivo. Es la clave al mantenimiento de la unidad entre diversos pueblos y naciones. Por lo tanto, todo esfuerzo de desarrollo tiene que incluir como objetivo primario la inculcación de la confiabilidad en los individuos, las comunidades y las instituciones involucradas.

Aquellos que ejercen la autoridad tienen una gran responsabilidad de ser merecedores de la confianza pública. Los líderes - incluyendo los que se encuentran en el gobierno, la política, los negocios, la religión, la educación, los medios de comunicación, las artes y las organizaciones comunitarias - tienen que estar dispuestos a ser responsables ante todos por la manera en que ejercen su autoridad. La confiabilidad y una moralidad activa tienen que ser la base de todo liderazgo si ha de realizarse el verdadero progreso. El liderazgo moral,23 el liderazgo del futuro, encontrará su máxima expresión en el servicio a los demás y a la comunidad en general. Fomentará la toma de decisiones colectiva y la acción colectiva y se motivará por un compromiso a la justicia, incluyendo la igualdad de mujeres y hombres, y al bienestar de toda la humanidad. El liderazgo moral se manifestará en la adherencia a una sola pauta de conducta tanto en vida pública como en la privada, para los líderes y ciudadanos por igual.

5. La Investigación Independiente de la Verdad

Todas las naciones del mundo tienen que investigar para la verdad independientemente y virar sus ojos de las ciegas imitaciones moribundas de épocas pasadas enteramente. La verdad es una cuando se investiga independientemente, no acepta división. Por lo tanto la investigación independiente de la verdad llevará a la unicidad del mundo de la humanidad.24

No existe contradicción alguna entre la verdadera religión y la ciencia.25

La realidad es una, y cuando la verdad de investiga y se acierta, llevará al progreso individual y colectivo. En la búsqueda de la verdad, la ciencia y la religión - los dos sistemas de conocimiento disponibles a la humanidad - tienen que actuar recíprocamente estrecha y continuamente. Las vislumbres y las destrezas que representan el logro científico deben mirar hacia la fuerza de compromiso espiritual y principio moral para asegurar su aplicación apropiada.

El desarrollo espiritual incluye la investigación de la verdad por uno mismo. La reflexión continua, basada en la experiencia al aplicar esta verdad, es crítica al proceso de desarrollo espiritual. Para la investigación colectiva de la verdad y la toma de decisiones en grupo, la consulta,26 que toma su fuerza del grupo y fomenta la unidad de propósito y de acción, es indispensable. Las instituciones y aquellos que se encuentren en posiciones de autoridad bien deberían crear condiciones conducentes a la significativa investigación de la verdad, mientras fomentan el entendimiento de que la felicidad humana y el establecimiento de la paz, la justicia y la unidad son las metas máximas de tal investigación.

V. Indicadores de Base Espiritual: Cinco Áreas de Política Prioritaria

Esta sección examina brevemente las cinco áreas de política en que los principios espirituales identificados anteriormente pueden aplicarse para generar metas, y eventualmente, indicadores de base espiritual para medir el progreso hacia estas metas.

Al igual que con los principios espirituales discutidos, estas áreas de política están entreconectadas y, en algunos casos, se solapan. Por lo tanto, las iniciativas en una área requerirán acción en otras. Las cinco áreas consideradas brevemente en lo que sigue son

1. el desarrollo económico;

2. la educación;

3. el fideicomiso ambiental;

4. el llenar las necesidades básicas en el alimento, la nutrición, la salud y el albergue; y

5. la gobernancia y la participación.

1. El Desarrollo Económico

La riqueza es digna de alabanza en el más alto grado, si es adquirida por los esfuerzos propios de un individuo y por la gracia de Dios, en el comercio, la agricultura, el arte y la industria, y si se gasta para propósitos filantrópicos. Ante todo, si un individuo sensato e ingenioso iniciara medidas que universalmente enriquecieran a las masas de los pueblos, no existiría emprendimiento mayor que este, y tendría el rango ante la vista de Dios del logro supremo, pues tal benefactor supliría las necesidades y aseguraría la comodidad y el bienestar de una gran multitud. La riqueza es muy recomendable, siempre y cuando la población entera es rica. Sin embargo, si unos pocos tienen riqueza extrema mientras que los demás están empobrecidos, y no hay fruto ni beneficio de esa riqueza, entonces es sólo una sujeción a su poseedor. Por otra parte, si se gasta en la promoción del conocimiento, la fundación de escuelas elementales y otras, el fomento del arte y la industria, la capacitación de los huérfanos y los pobres - en breve, si se dedica al bienestar de la sociedad - su poseedor sobresaldrá ante Dios y el hombre como el más excelente de todos los que habitan la tierra y se contará como uno de las personas del paraíso.27

Central a la tarea de la reconceptualización de la organización de los asuntos humanos es la realización de un entendimiento apropiado del papel de la economía. La falta de poner la economía en el contexto más amplio de la existencia social y espiritual de la humanidad ha llevado a un materialismo corrosivo en las regiones de mayor ventaja económica en el mundo, y condiciones persistentes de privación entre las masas de los pueblos del mundo. La economía debería servir las necesidades de los pueblos; no se debe esperar que las sociedades se reformulen para servir a los modelos económicos. La función última de los sistemas económicos debe ser el de equipar a los pueblos y las instituciones del mundo con los medios para lograr el propósito verdadero del desarrollo: es decir, la cultivación de las ilimitadas potencialidades latentes en la consciencia humana.

La sociedad debe desarrollar nuevos modelos económicos formados por vislumbres que surgen de un entendimiento favorable de experiencia compartida, de ver a los seres humanos en relación unos a otros, y de un reconocimiento del papel central que realizan la familia y la comunidad en el bienestar social y espiritual. Deben reasesorarse las prioridades dentro de instituciones y organizaciones. Los recursos deben dejar de dirigirse a aquellas agencias y programas que son dañinas al individuo, a las sociedades, y al ambiente, y dirigirse hacia aquellas relacionadas a fomentar un dinámico orden social justo y próspero. Tales sistemas económicos serán firmemente altruistas y cooperativas por naturaleza; proveerán empleo significativo28 y ayudarán a erradicar la pobreza en el mundo.

2. La Educación

El requisito primario y más urgente es la promoción de la educación. Es inconcebible que cualquier nación lograr la prosperidad y el éxito a menos de que esta preocupación suprema y fundamental se lleve adelante. La razón principal por la decadencia y la caída de los pueblos es la ignorancia. Actualmente las masas de los pueblos están mal informadas de hasta los asuntos ordinarios, cuanto menos comprenden el núcleo de los problemas importantes y necesidades complejas del momento.29

El desarrollo de una sociedad global exige el cultivo de capacidades mucho más allá de cualquier cosa que la raza humana ha podido lograr hasta el momento. Los desafíos por delante requerirán una enorme expansión en el acceso al conocimiento de parte tanto de los individuos como de las organizaciones. La educación universal30 será contribuyente indispensable a este proceso de formación de capacidad, pero el esfuerzo sólo tendrá éxito en la medida en que tanto los individuos como los grupos en cada sector de la sociedad tengan la habilidad de adquirir conocimiento y aplicarlo a la formación de asuntos humanos.

La educación tiene que durar toda la vida. Debe ayudar a las personas a desarrollar el conocimiento, los valores, las actitudes, y las destrezas necesarias para ganarse la vida y a contribuir con confianza y constructivamente a la formación de comunidades que reflejen los principios de la justicia, la equidad y la unidad. También deberá ayudar al individuo a desarrollar un sentido de lugar y comunidad, basado en lo local, pero que abarque el mundo entero. La educación exitosa cultivará las virtudes como el fundamento para el bienestar personal y colectivo, y creará en los individuos un profundo sentido de servicio y un compromiso activo al bienestar de sus familias, sus comunidades, sus países, y de hecho, toda la humanidad. Alentará la reflexión propia y el pensar en términos de proceso histórico, y promoverá el aprendizaje inspiracional por medio de medios tales como la música, las artes, la poesía, la meditación y la interacción con el ambiente natural.

3. El Fideicomiso Ambiental

No podemos segregar al corazón humano del ambiente fuera de nosotros y decir que una vez se reforme uno de éstos todo mejorará. El hombre es orgánico con el mundo. Su vida interior forma el ambiente y a la vez es afectada profundamente por el. Uno actúa sobre el otro y todo cambio duradero en la vida del hombre es el resultado de una de estas reacciones mutuas.31

Los Escritos Baha'is describen a la naturaleza como un reflejo de lo sagrado.32 Enseñan que la naturaleza debe valorarse y respetarse, pero no alabarse; sino que deberá servir a los esfuerzos de la humanidad por llevar adelante una civilización en continuo progreso. Sin embargo, a la luz de la interdependencia de todas las partes de la naturaleza, y la importancia de la evolución y la diversidad "para con la belleza, eficiencia y perfección del todo,"33 deberá hacerse todo esfuerzo por preservar en la medida posible la biodiversidad y el orden natural de la tierra.

Como administradores, y fideicomisarios, de los vastos recursos y la diversidad biológica del planeta, la humanidad debe aprender a hacer uso de los recursos naturales de la tierra, tanto los renovables como los no-renovables, de manera tal que asegure el que sea sostenible y la equidad a lo largo del tiempo. Esta actitud de fideicomiso requerirá completa consideración de las consecuencias ambientales potenciales de toda actividad de desarrollo. Compelerá a la humanidad a que balancee sus acciones con moderación y humildad, dándose cuenta de que el verdadero valor de la naturaleza no puede expresarse en términos económicos. También requerirá un profundo entendimiento del mundo natural y su papel en el desarrollo colectivo de la humanidad tanto material como espiritual. Por lo tanto, la administración ambiental sostenible tiene que verse no como un compromiso discrecionario que la humanidad puede considerar contra otros intereses competidores, sino como responsabilidad fundamental que tiene que aceptarse - un prerrequisito del desarrollo espiritual al igual que la supervivencia física del individuo.

4. El Llenar las Necesidades Básicas en la Comida, la Nutrición, la Salud, y el Albergue

En una sociedad mundial tal ... los recursos económicos del mundo se organizarán, sus fuentes de materia prima se aprovecharán y se usarán cabalmente, sus mercados se coordinarán y se desarrollarán, y la distribución de sus productos se regulará equitativamente ... La enorme energía disipada y desperdiciada en la guerra, ya sea económica o política, se consagrará a tales fines como para extender la variedad de invenciones humanas y desarrollo técnico, a aumentar la productividad de la humanidad, al exterminio de la enfermedad, a la extensión de la investigación científica, a la mejora de la pauta de salud física, al refinamiento y agudizamiento del cerebro humano, a la explotación de los recursos no usados y no sospechados del planeta, al prolongamiento de la vida humana y al progreso de cualquier otra agencia que pueda estimular la vida intelectual, moral, y espiritual de toda la raza humana.34

Los asuntos de comida, nutrición, salud y albergue son centrales al desafío de proveer un adecuado nivel de vida para todos los miembros de la familia humana. Sin embargo, estos asuntos no pueden enfrentarse únicamente como problemas técnicos ni económicos. El eliminar el hambre y la mala nutrición; el establecer la seguridad de comida; el proveer albergue adecuado; y el lograr la salud para todos requerirá un cambio en valores, un compromiso a la equidad, y una correspondiente reorientación de políticas, metas y programas.

Existen las tecnologías y los recursos para satisfacer las necesidades básicas de la humanidad y para eliminar la pobreza. Sin embargo, la equidad en el uso de estas tecnologías y recursos solamente sucederá con ciertos entendimientos y compromisos. Mientras que los individuos deben hacer lo más que puedan para proveer sus propias necesidades y las de sus dependientes, la comunidad tiene que aceptar la responsabilidad, cuando sea necesario, de ayudar a satisfacer las necesidades básicas. El acceso a los programas de desarrollo y sus beneficios tienen que asegurarse para todos. La economía de la producción y distribución de comida tendrá que reorientarse y el papel crítico del agricultor en la seguridad económica y de comida valorarse apropiadamente.35 En cuanto a la salud - el bienestar físico, espiritual, mental y social del individuo36 - el acceso a agua limpia, a albergue, y a algún tipo de energía barata ayudaría mucho en la erradicación de los problemas que actualmente atormentan a un vasto número de individuos y comunidades. Debe reconocerse, sin embargo, que algunas enfermedades reflejan el malsano comportamiento humano. Por lo tanto, el incluir al desarrollo moral en la educación ayudaría a reducir significativamente ciertos problemas de salud actuales.

5. El Gobernar y la Participación

Bendito es el gobernante quien socorre al cautivo, y el rico que cuida al pobre, y el justo quien obtiene del hacedor de mal los derechos de los desposeídos, y feliz el fideicomisario quien observa aquello que el Ordenador, el Anciano de los Días ha prescrito para él.37

El buen gobernar es esencial al progreso social. Mientras que el gobernar a menudo se iguala al gobierno, de hecho involucra mucho más. El gobernar ocurre a todo nivel y abarca las formas en que el gobierno formal, los grupos no-gubernamentales, las organizaciones comunitarias, y el sector privado manejan recursos y asuntos. El buen gobernar es necesario si las comunidades han de mantener su equilibrio, manejarse por entre las dificultades, y responder creativamente a los desafíos y a las oportunidades por delante. Tres factores que en gran medida determinan el estado del gobernar son la calidad de liderazgo, la calidad de los gobernados, y la calidad de las estructuras y los procesos existentes. Hay un consenso internacional emergente sobre las características centrales del buen gobernar, especialmente en relación al gobierno formal. Estas características incluyen la democracia, la soberanía de la ley, la responsabilidad, la transparencia y la participación por la sociedad civil.

Sin embargo, este consenso tiene que expandirse para abarcar una apreciación del papel que tiene que asumir el gobernar en la promoción del bienestar espiritual y material de todos los miembros de la sociedad. El gobernar tiene que guiarse por valores universales, incluyendo una ética de servicio al bien común. Tendrá que dar lugar a la participación significativa de los ciudadanos en la conceptualización, el diseño, la implementación, y la evaluación de programas y políticas que los afecten. Deberá tratar de realzar la habilidad de la gente de manejar el cambio y deberá ofrecer oportunidades a que aumenten sus capacidades y su sentido de valor. Tendrá que proveer los mecanismos para el acceso equitativo a los beneficios de programas y políticas, a la educación y a la información, y a las oportunidades para el aprendizaje vitalicio. Además, tiene que ayudar a asegurar el que los medios noticiosos sean activos, vibrantes y veraces. También tendrá que establecerse a nivel global un sistema de gobernar verdaderamente participatorio.

VI. Desarrollando Indicadores de Base Espiritual: Tres Ejemplos

Esta sección ofrece tres ejemplos breves de cómo los indicadores de base espiritual podrían construirse. Finalmente tales indicadores se necesitarán a todo nivel - local, nacional, y global.

El primer ejemplo de un indicador de base espiritual explora la aplicación del principio de la unidad en la diversidad a la norma educativa. Comenzando con una visión de desarrollo que acepte tanto la posibilidad como la necesidad de un mundo unido y pacífico, la unidad en la diversidad se identifica como un principio espiritual esencial a la realización de ese futuro. Entonces se escoge un área de norma: en este caso, la educación. Al considerar el principio38 de la unidad en la diversidad en la educación, surgen numerosas posibilidades para normas, metas y programas, varios de los cuales podría perseguirse. Sin embargo, en este ejercicio se limitará la consideración a una sola meta: el fomentar en los estudiantes una consciencia global - una consciencia inherente en el principio de la unidad en la diversidad.

Un programa educativo para promover tal consciencia pudiera incluir, pero no limitarse a, el cultivo de una apreciación por la riqueza y la importancia de los diversos sistemas culturales, religiosos, y sociales del mundo, y criar el sentimiento de pertenencia y responsabilidad hacia la comunidad mundial. También podría incluir el estudio de las contribuciones significantes que las naciones del mundo están haciendo al progreso colectivo de la humanidad por medio de la participación en tales foros internacionales como las Naciones Unidas, por medio de tales acuerdos como los numerosos tratados de derechos humanos y los planes de acción global de la ONU, y por medio de iniciativas internacionales tales como los Sitios de Herencia Mundial.

Para poder asesorar el progreso hacia esta meta, uno podría medir el porcentaje de tiempo - tanto dentro de clase como dentro de programas después de la escuela - dedicado a temas o actividades que fomenten la consciencia global. Otra medida podría ser un análisis de contenido de libros de texto para determinar el porcentaje de espacio que se dedica al tema. Otra medida más podría ser la prevalencia de tales temas en los currículos de los institutos de capacitación de maestros. Y otra podría involucrar las actitudes y el conocimiento de los estudiantes (y maestros) en cuanto a estos temas, según se miden por encuestas. Este ejercicio podría ir más allá: varias de estas medidas podrían combinarse en un índice general, o podrían reunirse como un conjunto de indicadores relacionados a la meta de fomentar una consciencia global en los estudiantes.39

Un segundo ejemplo de indicadores de base espiritual explora la aplicación de los principios de la equidad y la justicia a las normas de desarrollo económico. Al seguir el mismo proceso del primer ejemplo, los principios principales se identifican como la equidad y la justicia; el desarrollo económico se escoge como el área de norma; y la meta que se escoge es la de eliminar la pobreza dentro de y entre las naciones del mundo. Obviamente ésta es una meta de varias facetas. Para los propósitos de este ejemplo, sólo se considerará la diferencia entre las naciones, aunque la distribución de riqueza dentro de las naciones tiene que verse si la pobreza del mundo ha de eliminarse. Además, solamente la pobreza en lo que concierne los ingresos se investigará. Una premisa de esta meta es que existen recursos suficientes en el mundo para satisfacer las necesidades de todos, pero que el eliminar la pobreza requerirá moderar el consumo y la acumulación, el establecer relaciones de comercio justas y equitativas, y el quitar el peso de excesiva deuda nacional.

Hay disponibles numerosas medidas de diferencia de ingreso que muestran donde se encuentran países individuales en una serie continua. La mayoría de éstas podrían usarse como medidas, si se tomaran a lo largo del tiempo, para determinar si la diferencia entre las naciones más prósperas económicamente y las menos prósperas se está reduciendo. Tendrá que establecerse una base de lo que constituye la pobreza económica de cara al ingreso nacional per cápita para poder determinar el progreso hacia la eliminación de la pobreza. Otra medida podría pesar los beneficios económicos que surgen de oportunidades de comercio que favorecen a las naciones más pobres. Y otra medida podría calcular, en términos del ingreso per cápita, los efectos de los pasos tomados por las naciones, ya sea individual o colectivamente, por reducir, o bien eliminar, las deudas existentes bilaterales y multilaterales que tienen los países desheredados económicamente.

Un tercer ejemplo de indicadores de base espiritual explora la aplicación del principio de la investigación independiente de la verdad en las normas en el área de gobernar y participación. En este caso se identifica como el principio básico la investigación independiente de la verdad; el área de norma escogido es el gobernar y la participación; y la meta es la de fomentar el uso efectivo de la consulta de amplia base en la formulación e implementación de normas y programas de desarrollo. La consulta se entiende como un proceso de toma de decisiones colectivo que maximiza la participación por todo segmento de la comunidad y busca llegar a la verdad de un asunto dado. El lograr esta meta requerirá que se establezcan mecanismos y se abran avenidas para que los miembros de la comunidad participen significativamente en la conceptualización, el diseño, la implementación y la evaluación de las normas y los programas que les afectan.

El progreso hacia esta meta será mucho más difícil de determinar que el progreso hacia las metas en los ejemplos anteriores. Las medidas podrían incluir encuestas para determinar la medida de participación individual en toda fase del desarrollo, y el grado al cual los individuos ven que su contribución al progreso comunitario sea significativo y seguido. Esta medida tendría que tomar en cuenta el porcentaje de la comunidad involucrada y el grado de participación por aquellos miembros comunitarios típicamente excluidos, incluyendo a la mujer, las minorías y los ancianos. Otra medida podría determinar la existencia de estructuras y procesos formales e informales que facilitan las iniciativas colaborativas, y el número y la frecuencia de reuniones realizadas, o el porcentaje de la comunidad involucrada con cualquiera de estos mecanismos.

Obviamente los ejemplos anteriores no tienen los detalles necesarios para poner en operación los indicadores propuestos. Por ejemplo, toda medida tendría que contener pautas para asesorar la información y los datos recogidos. Esta información y datos también tendrían que asesorarse a lo largo del tiempo para dar una vista significativa del progreso que se está haciendo. Además, sería necesario especificar cabalmente, y de antemano, lo que constituye el éxito.

VII. Hacia el Desarrollo de Indicadores de Base Espiritual: Posibles Pasos Colaborativos

Este trabajo escrito ha presentado cierta visión del futuro y, basado en esa visión, ha examinado brevemente los principios espirituales que pudieran usarse al construir indicadores de progreso hacia este futuro. Ha considerado áreas de normas en que estos principios podrían aplicarse para poder generar metas y, finalmente, indicadores para medir el progreso hacia tales metas. Por último, ha dado breves ejemplos de cómo podrían concebirse y desarrollarse tales medidas de base espiritual.

El enfoque usado en este trabajo no sigue el proceso normalmente asociado con la creación de indicadores. Es decir, la creación de indicador por lo general, aunque no siempre, sigue el establecimiento de normas y metas. Sin embargo, los grupos comunitarios y otros, más y más se están acercando a desarrollo de indicador por crear primero una visión, luego identificar los principios que subyacen esa visión, luego miran áreas de normas en las cuales crear metas basadas en esos principios, y finalmente, construyen indicadores para medir el progreso hacia estas metas. Éste es el enfoque usado en el trabajo actual. Una vez se hagan comunes los indicadores de base espiritual, un sinnúmero de enfoques llegarán al mismo propósito: el infundir principios espirituales en nuestro entendimiento, práctica, y asesoramiento del desarrollo.

La identificación en sí de metas y la construcción de indicadores de base espiritual para el desarrollo podría emprenderse como proceso colaborativo. Al considerarse la propuesta siguiente, ni los pasos, ni los principios, ni las áreas de norma sugeridas tienen que tomarse como punto de partida.

La propuesta es la siguiente: que los representantes de las religiones del mundo se reúnan, tal vez bajo el auspicio del Banco Mundial, u otra agencia de desarrollo internacional tal como el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas, para comenzar a consultar sobre principios espirituales y cómo afectan el progreso individual y colectivo.40 El objetivo inicial de este esfuerzo - que deberá verse desde el principio como sustancioso, consumidor de tiempo y seguido - sería de llegar a un acuerdo sobre un número limitado de principios espirituales que se comparten universalmente y un conjunto de áreas de norma prioritarias en las que se aplicarían. Basados en estos principios y áreas de prioridad, se generarían metas y se construirían indicadores para medir el progreso hacia estas metas. Otros objetivos podrían agregarse al progresar las consultas. Al grado en que pueda articularse una visión común, el esfuerzo se fortalecerá. Mientras que los representantes no tendrían que estar involucrados en los aspectos técnicos tales como calcular las medidas cuantitativas - la agencia de desarrollo involucrada podría asumir esta responsabilidad - ellos tendrían que repasar los indicadores, una vez creados, y estar involucrados en cualquier trabajo de revisión requerida luego de probarse.41

Las diferencias religiosas no deberán mostrarse insuperables en tal iniciativa, pues existe un hilo subyacente de unidad conectando las grandes tradiciones religiosas del mundo. Cada una propone verdades espirituales básicas y normas de comportamiento que constituyen la base misma de la cohesión social y el propósito colectivo. Por lo tanto, las religiones deberían poder colaborar en un esfuerzo que usa y honra sus verdades más profundas y contiene tanta promesa para la humanidad.

Mientras progresa este proceso, podría beneficiarse de utilizar cierto trabajo que ya está realizándose en el campo del desarrollo, tales como los planes de acción global de la reciente serie de conferencias de la ONU. En estos planes de acción los gobiernos del mundo se han comprometido a "desarrollo social, económico y espiritual"42 y a "lograr un mundo de mayor estabilidad y paz, construido sobre la visión ética y espiritual."43 Han reconocido que sus "sociedades tienen que responder más efectivamente a las necesidades materiales y espirituales de los individuos, sus familias y las comunidades en que viven... no sólo como asunto de urgencia, sino también como asunto de compromiso sostenido e inquebrantable en los años por delante."44 Además, han afirmado que "el desarrollo es inseparable del ambiente cultural, ecológico, económico, político, y espiritual en que se realiza."45 Estos mismos gobiernos también han reconocido que "a los individuos se les deberá permitir desarrollarse a su máxima potencia, incluyendo saludable desarrollo físico, mental y espiritual,"46 y que "la religión, la espiritualidad y la creencia desempeñan un papel central en las vidas de millones de mujeres y hombres, en la forma en que viven y en las aspiraciones que tienen para el futuro."47 (Cursiva agregada para dar énfasis.)48

Estos compromisos, juntos con las normas, metas y programas sugeridos en estos planes de acción, llevan el peso de un consenso global. En este sentido, representan el mayor entendimiento común de prioridades y enfoques de desarrollo que la comunidad internacional ha logrado alcanzar. Por otra parte, más allá de aseveraciones generales sobre el papel fundamental y la importancia de la espiritualidad, visión espiritual y desarrollo espiritual, estos acuerdos globales no ofrecen visión coherente de lo que significan estos términos, y las medidas actuales de desarrollo - los determinantes del "éxito" - por lo general, fracasan en tomar en cuenta factores espirituales. Sin embargo, debe reconocerse que estos planes de acción han reconocido que la espiritualidad es parte integrante del desarrollo y sí intentan articular ciertos principios tales como la tolerancia y la solidaridad, algunos en mayor detalle y con mayor éxito que otros. Por lo tanto, las consultas de los representantes religiosos podrían enriquecerse profundamente por el estudio de estos documentos. Además, estas consultas bien podrían generar normas y metas semejantes a los que se encuentran en estos acuerdos globales y podrían, consecuentemente, beneficiarse de considerar las recetas que contienen estos acuerdos. Sin embargo, ya que las normas y metas desarrolladas por los representantes religiosos se basarían en principios espirituales claramente identificados, tendrían mucha más probabilidad de ser apoyados por la gente que los que se basan en consideraciones predominantemente materiales.

Al hacer un llamado para la creación de indicadores de desarrollo en cada uno de los planes de acción global, las Naciones Unidas ha puesto en movimiento un proceso a niveles nacional y global para el establecimiento de medidas apropiadas para el progreso. El trabajo en los indicadores de base espiritual podría eventualmente unirse a estas iniciativas.

Al desarrollarse estas medidas de base espiritual y al ponerse en uso, podrían establecerse procesos consultativos nacional y localmente en donde las comunidades se alentarían bien a adoptar estos indicadores para sus condiciones particulares, o bien a desarrollar medidas semejantes independientes de esta iniciativa global. El proceso de adoptar o crear tales indicadores sería en sí mismo esclareciente y apoderante para aquellos que estuvieran involucrados. Además, los programas y las normas que surgirían eventualmente de estos procesos, seguramente ganarían el apoyo de mucha gente y cobrarían endosos formales de instituciones y comunidades religiosas.

La creación de indicadores de base espiritual no sería el propósito máximo de esta iniciativa. Más bien, sería el de colocar los principios espirituales al centro del desarrollo, de usarlos en sentar las bases, normas y programas, y de utilizarlos para motivar la acción individual y colectiva. Sin embargo, al demostrar que la aplicación de principios espirituales es tanto práctica como medible, la aceptación de la espiritualidad como el alma misma del desarrollo puede avanzarse significativamente. Por lo tanto, el crear medidas de base espiritual para el desarrollo no es sólo oportuno, sino esencial.

Notas:

  1. ‘Abdu’l-Bahá, Paris Talks [La Sabiduría de ‘Abdu’l-Bahá], (duodécima edición) (Londres, Editorial Baha'i, 1995, página 9).
  2. Bahá’u’lláh Gleanings from the Writings of Bahá’u’lláh [Pasajes de los Escritos de Bahá’u’lláh] (Wilmette, Baha'i Publishing Trust, 1976, página 215).
  3. The Intergovernmental Seminar on Criteria and Indicators for Sustainable Forest Management [El Seminario Intergubernamental sobre Criterios e Indicadores para el Manejo Sostenible de Silvicultura], 19-22 de agosto de 1996, Helsinki, Finlandia; Informe de Trasfondo #3, página 17.
  4. Véase, por ejemplo, el Human Development Report 1997 [Informe de Desarrollo Humano 1997] por el Programa de Desarrollo de las Naciones Unidas.
  5. Este indicador, además de medir directamente los fallecimientos infantiles, también tiende a reflejar medidas de ingresos, educación, y gastos de salud pública, entre otros.
  6. Por ejemplo, un indicador que mida años de estudios escolares, por si sólo, revelará poco beneficio de tal aprendizaje a la sociedad. Para mostrar esto, una persona de mucha educación escolar pero con mucha falta de moral tenderá ser dañino a la comunidad, mientras que una persona con poca o ninguna educación formal pero con fuerte sentido de moralidad, en general, mostrará ser de beneficio a la sociedad (por supuesto, mejor sería que el individuo sea tanto educado formalmente como capacitado moralmente).
  7. Otra forma de ver la interrelación de factores es por medio de la analogía de síntomas médicas - tales como fiebre, escalofríos, e hinchazón - que individualmente pueden significar cosas muy diferentes. Sólo cuando se miren juntos en un patrón particular identificable por un doctor competente es que pueden diagnosticarse como una condición específica y pude recetarse un tratamiento razonable.
  8. The Community Indicators Handbook: Measuring Progress Toward Healthy and Sustainable Communities [Manual de Indicadores Comunitarios: Midiendo el Progreso Hacia Comunidades Saludables y Sostenibles], 1997, Tyler Norris Associates, Redefining Progress and Sustainable Seattle, página 1.
  9. El Informe de Desarrollo Humano apareció por primera vez en el 1990.
  10. Éstos incluyen la Cumbre Mundial para Niños de 1990 (la Declaración Mundial sobre la Supervivencia, Protección y Desarrollo de Niños y el Plan de Acción para Implementar la Declaración Universal sobre la Supervivencia, Protección y Desarrollo de Niños en la década de 1990); la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Ambiente y Desarrollo de 1992 (la Declaración de Río sobre el Ambiente y el Desarrollo y Agenda 21); la Conferencia Mundial de 1993 sobre Derechos Humanos (la Declaración de Viena y Programa de Acción); la Conferencia Internacional de 1994 sobre Población y Desarrollo (el Programa de Acción de la Conferencia Internacional sobre Población y Desarrollo); la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social de 1995 (la Declaración de Copenhagen y el Programa de Acción); la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer de 1995 (la Declaración de Beijing y Plataforma de Acción); y la Conferencia sobre Establecimientos Humanos - Albergue II (la Declaración de Estambul y la Agenda de Albergue).
  11. Está en proceso el trabajo sobre estos indicadores de parte de gobiernos, comisiones y agencias de la ONU, y organizaciones no-gubernamentales (OONGG). Tales esfuerzos se están realizando, por ejemplo, bajo el auspicio de muchos gobiernos nacionales y varios cuerpos de la ONU, tales como el Centro para Establecimientos Humanos de la ONU, la Comisión sobre Desarrollo Sostenible, la Comisión para Desarrollo Social, y la Comisión sobre el Estado de la Mujer. Las OONGG y las coaliciones de OONGG están contribuyendo a este trabajo y también están emprendiendo sus propias iniciativas para con esto.
  12. UNRISD News, Núm. 16, Primavera/Verano 1997, páginas 14 - 15. Los tres trabajos ocasionales conjuntos mencionados son: Hacia un Informe Mundial sobre Cultura y Desarrollo: Construyendo Estadísticas e Indicadores Culturales; Indicadores Culturales de Bienestar: Algunos Asuntos Conceptuales; e Indicadores Culturales de Desarrollo.
  13. Para una exposición excelente sobre capital social, véase el capítulo 6, "Capital Social: el Eslabón Perdido?" en Expandiendo la Medida de la Riqueza: Indicadores de Desarrollo Ambientalmente Sostenible, Estudios de Desarrollo Ambientalmente Sostenible y Monografías Serie Número 17, El Banco Mundial, Washington, D.C. Véase además, Enfrentándose a la Crisis: Un Estudio Comparativo de Respuestas Hogareñas a la Pobreza y la Vulnerabilidad en Cuatro Comunidades Urbanas Pobres, Caroline O.N. Moser, Estudios de Desarrollo Ambientalmente Sostenible y Monografías Serie Número 8, El Banco Mundial, Washington, D.C..
  14. Estas iniciativas incluyen Manual de Indicadores Comunitarios: Midiendo el Progreso Hacia Comunidades Saludables y Sostenibles; los Principios Bellagio; y el proyecto de Nuevos Indicadores de la Nueva Fundación Económica.
  15. Estos esfuerzos incluyen el trabajo de numerosas OONGG dirigiéndose a valores y principios espirituales como fundamentales al progreso, las iniciativas de valores éticos y espirituales dentro del Banco Mundial, y varios proyectos de investigación. Entre los informes publicados se encuentran Cambio de Consciencia Global: Indicadores de una Paradigma Emergente (Duane Elgin y Coleen LeDrew, Awakening Earth, 1997); Cultura, Espiritualidad, y Desarrollo Económico: Abriendo un Diálogo (William F Ryan SJ, Centro de Investigación Internacional de Desarrollo, Ottawa, Canadá, 1995); y la Encuesta de Valores Mundial, 1981 - 1984 y 1990 - 1993 (Principle Investigator, Grupo de Estudios de Valores Mundiales, Consorcio inter-universitario para la Investigación Política y Social, Ann Arbor, Michigan, 1994).
  16. Los principios espirituales, según aseveran los Escritos baha'is, son aquellas verdades esenciales dados a la humanidad por aquella realidad superior, aquella incognoscible escencia de escencias llamado Dios. Las religiones traídas a la humanidad por una sucesión de luminarias espirituales han sido el lazo primario entre la humanidad y aquella realidad superior, y han galvanizado y refinado la capacidad de la humanidad por amar, por comprender la realidad y por lograr el progreso espiritual.
  17. Dos principios espirituales que pudieran ser parte de una lista extendida son la belleza y el servicio.
  18. Shoghi Effendi, The World Order of Bahá’u’lláh - Selected Letters [El Orden Mundial de Bahá’u’lláh - Cartas Escogidas] (Wilmette, Editorial Baha'i, 1974 [segunda edición revisada], páginas 41 - 42).
  19. En los Escritos Baha'is, "Hombre es un término genérico que aplica a toda la humanidad." (‘Abdu’l-Bahá, The Promulgation of Universal Peace: Talks Delivered by ‘Abdu’l-Bahá during His Visit to the United States and Canada in 1912 [La Promulgación de la Paz Universal] [segunda edición] [Wilmette, Editorial Baha'i, 1982, página 76].)
  20. Bahá’u’lláh, Epistle to the Son of the Wolf [Epístola al Hijo del Lobo] (Wilmette, Editorial Baha'i, 1988 [nueva edición], página 13).
  21. ‘Abdu’l-Bahá, The Promulgation of Universal Peace: Talks Delivered by ‘Abdu’l-Bahá during His Visit to the United States and Canada in 1912 [La Promulgación de la Paz Universal] [segunda edición], página 375.
  22. ‘Abdu’l-Bahá, "Trustworthiness" [La Confiabilidad] The Compilation of Compilations, Volume II (Baha'i Publications Australia), 1991, página 340).
  23. Para una exploración de este concepto, véase Moral Leadership, 1997, the Global Classroom, Washington DC, publicado originalmente como Liderazgo Moral, 1993, Universidad Núr, Santa Cruz, Bolivia.
  24. ‘Abdu’l-Bahá, Japan Will Turn Ablaze: Tablets of ‘Abdu’l-Bahá, Letters of Shoghi Effendi and Historical Notes About Japan [El Japón se encenderá] (Osaka, Editorial Baha'i, 1974, página 35).
  25. ‘Abdu’l-Bahá, Paris Talks [La Sabiduría de ‘Abdu’l-Bahá] (duodécima edición), página 145.
  26. La consulta requiere que los participantes individuales se esfuercen por trascender sus respectivos puntos de vista para poder funcionar como miembros de un cuerpo con sus propios intereses y metas. En la consulta, donde se intercambian puntos de vista tanto con franqueza como con cortesía, las ideas pertenecen no al individuo que las presenta, sino al grupo en general, para aceptar, rechazar, o revisar como mejor sirva las metas perseguidas. La consulta tiene éxito en la medida en que todos los participantes apoyan las decisiones tomadas. Bajo tales circunstancias, una decisión anterior puede fácilmente reconsiderarse si la experiencia expone cualquier fallo.
  27. ‘Abdu’l-Bahá, The Secret of Divine Civilization [El Secreto de la Civilización Divina] (Wilmette, Editorial Baha'i, 1990, páginas 24 - 25).
  28. Cada individuo tiene derecho a trabajo significativo y la responsabilidad de mantener a su familia y a contribuir al bienestar de la comunidad. Al desempeñarse en una ocupación u oficio en el espíritu de servicio, el individuo contribuye algo de valor a la sociedad. Por su parte, la sociedad reconoce el valor de sus miembros al crear oportunidades para que ellos se ganen la vida y hacer una contribución al bien común, ayudando así al desarrollo espiritual del individuo. Pues es al contribuir al bien común que el individuo adquiere verdadera madurez espiritual.
  29. ‘Abdu’l-Bahá, The Secret of Divine Civilization [El Secreto de la Civilización Divina], página 109.
  30. Las Enseñanzas Baha'is aseveran que de ser imposible que una familia eduque todos sus niños - una condición que deberá erradicarse en el futuro - la prioridad debe dársele a la educación de la niña ya que las madres son las primeras educadoras de futuras generaciones.
  31. Shoghi Effendi, por medio de su secretaria, de una carta de fecha 17 de febrero de 1933 a un creyente individual.
  32. "La naturaleza es la Voluntad de Dios y su expresión en y por medio del mundo contingente." Bahá’u’lláh, Tablets of Bahá’u’lláh revealed after the Kitáb-i-Aqdas [Tablas de Bahá’u’lláh] (Wilmette, Editorial Baha'i, 1988, página 142).
  33. ‘Abdu’l-Bahá, Selections from the Writings of ‘Abdu’l-Bahá [Selección de los Escritos de ‘Abdu’l-Bahá] (Haifa: Centro Mundial Baha'i, 1978, página 291).
  34. Shoghi Effendi, Call to the Nations [Llamado a las Naciones] (Haifa: Centro Mundial Baha'i, 1977, páginas 55 - 56).
  35. Un sistema coordinado mundial de reservas de comida será esencial al bienestar físico de la familia humana en tiempos de falta, especialmente si el cambio global crea más y más inestabilidad en la producción de comida.
  36. La 37ª Asamblea de Salud Mundial hizo un llamado por que "los estados miembros consideren el incluir en sus estrategias para la salud para todos una dimensión espiritual..." (WHA 37.13, 15 de mayo de 1984)
  37. Bahá’u’lláh, Tablets of Bahá’u’lláh Revealed after the Kitáb-i-Aqdas [Tablas de Bahá’u’lláh], página 70.
  38. Por supuesto, pudiera identificarse y aplicarse más de un principio en cualquier área de norma dado.
  39. Obviamente, esto no describe en detalle la evaluación de esta información ni de tomar en cuenta las descripciones negativas de los mismos temas.
  40. Este involucramiento señalaría una disposición de parte de estas agencias de desarrollo por tomar en serio la realidad espiritual de la naturaleza humana.
  41. Al construir estos indicadores, se necesitará considerar medidas tanto cualitativas como cuantitativas. Podrían usarse encuestas de opinión pública, grupos de enfoque con audiencias claves, entrevistas individuales y a fondo, y asesoramientos rápidos participatorios, para ayudar a obtener los datos necesarios. El análisis de los datos requerirá una comprensión del marco y los principios filosóficos que dieron lugar a los indicadores en primer lugar.
  42. Agenda 21, 6.3.
  43. Habitat Agenda [Agenda de Albergue], 4.
  44. Copenhagen Declaration on Social Development [Declaración Copenhagen sobre el Desarrollo Social], 3.
  45. Programme for Action for the World Summit for Social Development [Programa de Acción para la Cumbre Mundial para el Desarrollo Social], 4.
  46. Agenda 21, 6.23.
  47. Platform for Action of the Fourth World Conference on Women [Plataforma para la Acción de la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer], 24.
  48. Dada la fuerte influencia de las OONGG en estas conferencias, incluyendo aquellas que buscaban hacer que los valores y principios espirituales fueran la fuerza motriz de estos planes de acción, este enfoque sobre lo espiritual no sorprende.

Derechos del Niño

Derechos del Niño

Comisión de Derechos Humanos 54º período de sesiones Tema 20 del programa provisional

13 February 1998

[13 de febrero de 1998]

Abuso sexual de los niños dentro de la familia

La Comunidad Internacional Baha'i acoge con agrado la aprobación de la resolución 1997/78 de la Comisión, la cual aborda una amplia variedad de condiciones que afectan a los niños a través de todo el mundo. La resolución, al igual que la Declaración y Programa de Acción de Viena, hace un llamado para que se fortalezcan, a un nivel nacional e internacional, los mecanismos y programas concebidos para combatir la explotación y el abuso de los niños. En agosto de 1996, el Congreso Mundial contra la Explotación Sexual Comercial de los Niños (en adelante, el Congreso Mundial) enfocó la atención mundial hacia una de las formas más viles de abuso hacia los niños, la explotación sexual.

En la presente declaración, quisiéramos enfocar nuestra atención en el abuso sexual de los niños que tiene lugar dentro de la familia; éste, el Grupo de Trabajo sobre las Formas Contemporáneas de Esclavitud (en adelante, el Grupo de Trabajo) lo ha descrito como "una forma moralmente abominable de la esclavitud" (E/CN.4/Sub.2/1997/13, recomendación 13). El abuso sexual de los niños que ocurre en el seno familiar hace estragos en todas las regiones del mundo, en todos los estratos económicos y sociales, y en toda clase de familias. Dicho abuso destruye el respeto tanto hacia la persona en sí como hacia los demás. Cuando el abuso ocurre dentro de la familia, que es donde se forma el concepto básico del niño mismo, es precisamente donde el daño es especialmente devastador, ya que inhibe el reconocimiento por parte del niño de su fundamental nobleza como ser humano, y obscurece la percepción del niño de aquello que le lleva a su avance o a su degradación. El abuso sexual por parte de los familiares predispone a la persona a una vida no sólo como víctima, sino frecuentemente como perpetrador de abuso también. Dicho abuso destruye los verdaderos cimientos de la sociedad ‑la familia‑ y restringe la habilidad que la persona tiene para contribuir al bienestar de la sociedad. Por lo tanto, el abuso sexual dentro de la familia tiene consecuencias transcendentales, tanto para los individuos implicados como para la sociedad.

El establecimiento y la subsiguiente puesta en práctica de los castigos apropiados según la gravedad de los delitos constituiría un paso importante y un factor disuasivo para los abusadores potenciales. Tales acciones comunicarían de forma inequívoca la intención del gobierno de velar por el derecho de todo niño a estar seguro dentro de su propio hogar. Nosotros, por lo tanto, estamos de acuerdo con la recomendación del Grupo de Trabajo de que los gobiernos "tomen las medidas necesarias para castigar severamente a los perpetradores de este delito sumamente nefasto" (E/CN.4/Sub.2/1997/13, recomendación 13, párr. 3). Al mismo tiempo, creemos que la solución definitiva de este problema no radica tanto en los castigos que se impongan sino en la prevención del mismo. Opinamos que es a través de la educación apropiada y el fortalecimiento de la integridad familiar, que se puede reducir de forma eficaz y a largo plazo el número, tanto de víctimas como de perpetradores.

La importancia, que revisten tanto la educación como las familias sanas en la protección de los niños, se ve reflejada en numerosos informes y estudios de las Naciones Unidas sobre este tema. En su declaración, el Congreso Mundial enumera los factores que contribuyen a la explotación sexual de los niños, entre los que se encuentran "las familias disfuncionales, [y] la falta de educación" (párr. 6). El informe de la Relatora Especial sobre la venta de niños, la prostitución infantil y la utilización de niños en la pornografía observa que "La vulnerabilidad de los niños reside principalmente en las circunstancias... como la pertenencia a familias marginadas y/o rotas" (E/CN.4/1997/95, párr. 12). El Programa de Acción adoptado por la Comisión de Derechos Humanos en 1992 [1]/, asigna un capítulo entero al tema de la educación, y la Agenda de Acción del Congreso Mundial adoptada en 1996 (cap. 3, Prevención, párrs. a) a h)), tiene como enfoque la educación como medida preventiva importante. Además, el Grupo de Trabajo recomienda que los organismos encargados de vigilar el acatamiento de los tratados sobre los derechos humanos de las Naciones Unidas, presten especial atención a los artículos relacionados con estas dos áreas cuando examinen los informes de las partes firmantes de los Estados [1]/.

Los estudios demuestran que el abuso sexual trasciende todos los estratos educacionales, lo cual sugiere que la educación que es sólo académica no es suficiente para disuadir el abuso. Es por lo tanto importante determinar qué tipo de educación pudiera prevenir el abuso sexual de los niños. La Convención sobre los Derechos del Niño declara que la educación del niño, que tiene lugar tanto en la escuela como en el hogar, deberá estar encaminada a "desarrollar la personalidad [y] las aptitudes... del niño hasta el máximo de sus posibilidades" (art. 29, 1 a)). Según el Programa de Acción adoptado por la Comisión de Derechos Humanos en 1992 la educación debe inculcar "... valores tales como el amor propio" (anexo, párr. 21 b)). Creemos que para que la educación sea eficaz ésta debe capacitar la inculcación de conocimientos no sólo para asegurar la adquisición de datos, aptitudes y la habilidad de raciocinio, sino también para promover el reconocimiento del carácter espiritual de la humanidad, con todas sus consecuencias para el bienestar moral de la sociedad. Desde el punto de vista de la Comunidad Internacional Baha'i, por lo tanto, la educación debe procurar descubrir y desarrollar los talentos singulares de cada niño a la vez que cultiva en el niño el deseo y la capacidad de ser un miembro responsable y dedicado de la familia y la sociedad en general.

Además de conocimientos y aptitudes, todos los tipos de educación transmiten también valores y creencias, ya sea consciente o inconscientemente. Se deberían examinar los sistemas educacionales imperantes y los planes de estudio para ver cuáles son los valores implícitos que imparten y deben volverse a diseñar para enseñar tales principios como la confiabilidad, honradez, solidaridad, cooperación, la unidad del género humano y la igualdad de derechos para la mujer y el hombre. Creemos que este último tiene consecuencias profundas para la vida doméstica y social y, una vez que todos los miembros de la familia lo acepten, podría llegar a ser una potente fuerza disuasoria del abuso sexual dentro del seno familiar.

Teniendo en cuenta los cambios que tienen que realizarse dentro del ámbito de educación formal, es importante recordar que la educación tiene lugar en la familia también. Las actitudes y conductas que se aprenden en el seno de la familia repercuten en la sociedad en general, y se llevan desde el hogar al lugar de trabajo y al mundo de la política. Por lo tanto hay que prestar gran atención en idear formas de diseminar información usando los métodos y medios más eficaces, para así conocer cuáles son los patrones de comportamiento que tienen lugar en la familia que conducen a la disfunción y que afectan gravemente el bienestar de los miembros de la familia, en especial los niños.

Una herramienta importante para crear y mantener la viabilidad familiar es la consulta, que comprende a todos los miembros de la familia ‑madre, padre e hijos, así como a otros miembros de la casa. En realidad, la consulta es un vehículo ideal para buscar los puntos de vista del niño sobre todos los asuntos que le conciernen, tal como lo estipula la Convención sobre los Derechos del Niño. Las Escrituras baha'is recomiendan la consulta familiar usando la discusión franca y plena, alentada por la conciencia de la necesidad de observar la moderación y el equilibrio como una panacea para el conflicto doméstico [1]/. Tan valiosa es la consulta para resolver problemas en grupo y establecer nuevos métodos de interacción basados en la igualdad y el respeto mutuo, que parte de la educación de cada niño debería comprender la formación de las aptitudes y habilidades que se requieren para consultar de manera eficaz.

En conclusión, se necesitan campañas de educación pública para proclamar el derecho de los niños de estar seguros en sus propios hogares y para alentar tanto a los abusadores como a las víctimas a buscar ayuda. La discusión amplia de este problema, sus causas, consecuencias y remedios ayudaría a levantar el velo de sigilo y vergüenza que rodea el tópico del abuso sexual dentro de la familia, lo cual impide que muchas personas busquen ayuda. Por lo tanto, instamos que todos los medios, incluso los de comunicación, se usen para despertar la conciencia del público sobre la necesidad de acabar con el abuso sexual de los niños, especialmente cuando ocurre dentro del seno familiar.

[i]/   Resolución 1992/74, anexo, párrafos 18 a 23, en los que se recomienda metas educaciones como: "hincapié especial en las niñas", "los esfuerzos en materia de educación deben fundarse en principios de ética universalmente reconocidos, en particular el derecho a la integridad de la familia".

 

[i]/   E/CN.4/Sub.2/1997/13, recomendación 13, párrafo 7, menciona el artículo 13, párrafo 1, del Pacto Internacional de Derechos Económicos, Sociales y Culturales, en el cual se estipula que "la educación debe orientarse hacia el pleno desarrollo de la personalidad humana y del sentido de su dignidad".

 

[i]/   Casa Universal de Justicia, citada en Baha'i Marriage and Family Life: Selections from the Writings of the Baha'i Faith, pág. 36.

Comunidades Sostenibles en un Mundo Integrante

Comunidades Sostenibles en un Mundo Integrante

Este enunciado se presentó por la Comunidad Internacional Baha'i a la Conferencia sobre Domicilios Humanos (Albergue II) de las Naciones Unidas.

Estanbul, Turquía—7 June 1996

3 al 14 de Junio de 1996

Con la llegada del siglo XXI que se aproxima velozmente, los gobiernos, las organizaciones y los pueblos están gastando enormes energías para desarrollar comunidades que sean socialmente vibrantes, unidas y prósperas. La Conferencia sobre Domicilios Humanos (Albergue II) de las Naciones Unidas, que se une a las grandes conferencias globales de esta década, es un hito en estos esfuerzos y presagia avances mayores en el desarrollo comunitario.

Sin embargo a largo plazo los esfuerzos por construir comunidades tendrán éxito sólo en la medida en que entrelacen el progreso material con las aspiraciones espirituales fundamentales, respondan a la aumentativa entredependencia entre los pueblos y naciones del planeta, y establezca un marco dentro del cual todos los pueblos puedan ser participantes activos en el gobierno de sus sociedades.

A estos tres elementos fundamentales de comunidades sostenibles es que se dirigen los siguientes comentarios.

El progreso material debe reflejar los principios y las prioridades espirituales

La naturaleza humana es fundamentalmente espiritual. Por lo tanto es poco probable que las comunidades lleguen a ser prósperas y sostenibles a menos de que tomen en cuenta la dimensión espiritual de la realidad humana y busquen fomentar una cultura en la cual el desarrollo moral, ético, emocional e intelectual del individuo sean de preocupación primaria. Es en tal ambiente donde el individuo tendrá probabilidad de llegar a ser un ciudadano realizándose constructivamente y dirigido al servicio, trabajando para el bienestar material y espiritual de la comunidad, y donde pueda desarrollarse efectivamente una visión en común y un sentido de propósito compartido.

Por ende los aspectos materiales del desarrollo comunitario - políticas ambientales, económicos y sociales; sistemas de producción, distribución, comunicación y transportación; y procesos políticos, legales y científicos - tienen que dirigirse por principios y prioridades espirituales. Actualmente, sin embargo, la sustancia y la dirección del desarrollo comunitario se determinan grandemente por las consideraciones materiales.

Por lo tanto, nuestro desafío es el de rediseñar y desarrollar nuestras comunidades en torno a esos principios universales - incluyendo el amor, la honestidad, la moderación, la humildad, la hospitalidad, la justicia y la unidad - que promueven la cohesión social, y sin los cuales ninguna comunidad puede durar mucho tiempo, no importa cuán próspera sea económicamente, cuán dotada intelectualmente ni cuán avanzada tecnológicamente.

Entre las consideraciones y los principios que deben guiar esta empresa se encuentran las siguientes:

  • La protección de la familia y la promoción de su bienestar tienen que ser punto central de los procesos comunitarios. La familia es la institución primaria para de la sociedad y la incubadora principal de valores, actitudes, creencias y comportamientos. Cuando está sana espiritualmente contribuye significativamente al desarrollo de ciudadanos felices y responsables.
  • Los diseños físicos, sociales, económicos, legales y políticos de nuestras comunidades tienen que servir a todos los miembros de la sociedad, no sólo a los privilegiados. Una sociedad verdaderamente justa y equitativa requerirá una ciudadanía que comprende que los intereses del individuo y de la comunidad están inseparablemente entrelazadas; que el avance de los derechos humanos requiere pleno compromiso para con las responsabilidades correspondientes; y que cuando a las mujeres se les acepte como plenos iguales a los hombres en toda área del esfuerzo humano entonces las familias, las comunidades, y las naciones prosperarán y progresarán.
  • El trabajo es tanto un medio de ganarse la vida para el individuo y una forma de contribuir a la prosperidad de la comunidad entera. Como tal, ayuda a darle significado a la vida de uno. Por lo tanto, el diseño comunitario tiene que asegurar que las energías creativas del individuo tienen un paso de empleo productivo en el que puedan expresarse. Por su parte, el individuo tiene que asumir la responsabilidad de realizar su fideicomiso. El progreso en esta área dará gran empuje a la eliminación de extremos de riqueza y pobreza en el mundo.
  • "La religión", aseveran los Escritos baha'is, "es el mayor medio para el establecimiento del orden en el mundo y para el contento pacífico de todos los que allí viven." 1 Por lo tanto, en toda comunidad tiene que asegurarse la libertad de religión, incluyendo el derecho de establecer centros de adoración.2 Los lugares de adoración proveen un sitio para la oración y la meditación, actos de devoción por medio de los cuales el individuo puede acercarse al Creador, fortaleciendo así sus capacidades espirituales para el sacrificio y el servicio. Como monumentos físicos estos edificios también a menudo sirven para expresar el genio cultural de la sociedad.
  • La promoción de la belleza, ya sea natural o hecha por el hombre, debe llegar a ser un principio dirigente en la planificación comunitaria, pues la belleza puede tocar el corazón e inspirar el alma con nobles sentimientos y acciones.
  • El desarrollo comunitario tendrá que incorporar principios de preservación y rehabilitación ambientales, no sólo para llevar nuestra civilización actual a un patrón sostenible de acción, sino también para responder a la gran necesidad del espíritu humano por contacto cercano con el mundo natural. El papel primordial del agricultor en la comida y en la seguridad económica también tiene que considerarse cuidadosamente en el diseño de todo domicilio humano.
  • Las vastas fuerzas de la ciencia y la tecnología tienen que aprovecharse para servir las necesidades materiales, intelectuales, emocionales y espirituales de la familia humana entera. Esto requerirá que todos los pueblos se involucren en generar el conocimiento científico y en determinar sus aplicaciones. Mientras aumenta la participación las tecnologías que han tendido a desensibilizar y a enajenar, a hacer que el trabajo de satisfacción y los oficios sean redundantes, a destruir el ambiente, y a causar enfermedad o muerte, sin duda se reconsiderarán, se rediseñarán o bien se abandonarán.

La entredependencia entre los pueblos y las naciones del mundo sólo aumentará en los años venideros

Los pueblos y las naciones del planeta están atrayéndose entre sí mientras se hacen más y más dependientes unos de otros. Los domicilios en todo el mundo - desde las aldeas y pueblos hasta las ciudades y megalópolis - están llegando a ser el hogar de poblaciones más y más diversas. Esta entredependencia aumentativa y la interacción intensificante entre diversos pueblos crean desafíos fundamentales a antiguos modos de pensar y de actuar. Cómo respondemos nosotros, como individuos y como comunidades, a estos desafíos determinará en gran medida si nuestras comunidades han de hacerse cuidadoras, cohesivas y progresivas, o bien inhospitalarios, divididas e insostenibles.

La unidad en la diversidad es a la vez una visión para el futuro y un principio para guiar a la comunidad mundial en su respuesta a estos desafíos. Este principio no sólo tiene que llegar a animar las relaciones entre las naciones del planeta, sino también tiene que aplicarse dentro de comunidades tanto locales como nacionales si han de prosperar y perdurar. Los efectos unificadores y saludables de la aplicación de este principio al rediseño y al desarrollo de las comunidades en todo el mundo sería incalculable, mientras que las consecuencias de fracasar en responder apropiadamente a los desafíos de un mundo que se encoge seguramente serían desastrosas.

Obviamente la humanidad tiene que estar preparada para las oportunidades y las responsabilidades que están emergiendo como resultado de esta entredependencia aumentativa. Las personas tienen que desarrollar el conocimiento, los valores, las actitudes y las destrezas necesarias para participar constructivamente y con confianza en formar la comunidad mundial a todo nivel, para que pueda reflejar los principios de la justicia, la equidad y la unidad. La educación desempeñará un papel indispensable en este aspecto. Tendrá que ayudar al individuo a desarrollar un sentido de lugar y de comunidad: un sentido que no se limite al nivel local ni nacional, sino que se extienda para incluir al mundo entero.3 Deberá cultivar la virtud como la base para el bienestar personal y colectivo, y deberá crear en los individuos un profundo compromiso para con el bienestar de sus familias, sus comunidades, sus países, y de hecho, toda la humanidad.4 La educación también deberá alentar el pensar en términos de proceso histórico, viendo en la historia un movimiento inexorable hacia una civilización mundial, un movimiento cuyos éxitos son el patrimonio de todos los pueblos y a cuyos desafíos debemos dirigirnos actualmente como una sola raza.

La humanidad tiene que moverse hacia recesos de gobierno más participatorios, asados en el conocimiento y dirigidos por valores

Modelos de desarrollo comunitario que sean de arriba para abajo ya no pueden responder adecuadamente a las necesidades y aspiraciones de la actualidad moderna. La comunidad mundial tiene que moverse hacia procesos de gobierno más participatorios, basados en el conocimiento y dirigidos por valores en que las personas pueden asumir responsabilidad por los procesos y las instituciones que afecten sus vidas. Estos sistemas tienen que ser democráticos en espíritu y en método, y deben emerger en todos los niveles de la sociedad mundial, incluyendo el nivel global.5 La consulta - la expresión operante de la justicia en los asuntos humanos - debe llegar a ser su modo primordial de toma de decisiones.

Naturalmente las antiguas formas de ejercer el poder y la autoridad tienen que dar lugar a nuevas formas de liderazgo. Nuestro concepto de liderazgo tendrá que reformularse para incluir la habilidad de fomentar la toma de decisiones colectiva y la acción colectiva. Encontrará su mayor expresión en el servicio a la comunidad entera.

Hacia una comunidad en común, un destino en común

En conclusión, las comunidades que crecen y prosperan en el nuevo milenio lo harán debido a que reconocen la dimensión espiritual de la naturaleza humana y se ocupan de que el desarrollo moral, emocional e intelectual del individuo sea prioridad central. Darán garantía a la libertad de religión y alentarán el establecimiento de los lugares de adoración. Sus centros de aprendizaje buscarán cultivar las potencialidades ilimitadas en la consciencia humana y perseguirán como meta principal la participación de todo el pueblo en la generación y la aplicación del conocimiento. Siempre teniendo en cuenta que los intereses del individuo y de la sociedad son inseparables, estas comunidades promoverán el respeto tanto para los derechos como para las responsabilidades, fomentarán la igualdad y la asociación de mujeres y hombres, y protegerán y cuidarán a las familias. Promoverán la belleza, natural y hecha por el hombre, e incorporarán en su diseño principios de preservación y rehabilitación ambiental. Guiadas por el concepto de la unidad en la diversidad, apoyarán la amplia participación en los asuntos de la sociedad, y más y más se dirigirán a líderes quienes estén motivados por el deseo de servir. En estas comunidades los frutos de la ciencia y la tecnología beneficiarán a la sociedad completa, y habrá trabajo disponible para todos.

Las comunidades tales como éstas demostrarán ser los pilares de una civilización mundial: una civilización que será la cumbre lógica de los esfuerzos de la humanidad hacia creación de comunidad a través de largos trechos de tiempo de geografía. La declaración de Bahá'u'lláh de que toda persona "nace para llevar adelante una civilización en continuo progreso", implica que toda persona tiene tanto el derecho como la responsabilidad de contribuir a esta empresa histórica, abarcadora y colectiva cuya meta es nada menos que la paz, la prosperidad y la unidad de la familia humana entera.6


  1. Aunque se han perpetrado enormes injusticias en toda la historia, en nombre de la religión, es imposible negar el papel primordial que la fe ha realizado en el progreso social, motivando a los individuos a desarrollar cualidades espirituales, apoderándoles a sacrificarse para sus semejantes y a contribuir al mejoramiento de sus comunidades.
  2. Los centros de adoración, y las instituciones y actividades a las cuales dan lugar, deben hacerse parte fundamental de todo pueblito, aldea, pueblo y ciudad - de hecho, de todo tipo de domicilio humano en toda nación - pero tienen que contribuir a la harmonía, la paz, el bienestar, el entendimiento, y la tolerancia cabales de la comunidad. De no ser así, sólo servirán para retrazar el desarrollo de comunidades sostenibles y prósperas, y el pueblo eventualmente los abandonará al darse cuenta del papel divisivo y parroquial que desempeñan en la sociedad. De hecho, casi cualquier lugar puede servir como centro de adoración. Una de las oraciones reveladas por Bahá'u'lláh recalca este punto: "Bendito es el sitio, y la casa, y el lugar, y la ciudad, y el corazón, y la montaña, y el refugio, y la cueva, y el valle, y la tierra, y el mar, y la isla, y la pradera donde se ha hecho mención de Dios y se ha glorificado Su alabanza." Sin embargo, la importancia de centros físicos basados en la comunidad para el desarrollo y la expresión de la fe no puede sobrerecalcarse.

El Mashriqu'l-Adhkár baha'i (el Punto de amanecer de la Alabanza de Dios) es un centro tal que por su propio diseño integra la adoración con el servicio, es decir, expresa lo espiritual de formas prácticas. En el centro de este complejo yace la Casa de Adoración la cual está abierta a toda persona, no importa de que fe sea. Alrededor de la Casa de Adoración, y animados por ella, han de haber un número de dependencias - o instituciones - dedicadas a los asuntos sociales, administrativos, humanitarios, educativos y científicos. Al desarrollarse cada complejo Mashriqu'l-Adhkár, estas dependencias incluirán "un hospital, un dispensario, un hospedaje para viajeros, una escuela para huérfanos, y una universidad para estudios avanzados." Este modelo práctico para armonizar los aspectos morales y éticos, físicos y ambientales, económicos y sociales de domicilios humanos es digno de estudio por aquellos que estén involucrados en los procesos de creación de comunidades.

  1. En este aspecto, la comunidad puede concebirse como un conjunto de círculos concéntricos, siendo la comunidad local la más pequeña, y la comunidad global la mayor.
  2. El concepto de la ciudadanía mundial ayuda a integrar a todos los niveles de la comunidad: siendo un ciudadano responsable a niveles local y nacional no niega el amor por toda la humanidad; sino que estas lealtades y obligaciones de múltiples niveles forman una red fuertemente tejida, un todo inseparable.
  3. En la consulta los participantes individuales se esfuerzan por trascender sus puntos de vista respectivos para poder funcionar como miembros de un cuerpo con sus propios intereses y metas. En una atmósfera caracterizada por tanto la honestidad como la cortesía, las ideas pertenecen no solamente al individuo quien los presenta, sino al grupo entero, para aceptar, descartar, o bien revisar según parezca mejor para servir la meta perseguida. La consulta tiene éxito en la medida que todos los participantes apoyen las decisiones hechas, sin importar las opiniones individuales con las cuales entraron a la discusión. Bajo tales circunstancias una decisión anterior puede fácilmente reconsiderarse si la experiencia enseña cualesquier falta.
  4. Es interesante notar que varios de los conceptos que aparecen en este enunciado también se presentaron en el enunciado que entregara la Comunidad Internacional Baha'i a la primera Conferencia sobre Domicilios Humanos de las Naciones Unidas en el 1976. Entre más recientes enunciados baha'is que aclaran el tema de las comunidades sostenibles se incluyen La Prosperidad de la Humanidad; La Ciudadanía Mundial: Una Ética Global para el Desarrollo Sostenible; y El Punto Decisivo para Toda Nación.

La Grandeza que podrían hacer suya: La Religion como Agente para

La Grandeza que podrían hacer suya: La Religion como Agente para

26 August 1995

INTRODUCCIÓN

Acorde con el espíritu de esta época, la mujer debe avanzar y completar su misión en todos los aspectos de la vida, convirtiéndose en igual del hombre. Debe estar al mismo nivel de éste y gozar de iguales derechos. Esta es mi fervorosa súplica y uno de los principios fundamentales de Bahá'u'lláh.
'Abdu'l-Bahá

La Religión como Agente para Promover

el Adelanto de la Mujer a Todo Nivel

Janet A. Khan

El Programa de Acción para la Cuarta Conferencia Mundial sobre la Mujer en Beijing recalca la importancia de salvaguardar los derechos humanos de la mujer y enfatiza el principio de la responsabilidad compartida y la asociación entre mujeres y hombres como base para el logro de la igualdad, el desarrollo y la paz. Proyecta una Agenda para la Igualdad que llama a la acción inmediata para crear un mundo pacífico, desarrollado y justo, basado en el principio de la igualdad para gente de toda edad y toda condición, sustentado por el conocimiento, la energía, la creatividad y las destrezas de la mujer. Es así que, a diferencia del pragmatismo puro, el Programa de Acción encarna las cuestiones asociadas al avance de la mujer desde el punto de vista del principio moral. La implementación efectiva de estos objetivos necesariamente requerirá cambios en los valores, el comportamiento, y los procedimientos, y una modificación de la dinámica interna de poder y de las estructuras organizacionales.

Tradicionalmente las grandes religiones del mundo han sido importantes fuentes de visión y de valores así como agentes primarios de socialización. Los principios y valores espirituales que inculcan no sólo forman la base de una unificadora visión mundial, sino que también sirven para motivar a individuos e instituciones sociales tanto para tomar acción en cuanto a dichos principios como para usarlos como pauta para medir acciones prácticas.

Los valores religiosos tienen una potencial dualidad: pueden fomentar la solidaridad humana o pueden intensificar los procesos de división y fragmentación social. De hecho, la historia que registra el rol de la religión en la promoción del avance de la mujer pone al descubierto una gran desigualdad. Mientras que, habitualmente, en los primeros años de su existencia las religiones tendían a alentar el avance y la participación de la mujer, en otros, la mujer ha sido activamente refrenada y oprimida por la religión, especialmente cuando prevalecen las fuerzas extremistas.

Muchos comentaristas reconocen la perdurable relevancia de los valores espirituales universales inculcados por la religión, y opinan que la aplicación de estos valores en las cambiantes circunstancias sociales y su impacto sobre la mujer deben ser re-examinados a la luz de las tendencias hacia la globalización. Como contribución a este discurso ofrecemos el ejemplo de la Fe Baha'i, cuyo sistema de valores respalda categóricamente el principio de la igualdad de mujeres y hombres en todas las áreas del quehacer humano, y cuya comunidad mundial está trabajando activamente por la emancipación de la mujer, muy especialmente en aquellos lugares del mundo donde los derechos de la mujer son tradicional y persistentemente negados. Destacaremos aquellos principios morales y espirituales que a nuestro parecer facilitan el cambio de valores requerido para la implementación efectiva de la Agenda para la Igualdad.

El reconocimiento de la unicidad básica de la humanidad es un pre-requisito para la evolución social y el futuro bienestar de la tierra y sus pueblos. El principio de la igualdad de los sexos es parte integral de este concepto. Los derechos de la mujer son claramente respaldados por el Fundador, Bahá'u'lláh, quien enfáticamente declara que "las mujeres y los hombres han sido y siempre serán iguales a los ojos de Dios". El alma racional no tiene género y las desigualdades sociales del pasado que fueron dictadas por los requerimientos de supervivencia ya no pueden justificarse en una edad en que los miembros de la familia humana se están haciendo más y más interdependientes.

El principio de la igualdad tiene profundas implicancias en la definición del rol de la mujer y del hombre. Roza todo aspecto de las relaciones humanas y es un elemento integral de la vida doméstica, económica y comunitaria. La aplicación de este principio necesariamente debe traer aparejado un cambio en muchos hábitos y prácticas tradicionales. Rechaza el delineamiento de roles rígidos, pautas de dominación y toma de decisiones arbitrarias; convoca para que la mujer sea plenamente admitida como socia en todos los aspectos del quehacer humano; y permite la evolución de los roles del hombre y de la mujer.

El principio de la igualdad también tiene influencia sobre la forma en que se fomenta el avance de la mujer. Los Escritos Baha'is proyectan la imagen de la humanidad como un ave donde un ala es la mujer y la otra es el hombre. A menos que ambas alas sean fuertes y bien desarrolladas, el ave no podrá volar. El desarrollo de la mujer se considera vital para el desarrollo integral del hombre y es visto como pre-requisito para la paz. Por ende, los miembros de la comunidad baha'i, tanto hombres como mujeres, y sus consejos administrativos democráticamente elegidos, comparten un fuerte compromiso para con la práctica del principio de la igualdad en sus vidas personales, en sus familias, y en todo aspecto de la vida social y cívica. Los individuos y las instituciones sociales colaboran en alentar el desarrollo y la emancipación de la mujer, y en diseñar e implementar programas para realzar su desarrollo espiritual, social y económico.

La Fe Baha'i enfatiza la educación como medio de promover el avance de la mujer. Dicha religión no sólo sostiene el principio de la educación universal sino que, cuando los recursos son limitados, da prioridad a la educación de las niñas y mujeres, ya que es solamente por medio de madres educadas que los beneficios del conocimiento pueden difundirse más efectiva y rápidamente entre la sociedad. Aboga por que las niñas y los niños sigan el mismo currículo en la escuela, y alienta a las mujeres a estudiar arte, oficios, ciencias y profesiones y a entrar a todo campo de trabajo, aún los que tradicionalmente han sido exclusivamente reservados al hombre.

La educación es considerada un medio importante para potenciar a la mujer. Además de la adquisición de conocimiento y de valores morales que conducen a la evolución social, la educación provee beneficios tales como el desarrollo de la mente y la capacitación en pensamiento lógico y analítico, habilidades organizacionales, administrativas y gerenciales, así como una realzada autoestima y un mejor nivel social dentro de la comunidad.

El tipo de educación visualizado y activamente buscado por la comunidad baha'i fortalece el rol de las madres y alienta en los hombres el espíritu de cooperación. Prepara a la mujer para la participación en todo campo de trabajo y les provee de las destrezas prácticas que les permita compartir el poder y la toma de decisiones. Las mujeres prestan servicio en todo nivel del sistema administrativo baha'i, desarrollando un papel distinguido a nivel internacional y siendo elegidas como miembros de consejos baha'is de gobierno nacionales y locales en todas partes del mundo.

El sistema de valores expresado en la Fe Baha'i está dando lugar al desarrollo de una vibrante comunidad mundial comprometida en la promoción de la emancipación y el avance de la mujer. El enfoque adoptado es consciente y evolucionario. En el largo plazo, esta religión está empeñada en implementar planes sistemáticos, guiados y sostenidos por la visión del principio de la igualdad de los sexos, desarrollados por medio de la consulta y con plena participación de la mujer, implementados en un espíritu de cooperación y totalmente apoyados por sus instituciones gobernantes. Tal enfoque es conducente a una reconstrucción social fundamental y a prestar significativo apoyo en el logro de los objetivos de la Agenda de Igualdad, tal como se expusiera en la Plataforma de Acción.

Luego de recibir su doctorado de la Universidad de Michigan en 1970, Janet Khan trabajó como consejera y especialista de programa en el Centro para Educación Permanente de la Mujer de la Universidad hasta 1976, fecha en que regresó a Australia para ocupar un puesto en el Departamento de Psicología de la Universidad de Queensland. Desde 1983 la Dra. Khan ha prestado servicio en el Departamento de Investigación en el Centro Internacional de la Fe Baha'i en Haifa, Israel. Anteriormente fue coordinadora de la Asamblea Espiritual Nacional de los Baha'is de Australia.

Educación

Sin duda, la educación establecerá su igualdad con el hombre.

Abdu'l-Bahá

Educando a las Niñas:

Una Inversión en el Futuro

Comunidad Internacional Baha'i

Durante veinticinco años, o lo que abarca una generación, ha estado disponible la información para documentar la correlación entre una variedad de indicadores cruciales de desarrollo y la educación de las niñas. Desde disminuciones en la mortalidad infantil, fertilidad, y la incidencia del HIV/SIDA hasta el mejoramiento del medio, se ha demostrado ampliamente que es la educación de la madre la que hace la diferencia 1 y que los efectos positivos aumentan con cada año adicional que una niña permanece en la escuela. Al tomarse en cuenta todos los beneficios, educar a las niñas produce mayores tasas de rendimiento que cualquier otra inversión que pueda hacerse en los países en desarrollo.2 Por lo tanto, la decisión de la 39ª sesión de la Comisión de incluir como tema prioritario de desarrollo un enfoque sobre la educación de niñas y mujeres toca una fibra sensible en los baha'is, cuyas enseñanzas piden una asociación plena e igualitaria entre mujeres y hombres.

Los Escritos Baha'is delinean tres tipos de educación: material, humana y espiritual. La educación material se ocupa del progreso y desarrollo del cuerpo. Es decir, enseñar a las personas cómo aumentar el bienestar físico incluyendo una mejor nutrición e higiene, mejor salud familiar y mayor capacidad para ganarse la vida y proveerse de alimentos, albergue y ropa. La educación humana tiene que ver con la civilización y el progreso de aquellas actividades que, a diferencia del mundo animal, son esenciales a la humanidad, tales como el conocimiento del comercio, las ciencias y el arte, y el entendimiento de las instituciones y las políticas. La educación espiritual o moral está dirigida a valores y la formación del carácter que, en gran medida, determinan el fin con que un individuo empleará cualquier conocimiento que adquiera.

En la Declaración Jomtien, emitida en 1990 por la Conferencia Mundial sobre Educación para Todos (Education for All, EFA), la comunidad internacional fijó ambiciosas metas para la educación material o básica. Esas metas incluían el acceso universal a la educación primaria de alta calidad, la cual proveería a todo niño de las herramientas de aprendizaje básicas tales como el alfabetismo, los números y destrezas para la resolución de problemas. Un reciente informe de la UNESCO sobre progreso hacia la Educación para Todos en 121 países muestra que, mientras que el 90% ha completado los planes de la EFA, sólo el 10% ha presupuestado los recursos necesarios para llevar a cabo dichas metas.3 El compromiso de proveer este nivel más básico de educación material está aún por ser cumplido por los dirigentes del mundo.

En los países subdesarrollados la educación científica, técnica y civil que los baha'is incluyen bajo el título de educación humana, es cada vez más accesible por medio de la educación secundaria y terciaria. En algunos países, y en ciertos campos de estudio, el acceso de la mujer a la educación terciaria ha hecho que estén aún mejor educadas que los hombres. Pero la modernización ha escapado a la mayoría de las mujeres y puede que el siglo XX pase y termine dejando a un gran número de mujeres sin cambio.

La educación espiritual o moral casi nunca es vista fuera de escuelas parroquiales o instituciones religiosas, es rechazada en la mayoría de los países desarrollados como irrelevante o una intrusión en la educación moderna, y rara vez es auspiciada por donantes internacionales. Ésta es la única forma de educación que afirma la dignidad del espíritu humano en toda su diversidad, y formaliza su relación con lo Divino. Valores humanos universales tales como la confiabilidad, la honestidad, la cortesía, la generosidad, el respeto y la bondad, están desapareciendo rápidamente de nuestro mundo cada vez más beligerante y fracturado. La educación moral o de carácter, ya sea formalizada en programas religiosos o seculares o bien informalmente provista por miembros sabios y atentos sean éstos de familia o de la comunidad, es el modo en que aquello que es valorado por la sociedad y que da significado a la vida es transmitido a sucesivas generaciones.

Para los baha'is los tres tipos de educación son importantes. En los Escritos Baha'is las mujeres son alentadas a estudiar toda rama de conocimiento humano y a participar en pie de igualdad con los hombres en todo campo del quehacer humano. "Es evidente" --aseveran los Escritos Baha'is-- "que la educación de las niñas es de una consecuencia mucho mayor que la de los niños. Este hecho es extremadamente importante y debe ser atendido con la mayor energía y dedicación."4

Entre las consecuencias de proveerles a las niñas educación básica se encuentra el mejoramiento de las circunstancias materiales. La investigación muestra que cualquiera sea el contenido del currículo, las niñas se benefician al asistir a la escuela, al resolver problemas, al ampliar su mundo y compartir la base de conocimientos generalmente ofrecida a niños y hombres. Las contribuciones de las mujeres a las ciencias y el arte, aunque incipientes, evidencian de que dada la oportunidad, las niñas y las mujeres tienen la capacidad intelectual para mejorar sustantivamente la condición humana. Sin embargo, en lo que hace a la educación espiritual, no existen diagramas ni informes de progreso, ni estudios calificados que demuestren al mundo cuán importante es dotar a las generaciones futuras de las virtudes que llevan a la promoción del establecimiento de la unidad y la cooperación como base del funcionamiento de una comunidad mundial interdependiente. En este aspecto, los Escritos Baha'is recalcan las ventajas únicas que las niñas educadas incorporan a su doble deber de madres y primeras educadoras de la próxima generación, no sólo como las más efectivas difusoras de conocimiento en la sociedad, sino como transmisoras de valores culturales y sociales esenciales.5 Ya es tiempo de que las mujeres del mundo, al menos, agreguen a la convocatoria por la reforma educacional una petición en favor de la educación del espíritu humano.

El descuido de la educación del espíritu humano y el abandono del desarrollo del carácter han contribuido a numerosos problemas sociales aparentemente insolubles. Dado lo obviamente correcto que resulta educar tanto a las niñas como a los niños y las probadas ventajas que las mujeres educadas traen a sus familias, comunidades y naciones, el persistente fracaso en asegurar la educación de las niñas sugiere una falta de voluntad. De hecho, el tibio compromiso con la educación en general, y específicamente con la educación de niñas y mujeres, puede atribuirse tanto a la falta de una visión de futuro como de inspiración para lograrla.

El informe del Secretario General señala varios y formidables obstáculos para la educación de las niñas y sugiere medidas para superar dichos obstáculos. Sin embargo, notamos la falta de referencias a principios o valores humanos que pudieran inspirar la transformación de actitudes y comportamientos individuales y colectivos. Los baha'is encuentran en los principios de la unicidad de la humanidad y en la igualdad de hombres y mujeres la inspiración para el abandono de todo prejuicio, incluyendo los que están basados en el sexo, la nacionalidad, el credo, el grado de civilización material, la clase y el color. El principio de la unicidad de la humanidad, con su reconocimiento implícito del valor de cada miembro de la familia humana, debe ser enseñado en todas las escuelas, debe ser universalmente proclamado, y "constantemente recordado en cada país como preparación para el cambio orgánico que tal principio implica en la estructura de la sociedad. "6

De hecho, sobrevendrán cambios profundos cuando las mujeres ocupen su lugar en los organismos de toma de decisiones en todas las esferas a través del mundo. Este cambio orgánico no debiera causar conflicto. En la visión baha'i, el progreso material y espiritual de la sociedad depende de la plena participación de la mujer en todo campo de la actividad humana. Así pues, el enfoque baha'i busca una asociación integral y dinámica con los hombres para el avance de la civilización en su totalidad. De hecho, una parte importante de un gran programa para educar a las niñas para la asociación tiene que ser la re-socialización de lo masculino. A niños y hombres debe dárseles la oportunidad de comprender, por una parte, los efectos dañinos de actitudes y valores que permiten y hasta alientan la violencia, la opresión, la guerra y, por otra parte, de ver las ventajas para la sociedad, para la familia y para las niñas mismas cuando éstas reciben educación.

A medida que nos aproximamos al Milenio, casi parecería que necesitáramos un año de reflexión para dar tiempo a las personas del mundo para considerar cómo mejor responder a los rápidos y dramáticos cambios que están transformando la vida en el planeta. Las mujeres podrían inaugurar el año auspiciando una conferencia internacional sobre la paz y la prosperidad mundial. Tal conferencia podría buscar formas de acelerar el paso hacia la desmilitarización, la reducción de prejuicios, y la creación de una visión para el bienestar global definida no meramente en términos económicos, sino en términos de calidad de vida.

Un año de reflexión podría catalizar el proceso de crear una visión compartida para el futuro y podría proveerles a las comunidades locales, nacionales y regionales, una oportunidad de examinar sus valores tradicionales e identificar a aquellos que ayudarán a la humanidad a realizar una visión de prosperidad global. De tales conferencias podrían emerger valores y principios que pudiesen ser universalmente aceptados y traducirse en acciones pragmáticas.

La Comunidad Internacional Baha'i puede atestiguar, basada en su propia experiencia, que el examinar y reformular las creencias y valores tradicionales para ajustarse a una nueva visión puede lograrse de una manera pacífica, armoniosa y participativa. Exhortamos a la comunidad mundial a que fije la agenda para la reflexión y comprometemos nuestro apoyo para con esta noble iniciativa.

NOTAS

1 "Making the Case for the Gender Variable: Women and the Wealth and Well-being of Nations," Technical Reports in Gender and Development, Oficina de la Mujer en el Desarrollo, Agencia para el Desarrollo Internacional de EEUU, 1989.

2 Summers, Lawrence H., Vice-Presidente y Economista en Jefe para el Banco Mundial, "Investing in All the People", 1992.

3 Nat Coletta, "Education for All: What Next?" un artículo para el Banco Mundial, 1994.

4 'Abdu'l-Bahá, Educación Baha'i, 2•58, p. 56. Editorial Baha'i Indolatinoamericana, Ebila, Buenos Aires, Argentina. 1986.

5 'Abdu'l-Bahá, Selección de los Escritos de 'Abdu'l-Bahá, #95, pp. 126-127. Ebila-1987.

6 Casa Universal de Justicia, La Promesa de Paz Mundial, sección III, párrafo 3. Ebila- 1990.

La declaración de la Comunidad Internacional Baha'i presentada como documento oficial a la 39ª sesión de la Comisión sobre la Condición de la Mujer de las Naciones Unidas, bajo el ítem 2 de la agenda provisional, "Priority Themes: Development: Promotion of literacy, education and training, including technological skills" (Temas Prioritarios: Desarrollo: Promoción del alfabetismo, la educación y la capacitación, incluyendo destrezas tecnológicas); Nueva York, EEUU, 15 de marzo al 4 de abril de 1995. Número de documento de las Naciones Unidas: pendiente.

Salud

La felicidad de la humanidad se concretará cuando las mujeres y los hombres se coordinen y avancen igualitariamente, pues cada uno es el complemento y el asistente del otro.

Abdu'l-Bahá

Atención Primaria de la Salud y Potenciación de la Mujer

Ethel G. Martens

La tarea de salvar la vida de millones de mujeres y niñas en todo el mundo, que mueren todos los años de enfermedades fácilmente prevenibles, es abrumadora. Sin embargo, la indignación provocada por tantas muertes innecesarias hoy puede ser atemperada por la esperanza, pues las exigencias para un mejor cuidado de la salud y una mejor calidad de vida para todas las mujeres y niñas están siendo expresadas por comunidades, personal sanitario, investigadores y planificadores de políticas de salud.

En toda sociedad donde la política económica esclaviza a la mujer en trabajos de poca paga bajo condiciones peligrosas, y cuya estrategia de desarrollo toma los terrenos de agricultura de subsistencia y los utilizan para cultivos lucrativos, tienen un profundo efecto sobre el estado de salud de la mujer y de su familia. Las madres, muchas de las cuales son solteras y jefes de familia, llevan el peso no sólo de los problemas económicos sino también de las consecuencias del conflicto social y la degradación ambiental. A menudo son ignoradas por los sistemas de salud y de servicio social que están bajo dominio masculino o bien se les niega acceso igualitario a tales servicios.

Aún dentro de la familia existen condiciones dispares debido a prejuicios sociales y culturales. Por ejemplo, la preferencia por el hijo puede dar lugar a que se le dé menos comida a la hija. También se espera que la hija trabaje más y tiene menos acceso a la educación y al cuidado médico que el niño. En consecuencia las niñas están a menudo mal preparadas para casarse y tener hijos, lo cual ocurre antes de que estén física, psicológica y económicamente capacitadas para asumir tal responsabilidad. Frecuentemente un matrimonio prematuro da lugar a un círculo viciosos de mala nutrición, donde las madres de bajo peso tienen bebés de bajo peso que corren riesgo de sufrir privaciones tanto en la alimentación como en su educación. Por lo tanto, los problemas que enfrentan las mujeres y las niñas tienen que ser resueltos a distintos niveles: en la familia, en la comunidad, y en la sociedad en general.

Organización Mundial de la Salud (OMS)

La agencia de las Naciones Unidas responsable por la salud internacional es la Organización Mundial de la Salud (OMS), fundada en 1948 y constituida actualmente por más de 170 países miembros. La constitución de la OMS define la salud como " un estado de bienestar físico, mental y social y no meramente la ausencia de enfermedad." Actualmente, muchas organizaciones le están agregando a esta definición de salud una cuarta dimensión: el bienestar espiritual. El próximo desafío para la OMS es el de reconocer que el mayor obstáculo para gozar del derecho a la salud es nacer mujer. La constitución de la OMS declara: "Gozar del nivel de salud más elevado que se pueda lograr es uno de los derechos fundamentales de cada ser humano sin distinción de raza, religión, creencia política, condición económica y social." A esta lista deberá añadirse género.

Mejorar la salud en todo el mundo es una tarea gigantesca que requiere de la cooperación global. Para facilitar esta cooperación la OMS estableció una reunión anual de dos semanas de duración en Ginebra. Durante esa Asamblea de Salud Mundial los representantes de los países miembros se reúnen para intercambiar información, compartir experiencias, consultar sobre asuntos de salud y crear estrategias globales. En parte, debido a estas consultas anuales, el entendimiento de la OMS de cómo promover mejor la salud en todo el mundo continúa evolucionando.

Durante las tres primeras décadas la OMS progresó muy poco hacia su meta de un mundo más saludable. En 1977 el Director General de la OMS convocó a una nueva estrategia admitiendo que si bien las estrategias de asistencia sanitaria del mundo industrializado --grandes hospitales, drogas y medicina curativa-- se habían exportado durante treinta años a los países en desarrollo, la salud del mundo no había mejorado. Más bien, había empeorado.

En este año la Asamblea Mundial de la Salud resolvió que para finales de este siglo la gente en todas partes debería tener acceso a servicios de salud que le permitieran llevar una vida productiva tanto social como económicamente. Esta meta se conoce como "Salud Para Todos en el año 2000" (SPT/2000).

Atención Primaria de la Salud (PHC)

La estrategia para lograr la meta de "Salud para Todos" surgió en 1978 en una histórica conferencia en Alma-Ata, en la antigua Unión Soviética. La conferencia fue auspiciada por la UNICEF y por la OMS. Antes de la Conferencia de Alma-Ata, la OMS había identificado ocho componentes que tenían en común nueve programas de salud exitosos. La combinación de las palabras claves "Atención Primaria de la Salud" (Primary Health Care, PHC) fueron elegidas para describir los siguientes ocho componentes:

* educación sobre los principales problemas de salud y sobre los métodos de prevención y de lucha correspondientes;

* asistencia materno-infantil, incluyendo la planificación familiar;

* promoción de una nutrición apropiada;

* inmunización contra las principales enfermedades infecciosas;

* un abastecimiento adecuado de agua potable;

* saneamiento básico;

* la prevención y control contra las enfermedades endémicas locales; y

* el tratamiento apropiado de las enfermedades y traumatismos comunes.

La Atención Primaria de la Salud (PHC) recalca la prevención en vez de la cura. Depende de la autoayuda en el hogar, de la participación comunitaria, y de la tecnología que la gente considera aceptable, apropiada, y accesible. Combina el conocimiento científico moderno y la tecnología sanitaria viable con las prácticas tradicionales de curación aceptables y efectivas. De especial importancia para las mujeres es que la efectividad del PHC depende, en gran medida, de la aceptación comunitaria de los trabajadores sanitarios, muchos de los cuales son mujeres, y quienes en muchos casos son reclutados y elegidos con participación de la comunidad.

Otros conceptos básicos que surgieron del estudio se resumen de la siguiente manera:

* El cuidado de salud primaria debe configurarse en torno a los patrones de vida de la población.

* Debería cubrir tanto las necesidades de la comunidad local como ser parte integral del sistema nacional del cuidado de la salud.

* Los servicios preventivos, promocionales y de rehabilitación para el individuo, la familia, y la comunidad deben integrarse.

* La mayoría de las intervenciones sanitarias deberían llevarse a cabo en los lugares tan próximos a la comunidad como sea posible por trabajadores debidamente capacitados.

* La organización de cada uno de estos servicios debería variar según las necesidades de la comunidad y bien puede cambiar con el transcurso del tiempo.

* La población local debería estar involucrada en la formación e implementación de las actividades para la atención de la salud.

* Las decisiones sobre las necesidades de la comunidad y las soluciones a sus problemas deben basarse en un permanente diálogo entre la gente y los profesionales sanitarios que están a su servicio.

Los conceptos no eran nuevos, pero recién en 1977 se vincularon como una estrategia comprehensiva. Es más, basados en los resultados cualitativos de países donde los principios habían sido aplicados y con resultados efectivos, la atención primaria de la salud fue presentada en Alma-Ata ya no como una alternativa sino como la única alternativa posible, y las más importantes autoridades en materia de salud del mundo estuvieron de acuerdo. Adoptaron la atención primaria de la salud como la estrategia con más posibilidades de cubrir las necesidades sanitarias de la mayoría de la población mundial.

Así fue que en Alma-Ata los enfoques anteriormente aceptados en cuanto a medicina quedaron, en sentido figurado, patas para arriba. En el futuro, la medicina curativa quedaría en segundo lugar respecto a la prevención. Los representantes de todos los países asistentes firmaron la "Declaración de Alma-Ata" y prometieron volver a sus hogares para comenzar a canalizar fondos hacia la atención primaria de la salud y a desplazar el control central hacia el control regional y distrital. Éstos eran cambios drásticos que, de implementarse, comenzarían a potenciar a la gente para que se hiciese cargo del cuidado de su propia salud. Un cambio de pensamiento y de acción tan radical requeriría, sin embargo, de algo que no siempre está disponible: la voluntad política.

Una evaluación realizada en 1983 demostró que aún cuando la voluntad política estuviera presente, los responsables del bienestar físico, mental y social de la nación no tenían suficiente poder económico para hacer significativas mejoras sin ayuda. Por lo tanto, en 1985 la OMS invitó a organizaciones no-gubernamentales (ONGs) a ayudar a los gobiernos a lograr las metas de Alma-Ata. Muchos respondieron, primordialmente, cooperando con los gobiernos nacionales en la capacitación de trabajadores para la atención primaria de la salud elegidos de sus propias comunidades.

En 1989, y en asociación con muchas ONGs, UNICEF, OMS, UNESCO y FNUAP (Fondo de Naciones Unidas para Actividades de la Población), publicaron el libro "Para la Vida" en el que unificaron información vital sobre la salud del niño y de la familia, y estas mismas instituciones determinaron que cada familia en el mundo tenía derecho a saber. En 1993, fue revisado completamente a la luz de las investigaciones más recientes y actualmente se están usando 8 millones de ejemplares en más de 175 idiomas y en más de 100 países. "Para la Vida" ha llegado a constituir la base para los esfuerzos de educación por parte de los servicios de salud nacionales, para programas de las ONGs en la Atención Primaria de la Salud, y para clases de alfabetización de adultos.

"Para la Vida" declara que las múltiples cargas derivadas del hecho de ser mujer son demasiado grandes. Sin embargo, en muchas culturas los roles masculinos y femeninos están muy arraigados a la tradición y a menudo continúan así debido a las actitudes tanto de las mujeres como de los hombres. Si estos roles han de cambiar, tanto mujeres como hombres tienen que estar de acuerdo en que el cambio es deseable, y entonces deben decidir juntos cómo pueden redistribuirse las responsabilidades. La importancia de la consulta sobre este tema fue recalcada por varios profesionales de la salud masculinos entrevistados luego de una conferencia médica en Tanzania, donde se enfatizó la necesidad de que el hombre estuviera más involucrado en la protección de la salud de sus hijos. "Cuando tratamos de hacer esto," dijeron, "nuestras esposas piensan que queremos interferir con su trabajo."

Desde Alma-Ata, por una parte el PHC ha progresado sólidamente, y por otra, ha sufrido serios contratiempos, pero donde se ha implementado ha traído beneficios importantes para la mujer. Dado que la atención primaria de la salud depende en gran medida del aporte de la mujer, en particular en el área de educación para la salud, esto contribuye a aumentar su autoestima y a potenciar las capacidades de servir a sus comunidades en una variedad de formas:

* mejorando la salud de la mujeres y la de sus familias;

* capacitando a las mujeres tanto como encargadas de la atención como de educadoras sanitarias;

* ubicándolas en puestos de responsabilidad; y

* alentando la iniciativa individual.

Los siguientes ejemplos de las experiencias con PHC en África y en la India demuestran cómo se está potenciando a las mujeres para participar con mayor seguridad en la configuración de la vida de sus comunidades.

Ejemplos de Atención Primaria de la Salud en África

La atención primaria de la salud depende en gran medida del aporte de las mujeres. Se ha dicho que las verdaderas trabajadoras sanitarias en las aldeas son las parteras tradicionales (Traditional Bird Attendants, TBAs). "Es simple," dijo una TBA con experiencia. "Ayudamos en el parto, lavamos a la mujer y al bebé, hacemos nuestros gritos de alegría y nos vamos a casa." Las TBAs, tanto las entrenadas como las no entrenadas están de acuerdo en que la ignorancia es peligrosa. Por cada madre o infante que muere durante el parto son muchos más los que sobreviven con impedimentos físicos o mentales. "Estas tragedias son prevenibles en gran parte," dice la OMS. Al dar acceso a las parteras tradicionales a las facilidades y capacitación en la atención primaria de la salud, al proveerles a las madres cuidado prenatal, y al promover medidas sencillas de higiene, los programas de PHC han ayudado a reducir las altas cifras de mortalidad materna e infantil y de enfermedades relacionadas con el nacimiento.

Tal vez lleve tiempo para que alguien que nunca ha tenido un papel activo en el trabajo comunitario comience a aceptar responsabilidad, pero los resultados pueden valer la espera. Se cuenta la historia de una mujer que comenzó lentamente. Pasaron seis meses luego de su regreso del entrenamiento antes de que comenzara a involucrarse en la comunidad. Más tarde, sin embargo, en una reunión en su comunidad los oficiales gubernamentales (de los sectores de agricultura y educación) la elogiaban diciendo lo mucho que habían aprendido de ella y preguntándose en voz alta porqué no se capacitaba a las mujeres como trabajadores agrícolas o educativas, ya que también se necesitaban para ayudar a el progreso de la comunidad.

Las pequeñas inversiones en educación sanitaria para mujeres rinden grandes beneficios. Una trabajadora sanitaria que asistía a un curso de actualización le trajo una bolsa de zanahorias a la coordinadora. Ella dijo, "Ud. nos sugirió que tuviéramos huertos caseros para ayudar a alimentar a nuestras familias. Luego de la capacitación obtuve semillas del departamento de agricultura y sembré un huerto. También hice una parcela aparte de zanahorias y las vendí en el mercado para pagar los gastos escolares de mi hijo." (Se espera que cuando su hija tenga edad para ir a la escuela hará lo mismo para con ella.)

Las trabajadoras sanitarias son miembros muy valorados de sus comunidades. "Antes de que yo recibiera capacitación como trabajadora de salud," dijo una mujer, "nadie me hacía caso, pero ahora me escuchan cuando les digo lo que he aprendido. Todos trabajamos juntos. ¡Ahora soy alguien! "

Ejemplos de Atención Primaria de la Salud en la India

Para muchas mujeres aldeanas el PHC ofrece la primera oportunidad que jamás han tenido de educarse. Una facilitadora realizó un programa de diez días de duración sobre la Atención Primaria de la Salud para mujeres de aldeas cercanas. Aunque era tiempo de cosecha, todos los días asistían aproximadamente 30 mujeres. La mayoría era analfabeta. Una mujer dijo, "No me perdería ni un día de esto. Cuando yo era niña mi madre no tenía los medios para enviarme a la escuela. ¡Ahora estoy recibiendo una educación!"

Las consultas de atención primaria de la salud integran a la mujer al proceso tanto de tomar como de implementar decisiones que afectan a la comunidad. En una aldea situada en una montaña una trabajadora de PHC facilitó una reunión sobre desarrollo comunitario. Sobre una plataforma en una casa compartida con bueyes se llevó a cabo la consulta con hombres a un lado de la sala y las mujeres del otro lado. Al principio la conversación fue dominada por los hombres. Entonces una anciana dijo, "¿Tenemos que esperar otros catorce años para obtener una tapa para nuestro pozo?" Evidentemente, hacía catorce años algún organismo había dado dinero para hacer que el agua de la montaña bajara por una tubería hasta un pozo, pero el dinero se terminó antes de cubrir el pozo. La mujer señaló que las deposiciones de los pájaros que volaban sobre el pozo caían al agua y los bebés estaban enfermándose. Luego de una fructífera discusión en la que participaron tanto hombres como mujeres, la comunidad decidió recaudar dinero para la cobertura durante una celebración religiosa. Las mujeres dijeron que ellas ayudarían, pero preguntaron qué sucedería si no pudieran recaudar suficiente dinero. Se les contó sobre un club de servicio en un pueblo cercano que deseaba ayudar a cualquier aldea que hiciera un esfuerzo en el área de desarrollo. Un año más tarde la aldea tenía en funcionamiento un sistema de agua completamente nuevo.

El abuso de alcohol es uno de los mayores problemas de salud en las comunidades en todo el mundo. Estas mismas mujeres tomaron una valiente acción colectiva para impedir que los vendedores de licor llegaran a su aldea. El jefe había cerrado el camino para los vendedores, pero los hombres se reunían con ellos al amanecer en un campo de maíz. Una mañana, al acercarse los vendedores, las mujeres escondidas en el campo se levantaron gritando con sus machetes de cosecha en las manos. Los vendedores huyeron aterrorizados.

Conclusión

La Atención Primaria de la Salud no sólo está haciendo una diferencia a nivel local, sino que también impacta sobre la planificación sanitaria a nivel nacional e internacional. En 1986, se tomó un paso crucial al elevar el perfil y la importancia de la planificación sanitaria nacional. Durante la 39ª Asamblea Mundial de Salud en Ginebra, se realizaron tres días de discusiones técnicas sobre el papel de la cooperación entre sectores en las estrategias nacionales de Salud para Todos. Entre los participantes, más de quinientas personas, se encontraban treinta y seis ministros de gobierno y dirigentes de alto rango de áreas de importancia crítica en salud, incluyendo la equidad y la salud; la agricultura, comida y alimentación; educación, cultura, información y patrones de vida; y ambiente - agua y sanidad, albergue e industria. El aumento de la participación en las discusiones sobre políticas nacionales de salud marcó un hito de suma importancia.

Los signos de cambio están aumentando a nivel global, extendiéndose por todos los sectores y todos los niveles. Muchos de estos cambios están directamente relacionados a la salud, mientras que otros tienen poderosos efectos potenciales tanto en la salud como en el atención sanitaria. La Atención Primaria de Salud tiene que adaptarse a las circunstancias variables a nivel local y nacional. Cualquier país que establezca una base sólida para el PHC debe proveer a las necesidades de sus poblaciones más vulnerables y necesitadas, y a la vez potenciar a su recurso más abandonado: la mujer.

Ethel G. Martens ha estado involucrada en la Atención Primaria de la Salud durante casi cuarenta años. Recibió su Maestría en Educación en 1957 en la Universidad de California, Berkeley; y su doctorado en Medicina Social Preventiva en 1973 en la Universidad de Saskatchewan. Ha trabajado con la Agencia de Desarrollo Internacional Canadiense, la US/AID, la Organización Mundial de la Salud, la Salud y Bienestar Canadá, y actualmente es presidente de la Junta de Directores de Intra Delta Management Consultant International. La Dra. Martens ha publicado varios trabajos sobre educación sanitaria, atención primaria de la salud, comunicaciones y desarrollo comunitario, en revistas nacionales e internacionales. La Dra. Martens ayudó a establecer la Agencia de Salud Internacional Baha'i y ha prestado servicio como asesora en atención primaria para la salud para la Comunidad Internacional Baha'i.

Violencia

Los amigos de Dios deben adornarse con el ornamento de la justicia, la equidad, la amabilidad y el amor. Así como no permiten ser ellos objeto de la crueldad y la transgresión, de la misma manera deberían evitar que tal tiranía visite a las siervas de Dios.

Bahá'u'lláh

Poniéndole Fin a la Violencia Contra la Mujer

Comunidad Internacional Baha'i

La Comunidad Internacional Baha'i celebró el nombramiento, el año pasado, de la Relatora Especial sobre violencia contra la mujer. Al exhortar que se incluya este tema fundamental dentro del marco de los derechos humanos de la ONU, las organizaciones de mujeres han hecho un crítico aporte a la promoción de los derechos humanos en general. Pues intentar comprender a la violencia contra la mujer como un tema de los derechos humanos básicos sin duda esclarecerá las causas de otras formas de violencia, y facilitará el descubrimiento de estrategias para disminuir el preocupante aumento de violencia en todos los niveles de nuestra sociedad.

La violencia contra la mujer es una vara con la cual puede medirse la violación de todos los derechos humanos. Puede utilizarse para estimar hasta que punto una sociedad se gobierna por la agresividad, es dominada por la competitividad y gobernada por la fuerza. Frecuentemente las prácticas abusivas contra la mujer han sido y aún están siendo justificadas en el contexto de las normas culturales, creencias religiosas, suposiciones y "teorías científicas" sin fundamento. Pero, cualquiera sea su sistema político o religioso, una sociedad moldeada en base a la dominación inevitablemente dará lugar a distorsiones de poder tales como la violencia contra la mujer.

Sin embargo, se está haciendo más y más evidente que toda forma de violencia contra la mujer degrada no sólo a la víctima sino al perpetrador también. Aquellos que crean violencia contra la mujer ellos mismos son víctimas de los sistemas basados en el poder. Cuando la competencia, la agresión y la tiranía desenfrenadas destruyen la estructura de la sociedad, todos sufren. Desde el punto de vista baha'i "la cosecha de la fuerza es el tumulto y la ruina del orden social", y la violencia contra la mujer es un grave síntoma de este gran desorden.

Nuestro desafío es buscar nuevas estrategias y adoptar nuevos modelos que alienten una sociedad más saludable y cooperativa a todo nivel. Tenemos que apartarnos conscientemente de los modelos de fuerza y agresividad y movernos hacia métodos de consulta y pacificación. Debido al aumento del crimen y la pornografía, al aumento de la violencia étnica y el derrumbe de la familia, más y más individuos, organizaciones y gobiernos están buscando alternativas a la violencia para manejar el conflicto.

Una de las formas esenciales para alentar una mayor cooperación es la educación. Si bien es sabido que la disparidad económica y la desigualdad legal contribuyen a los incidentes de violencia contra la mujer, es obvio que la violencia nace de la ignorancia; de la falta de comprensión de realidades fundamentales tales como la unicidad de la raza humana; y de la idea equivocada de que la fuerza es la única forma honorable de resolver conflictos. En el mundo actual la educación --moral, material y práctica-- no es sólo un derecho fundamental sino una necesidad práctica. Cualquier intento de refrenar la violencia en una sociedad que no eduque a los individuos a superar el prejuicio de sexo ciertamente resultará insuficiente. En un momento en que el analfabetismo está aumentando entre las mujeres en el mundo subdesarrollado, y los niveles de aprendizaje están disminuyendo para ambos sexos en las sociedades industriales, es de vital importancia recalcar el papel de la educación en todos los lugares si es que la violencia contra la mujer ha de ser controlada.

Resulta bastante irónico que el lugar donde las mujeres y niñas son más sometidas a la violencia y al abandono es dentro de sus mismos hogares, punto neurálgico de la familia. Si las familias educan a sus hijas, y la comunidad alienta sistemáticamente la educación de las niñas, se benefician tanto la familia como la comunidad. Bahá'u'lláh, el Fundador de la Fe Baha'i, ha recalcado que las madres son las primeras educadoras de la próxima generación, en la interpretación más amplia de estos términos, y que, por lo tanto, donde los recursos son limitados la prioridad debe darse a la educación de las niñas.

Pero el problema de la violencia no puede ser verdaderamente resuelto a menos que a los hombres también se los eduque para valorar a las mujeres como socios igualitarios. Cualquier esfuerzo por proteger a la mujer contra la agresión masculina que no involucre la capacitación temprana de los niños, necesariamente, tendrá poca vida. Igualmente, todo intento por comprender las causas y consecuencias de la violencia contra la mujer que no involucre a los hombres está condenado al fracaso.

Por lo tanto, la Comunidad Internacional Baha'i celebra calurosamente la inclusión de un análisis total de la violencia contra la mujer en el mandato de la Relatora Especial. También recibe complacida la invitación por parte de la Comisión sobre Derechos Humanos a "recomendar medidas para eliminar la violencia contra la mujer y sus causas, y remediar sus consecuencias."

Ya que la Comunidad Internacional Baha'i ha hecho un esfuerzo considerable a nivel de base en cuanto a la educación y capacitación conjuntamente con hombres y mujeres, nos complace ofrecer compartir nuestra experiencia. Por ejemplo, nuestra colaboración reciente con la UNIFEM en tres proyectos empleando medios de comunicación tradicionales como agentes de cambio en la sociedad ha captado la atención de la UNICEF porque uno de los resultados del proyecto fue la disminución de la violencia familiar. En este aspecto, esperamos colaborar más estrechamente con la Ponente Especial.

Enunciado de la Comunidad Internacional Baha'i presentado ante la 51a sesión de la Comisión sobre Derechos Humanos de las Naciones Unidas; Ginebra, Suiza, 30 de enero al 10 de marzo de 1995.

Estructuras Económicas

Se os prescribe a cada uno de vosotros que os empleéis en alguna forma de ocupación, tal como oficio, arte u otra por el estilo. Nos, muníficamente hemos exaltado vuestro trabajo al rango de adoración... Ocupaos en aquello que sea beneficioso para vosotros y para los demás.

Bahá'u'lláh

La Mujer en el Sector Informal en Malasia

Lee Lee Loh Ludher

GOVINDAMAH: EMPRESARIA

Su quiosco se encuentra junto a la carretera en un cruce que lleva a un poblado. No es lo que el maestro de geomancia china hubiera denominado una ubicación favorable --frente a una carretera abierta que podría despojarla de fortuna-- pero ha Govindamah le ha traído suerte y algo más. Le ha traído un nuevo desafío y con éste el dulce sabor del éxito y la confianza. Como vendedora de 'nasi lemak' (arroz cocido con leche de coco), actualmente Govindamah tiene un sentido completamente nuevo de sí misma.

Todo comenzó hace un año. El marido de Govindamah perdió su trabajo como chofer de camión y comenzó a trabajar aquí y allá para alimentar a su familia. Fueron a vivir a un barrio barato. Vani, su hija mayor, dejó la escuela para trabajar en una fábrica local. Pero aún con el sueldo de Vani no había suficiente para alimentar y educar a sus otras dos hijas y a un hijo adoptado. Los desacuerdos se hicieron más y más frecuentes. Fue durante una de sus muchas caminatas pos-desacuerdo que Govindamah observó este lugar en la carretera y decidió que era hora de hacer algo.

Govindamah tardó algunos días en reunir suficiente valor para decir a su marido que había decidido hacer algunos paquetes de 'nasi lemak' para vender en el cruce de la carretera. Él enfureció. Abusó de ella, la ridiculizó y le aseguró que fracasaría. Pero mientras más ella se enfrentaba a su crítica, más se convencía de que su empresa tendría éxito.

A la mañana siguiente se levantó tempranito, preparó 5 tazas de arroz, hizo el 'sambal' (mezcla de pimientos picantes) con los 'ikan bilis' (anchoas) que quedaban en la casa, agregó pedacitos de pepino y agregó al 'nasi lemak' pedacitos de tortilla. Los colocó en paquetitos para vender a 50 sen cada uno, los puso en una canasta y salió de la casa a escondidas, dirigiéndose al lugar en el cruce.

Govindamah miraba detenidamente los rostros de las personas que pasaban. Tres señoras se detuvieron y compraron paquetes. Se sintió alentada. Pronto se detuvieron más personas y eventualmente ella tenía el bolsillo lleno de billetes y monedas y la canasta vacía.

Sin poder reprimir su alegría corrió a su casa a compartir su felicidad con sus hijas, quienes acordaron ayudarla. Pero en el instante en que entró su marido desapareció toda la excitación. Él se quejó de que su té estaba frío y se fue. A pesar de esto, Govindamah preparó sus canastas para el día siguiente, pudiendo apenas esperar tener su segundo encuentro con el éxito.

A medida que su negocio de 'nasi lemak' crecía, Govindamah agregaba más productos: té, entremeses y pasteles. Vani la ayudaba durante sus horas libres. Los clientes pidieron un quiosco con mesas y sillas, las que Govindamah consiguió de su prima a cambio de un 50% del negocio.

El negocio prosperó, pero hubo problemas. Cuando unos bandidos exigieron dinero a cambio de protección, Govindamah y su prima tenían demasiado miedo como para resistirse. Como no tenían licencia, los inspectores del concejo municipal llegaban seguido y amenazaban con confiscar todas sus pertenencias. No tenían muchos deseos de ir a las autoridades porque habían oído lo difícil que era obtener una licencia. Así estaban con su prometedor negocio en peligro y sin lugar a donde ir.

EL SECTOR INFORMAL

La historia de Govindamah es común. Al igual que muchas otras mujeres en todo el mundo, frente a una crisis familiar, Govindamah se hizo empresaria. Se hizo un lugar en el mercado, trabajó mucho, y tuvo éxito. Las mujeres como Govindamah contribuyen a la economía de las comunidades en casi todos los países. Es más, tienden a gastar sus ganancias ya no en ellas mismas sino en comida para sus familias y la educación de sus hijos. Sin embargo, como demuestra su historia, trabajar en el sector informal (no estructurado) de la economía tiene sus desventajas.

En Malasia, al igual que en la mayoría de los países, no existe definición oficial sobre el 'sector informal'. Sin embargo, a los fines de la investigación el Instituto Internacional de Investigaciones y Capacitación para la Promoción de la Mujer (INSTRAW) ha confeccionado una lista de características identificatorias: 1

. tecnología sencilla;

. muy poco capital;

. sin lugar fijo de negocio;

. legalidad dudosa o falta de inscripción; y

. poco registros contables.

Los especialistas en desarrollo han notado que "en los países en desarrollo, donde escasean los puestos en empresas oficialmente habilitadas, gran parte de la población se gana la vida trabajando fuera de los sistemas oficiales de impuestos y regulaciones. Estas personas que pertenecen al sector informal son innovadoras, diestras en el arte de la supervivencia y, a veces, prosperan en un ambiente altamente reglamentado. Aunque el sector informal es una fuente importante de trabajo, de ingresos y hasta de vivienda, al operar fuera de la economía legal sus participantes pierden sus derechos plenos como ciudadanos."2

Esta vulnerabilidad legal afecta particularmente a las mujeres porque muchas de ellas están empleadas en el sector informal. Según un estudio de la economía de Malasia desde 1985 hasta 1992, un promedio de 47.05% de las mujeres que trabajan lo hacían en el sector informal.3 De éstas, la gran mayoría, el 61.2%, eran empleadas; el 21.8% eran trabajadoras en el hogar no asalariadas, 16% eran autónomas, y solamente el 1% eran empleadoras. Dentro del sector informal un promedio de 26% de todos los trabajadores autónomos son mujeres. De todos los trabajadores domésticos sin paga el 65% eran femeninos.4 Por lo tanto una significativa porción del aporte de la mujer a la economía _en Malasia y en todo el mundo en desarrollo _ no es ni reconocido ni contabilizado.

LA MUJER DE MALASIA EN EL SECTOR INFORMAL

La típica mujer urbana o rural en el sector informal (no estructurado) de Malasia tiene educación primaria y una familia promedio de cinco miembros. Ingresó al sector luego de casarse y de comenzar a tener hijos; actualmente contribuye sustancialmente al ingreso total de su hogar. Aproximadamente un tercio se ha endeudado al proveerse de capital para sus negocios. La mayoría de las mujeres urbanas han trabajado anteriormente en el sector formal (estructurado).5

En años recientes un grupo relativamente nuevo ha entrado al sector informal. Son profesionales con capacidad de ganar dinero que han optado por crear su propio negocio, a menudo trabajando desde sus hogares. Los avances en la tecnología de información y la democratización del trabajo han hecho posible que trabajen fuera del sector formal. Lily y Eng Eng, por ejemplo, optaron por jubilarse anticipadamente de sus trabajos como maestras cuando se encontraron con que se les estaba exigiendo más y más trabajo administrativo. Como maestras autónomas pueden concentrarse en la enseñanza y estar más involucradas en el bienestar de sus estudiantes. También tienen mayor control sobre su tiempo.6

OBSTÁCULOS

A pesar de sus contribuciones a la economía total del país, las mujeres del sector informal enfrentan significativos obstáculos: poca paga, falta de acceso a recursos tales como capital, educación y capacitación, y exclusión del proceso de formulación de políticas.

Poca Paga

El trabajo que hacen las mujeres en el sector informal con frecuencia es visto por las mismas mujeres y por los demás como una extensión del trabajo doméstico. Como resultado, su paga no se basa en las tarifas del mercado de trabajo sino en tarifas para trabajo doméstico, lo cual es poco o nada. Aún los profesionales en el sector informal cobran menos que sus semejantes en el sector formal. La Sra. Ng, por ejemplo, lleva contabilidades en su casa intercalándolas con las tareas del hogar y el cuidado de su bebé. Les cobra a sus clientes tarifas más bajas porque tiene pocos gastos y considera esto como un ingreso suplementario.

Falta de Acceso al Capital

La mujer de negocios del sector informal tiene poco o ningún acceso al capital de préstamos bancarios u otras instituciones financieras ya que los requisitos y los procedimientos favorecen al sector formal y se contrapone a la mujer. Actualmente hay 40 organismos gubernamentales en 14 ministerios que ayudan a la pequeña y mediana industria oficializada (registradas), ofreciendo préstamos por un total de RM 1 billón ($1,00 = RM2, 57) o más, mientras que para el sector informal existen sólo tres posibilidades para obtener préstamos. En 1993, la institución más ampliamente desarrollada y la más exitosa de las tres, el Programa de Préstamo Ikhtiar, dio préstamos a unas 21.000 mujeres organizadas en 4.303 grupos. Desde sus comienzos, en 1986 hasta el 1993, el total acumulado por préstamos otorgados era de RM 13 millones. Es más común que se obtenga capital por medio de mecanismos de préstamo tradicionales tales como prestamistas, familiares y el 'kutu', un sistema tradicional de autoayuda rotativa.

Pocas mujeres del sector informal saben cómo llevar las cuentas de manera tal que las instituciones financieras validarían. Salmah, Foziah y otras cuatro mujeres, por ejemplo, miden sus ganancias por el número de brazaletes y cadenas de oro que pueden comprar para ellas mismas y sus seres queridos y por los ahorros que tienen para su peregrinaje musulmán (una meta que se han fijado). Estas mujeres no hablan el mismo idioma que las instituciones financieras. Sin embargo, serían clientes confiables, pagando cada centavo que tomaran prestado. Pero qué banco les creería, ¡sin garantía subsidiaria, sin cuenta bancaria, sin formularios de ingresos ni balances financieros para demostrar su éxito y su honestidad!

Falta de Acceso a la Capacitación y la Educación

Un estudio reciente7 disipa la creencia de que para la mujer el empleo en el sector informal es temporario. El estudio indica que la mayoría de las mujeres del sector informal no está allí por elección sino por obligación debido a la falta de entrenamiento y educación. La Sra. Lai cose bolsillos en ropa deportiva. Después de casarse, se hizo "trabajadora casera" para un contratista de la fábrica de ropa donde ella trabajaba antes. A ella se le paga por pieza. Le gustaría llegar a ser sastre pero sin acceso a la capacitación, la Sra. Lai no tiene otra opción que no sea hacer el trabajo por pieza.

Exclusión del Proceso de Formulación de Políticas

En gran medida los que están involucrados en el sector informal, y en particular las mujeres, no están organizados, así que no se escuchan sus voces ni sus puntos de vista, y muy rara vez están involucrados en la formulación de políticas.

En Malasia la política actual recalca la formalización del sector informal, requiriendo el registro de los negocios y el pago de impuestos. Para registrar un negocio pequeño en Malasia el costo inicial es de RM 2.000 o más; los servicios de secretaría y los contables costarán más de RM 1.000 anuales.

La verdad es que muchas mujeres como Govindamah estarían dispuestas a legalizar sus negocios y hasta pagar las tarifas e impuestos, pero se las intimida con facilidad tanto oficial como extraoficialmente. Así pues, el trato con autoridades que conceden licencias y con las burocracias gubernamentales pueden constituir un obstáculo insuperable. Los gobiernos harían bien en buscar una manera de involucrarlas en la creación de las políticas que las afectan para que las necesidades de aquellas que comiencen sus negocios por primera vez sean comprendidas y tenidas en cuenta.

PLATAFORMA PARA LA ACCIÓN

Primero, el aporte del 'sector informal' a la economía de todo país debe ser reconocido y apreciado.

Segundo, las prácticas que favorecen género y otros obstáculos que impiden la plena participación de la mujer en la vida económica de sus comunidades deben ser eliminadas. Una de las mejores maneras es involucrar a la mujer en la definición de las estructuras y políticas económicas que gobiernan el sector informal. Otra manera es reconocer que la mujer es un buen riesgo de crédito. Negarle a la mujer acceso a los recursos, en especial al sector informal "incluyendo préstamos, educación y capacitación" constituye tanto una negación de los derechos humanos básicos como una mala práctica comercial.

Finalmente, y tal vez lo más importante, los participantes del sector informal de la economía, y la mujer en particular, tienen que involucrarse en la total reconceptualización de la economía, tanto teórica como práctica. Si la mujer tiene un enfoque particular de la actividad económica, es en el sector informal y mayormente no estructurado de la economía, donde esto sería más evidente. Por ejemplo, los resultados preliminares de un reciente estudio sobre la mujer industrial subcontratista en Malasia, demostraron que los objetivos comerciales de la mayoría de las mujeres subcontratistas se definen no tanto en términos monetarios como en términos de valores.8

Un enfoque motivado por valores en relación a la actividad económica podría arrojar una nueva luz sobre enfoques alternativos para la generación y distribución de la riqueza así como sobre la teoría económica misma. De hecho, las experiencias, los valores y las percepciones de la mujer pueden ser la clave para el desarrollo de modelos económicos conducentes a la prosperidad de la humanidad en general.

NOTAS

1 Esta misma definición es utilizada también por la Oficina de Estadísticas de la Secretaría de las Naciones Unidas. La Organización Internacional de Trabajo (OIT) usa criterios un poco diferentes.

2 Chickering, A. Lawrence y Mohamed Salahdine, editores, The Silent Revolution: The Informal Sector in Five Asian and Near Eastern Countries, (ICS Press, San Francisco, 1991). Igual observación hizo Nicholas Ardito-Barletta, ex-Director General del Centro Internacional para el Crecimiento Económico en Panamá, citado en el prefacio de The Silent Revolution - The Informal Sector in Five Asian and Near Eastern Countries.

3 Loh Ludher, Lee Lee (1994), 'The Position and Status of Women in the Informal Sector in Malaysia for the period 1985-1992'. Sin publicar.

4 Departamento de Estadísticas, Malasia. Informes de Encuesta a Trabajadores, 1985-86, 1987-88, 1989-90.

5 Berma, Madeline y Faridah Shahadan (1991). 'Meeting Women's Needs in Development and Family Welfare in the Informal Sector: A Proposal for action' Sin publicar. 'Poverty, Household Status and Women in the Informal Sector: A Structural Analysis' Sin publicar.

6 Loh Ludher, 1994.

7 Berma y Shahadan, 1991.

8 Loh Ludher, Lee Lee y Susan Chong (1993), 'Women Entrepreneurs: From Petty Trader to Entrepreneur - A Profile of Success.' Sin publicar.

Lee Lee Loh Ludher, decana en administración y funcionaria diplomática en el Gobierno de Malasia y editora de la carta noticiosa South-East Asian Focus. Universitaria, graduada en Ciencias Sociales y Maestría en Administración de Empresas. Está preparando su tesis doctoral sobre mujeres trabajadoras en el hogar como tomadoras de subcontratos industriales. Como miembro del Cuerpo Continental de Consejeros de los Baha'is en Asia, la Sra. Loh-Ludher está involucrada a nivel de base en el desarrollo socioeconómico y de recursos humanos, especialmente en programas de desarrollo de la mujer en países tales como Camboya, Vietnam, Laos, Malasia, Corea, la China y Mongolia.

División del Poder

Cuando las mujeres participen plena e igualitariamente en los asuntos del mundo, y cuando confiada e idóneamente accedan al gran ruedo de las leyes y la política, la guerra cesará...

Abdu'l-Bahá

Principio y Ley Baha'i: Creando Estructuras Legales e Institucionales para la Igualdad de Género

Martha L. Schweitz

La intención de este breve ensayo es demostrar, desde una perspectiva baha'i y empleando perspectivas de reciente crítica feminista legal, lo extenso y lo amplio del cambio legal e institucional exigido por el principio de la igualdad, e indicar, en forma sucinta, la naturaleza de tal cambio según se prescribe en los Escritos Baha'is. La religión siempre ha operado como fuente de guía a nivel de moralidad individual. Los Escritos Baha'is abarcan inclusive la vida colectiva de la humanidad, ordenando leyes, principios y procesos institucionales sobre los cuales pueden construirse las estructuras sociales y económicas para la igualdad de género, estructuras que solamente pueden socavar y eventualmente reemplazar los actuales modelos de subordinación. La reforma de leyes y sistemas legales es una vía vital para el logro de la igualdad. En la Plataforma para la Acción las estrategias para cada una de las áreas críticas de interés dependen, al menos en parte, de formular y poner en vigor leyes a nivel nacional, y de reorientar a las instituciones del gobierno. Sin embargo, según se ha dicho repetidamente, tales cambios sólo pueden ser efectivos si ocurren paralelamente a la evolución de valores y actitudes personales y sociales.

El cambio legal e institucional puede ser tanto causa como efecto. Las leyes y las instituciones cambian como resultado de nuevas actitudes que ejercen suficiente influencia como para generar el voto legislativo necesario. Inversamente, dicho cambio también es fuertemente conducente a la evolución continua de actitudes, tanto por la vigencia en sí de nuevas pautas de comportamiento como por un gradual proceso de alteración de las expectativas sociales. Las leyes e instituciones que permanecen inmutables frente a las nuevas realidades sociales tienen un efecto similar, pero trabajando opuestamente, es decir, en la dirección negativa de apoyar un status quo perimido y a aquellos que desean retrasar el cambio.

Muchas de las reformas legales necesarias para lograr la igualdad son técnicamente sencillas. Por ejemplo, las leyes que protegen los derechos civiles y políticos de la mujer y prescriben remedios para su violación no son particularmente difíciles de redactar ni de aplicar, dada la voluntad política de hacerlo. En tiempos recientes en algunos países el proceso de reforma legal de esta índole ha ganado mucho terreno. A la mujer y al hombre se les garantizan iguales derechos civiles y políticos así como la igualdad de oportunidad en la educación y el empleo, bajo leyes que en gran medida son aplicables y se aplican. Si bien no es completamente efectiva aún, sin embargo, esta reforma ha producido sociedades en las que la mujer disfruta con un grado de voz y control sobre su vida que es inimaginable en otros lugares. A pesar de tales avances es evidente que la igualdad de oportunidad no es suficiente. Según atestiguarán la mayoría de las mujeres (y un número creciente de hombres) en dichas sociedades "avanzadas" en tantos aspectos de la vida familiar y social la mujer sigue siendo una clase subordinada. Eruditos legales feministas recientemente han comenzado a explicar por qué esto es así. Están identificando la necesidad de cambios legales e institucionales más complejos, reformas éstas que alteran las presunciones y preferencias fundamentales que subyacen a nuestras leyes e instituciones gobernantes. En breve volveremos sobre este tema.

Uno de los principios esenciales de la Fe Baha'i es la igualdad de los sexos. Según se explica en la introducción de este volumen, el sistema de valores baha'i sostiene categóricamente el principio de la igualdad de mujeres y hombres en todo campo del quehacer humano. Los Escritos Baha'is visualizan sociedades futuras en las que la mujer participa "cabal, plena e igualitariamente en todos los asuntos mundiales"1 como "pares de los hombres".2 Además, cuando esto ocurra, "cuando (las mujeres) confiada e idóneamente accedan al gran ruedo de las leyes y la política, la guerra cesará."3

A la vez, es evidente en los Escritos Baha'is que la igualdad no implica ser lo mismo, que "la igualdad de posición no significa identidad de función."4 Notablemente, se le confiere gran honor y nobleza al rol de las madres. Las madres tienen el privilegio único de ser las " primeras educadoras, las primeras mentoras"5 de sus hijos. "Oh vosotras madres amorosas, sabed que a la vista de Dios, la mejor forma de adorarlo es educar a los niños y capacitarlos en todas las perfecciones de la humanidad; y no puede imaginarse hecho más noble que éste."6 Cuando una mujer, si es que lo hace, está completamente ocupada con la crianza de los niños, el marido tiene correspondientes responsabilidades en lo que hace al mantenimiento económico de la familia.7 Sin embargo, el padre también comparte la responsabilidad de educar a sus hijos, una responsabilidad de tanto peso que al no ejercerlo pierde sus derechos a la paternidad.8 Los roles y la división de responsabilidades no están fijados en los Escritos Baha'is; tales decisiones en una familia baha'i han de hacerse por medio de la consulta familiar,9 un proceso basado en principios explícitos de franqueza y respeto mutuo. Ni al esposo ni a la esposa se le permite "dominar injustamente" al otro.10

La exaltación de la maternidad da lugar a dos problemas en cuanto a la igualdad, uno muy subjetivo y el otro como una cuestión de implementación.

El problema subjetivo es que la reverencia y la protección de la maternidad a menudo se ha usado como justificación para dejar a la mujer en desventaja social y económicamente. La deferencia hacia "la timidez y la delicadeza natural y propia" de la mujer y hacia su "destino y misión cumbre... a cumplir los oficios nobles y benignos de esposa y madre"11 ha dado lugar a que se ubique a la mujer no en un pedestal sino en una jaula. Además, la historia y la experiencia han convencido a muchos de que cualquier distinción en el tratamiento entre hombre y mujer es un distintivo de inferioridad femenina, como de hecho lo ha sido. Por otra parte, existen sociedades en las que la mujer se ha enfrentado el problema opuesto. En Checoslovaquia, a dos generaciones de mujeres el estado les ha exigido trabajar muchas horas todos los días por lo que debían dejar sus hijos en guarderías infantiles estatales, y en la actualidad muchos han llegado a la conclusión que ésta práctica ha tenido serios efectos psicológicos en detrimento de esos niños.12 Como resultado, actualmente allí la mujer valora mucho el derecho de no trabajar y la oportunidad de criar a sus propios hijos. Encontrar el camino a la igualdad parece exigir que aprendamos de la vasta experiencia de las mujeres en todo el mundo y nos neguemos a las restricciones y los prejuicios de una sola perspectiva.

El segundo problema presentado por la exaltación de la maternidad en el contexto de la igualdad es cómo ha de implementarse. Aunque no existe inconsistencia lógica inherente a que la mujer sea madre y participe plena e igualitariamente en los asuntos del mundo", ya que una vida de duración promedio permitiría amplio tiempo para ambas cosas; en general, es una imposibilidad práctica. La incompatibilidad de la maternidad (o la paternidad en general en cuanto a ello) y la plena participación en los asuntos del mundo surge más bien de la naturaleza de los sistemas económicos y sociales, de las leyes y prácticas económicas, con las diferencias radicales que se observan en varias sociedades, pero casi todos parecen hechos a medida para ejercer una permanente división de tareas entre los que cuidan a los niños y a sus hogares y los que producen ingresos en la economía formal y tienen voz en los asuntos públicos. Muchos de los recientes adelantos de la mujer en el mundo del trabajo se han logrado a pesar de tales obstáculos, pero a menudo a un gran costo personal para la mujer misma. ¿Cómo pueden reconciliarse estas dos vidas" de la mujer? La firme insistencia en los Escritos Baha'is sobre ambas indica que tiene que ser posible.

Retomamos las percepciones de la crítica legal feminista en cuanto al significado de la igualdad y la profundidad del cambio legal e institucional necesario para lograrla. Consistente con el feminismo liberal tradicional, los adelantos en la igualdad de oportunidades en los últimos 30 años se han producido asumiendo que la igualdad significa la libertad de ser tratada con total prescindencia del género. Si bien éste puede ser un principio efectivo de implementación en la mayoría de los casos, no llega a definir exhaustivamente la igualdad y puede resultar muy dañino a los intereses de la mujer en los asuntos relacionados con la maternidad. (Por ejemplo, ¿porqué es que una mujer embarazada tiene que declarar una _incapacidad" para poder recibir ciertos beneficios en materia de seguros?) Las eruditas feministas han revelado convincentemente el prejuicio de género existente en sistemas de reglamentos aparentemente neutrales. Han demostrado que el prejuicio sexual es un problema estructural de la ley, y que la desigualdad se perpetúa a través de una cantidad de presunciones tácitas que permean nuestras leyes, nuestras cortes y legislaturas, nuestros procesos legales, y hasta nuestras formas heredadas de razonamiento legal. Han desenmascarado efectivamente la idea de que la ley debería regular el mundo de los asuntos públicos (es decir: el mundo del hombre) pero no debe invadir la privacidad del hogar, es decir, proteger a la mujer de la violencia. Han demostrado que aunque la forma legal de la igualdad, recalcando igualdad de derechos e igualdad de tratamiento, pueda haber resultado inicialmente apropiada, actualmente debería superar la retórica de derechos. La igualdad, fundamentalmente, es la liberación de la subordinación sistemática debido al sexo.13

Las implicancias de esta definición de igualdad son vastas puesto que desafían las bases mismas de tradiciones e instituciones de larga data. Esta definición es consistente con la visión baha'i de la igualdad. Nada que no sea eso permitirá una reconciliación práctica entre la vida pública y privada de la mujer, ni le hará justicia a la gama completa de Enseñanzas Baha'is en cuanto a la igualdad.

La subordinación sistemática de la mujer es claramente evidente en cada una de las siguientes áreas: (1) educación; (2) violencia y abusos en el hogar y en la sociedad; (3) discriminación en las oportunidades generadoras de ingresos; (4) toma de decisiones de la familia; (5) desigualdad o exclusión de las estructuras del poder económico y político; (6) control masculino (y uso sin rendir cuentas) de los ingresos familiares; y (7) única responsable, sin apoyo social, de la crianza de los hijos. La subordinación de la mujer en cada una de estas áreas es el resultado de una combinación casi inseparable de leyes, actitudes, arreglos y procedimientos institucionales, estructuras económicas, y silencios legales. En cada una de estas áreas, el sistema y las estructuras opresivas son socavadas por explícitas leyes baha'is y principios sociales referidos a la desigualdad invasiva que sobrevive tenazmente, aún a las más formidables reformas legales. Las leyes y los principios baha'is van más allá de la noción de la igualdad de oportunidades para crear sociedades que valoren sistemática e institucionalmente tanto la maternidad como la participación de la mujer en los asuntos públicos, sociedades que encarnan y expresan tanto la "ética de cuidado" femenina como la "ética de derechos" masculina,14 que se esfuerzan tanto por preservar las relaciones como por promover la justicia. Algunos puntos específicos sobre las enseñanzas baha'is relacionadas con las variadas áreas críticas de preocupación pueden encontrarse en otras partes de este volumen.

Actualmente es casi imposible imaginar un mundo en el que la mujer y el hombre tengan la libertad de "lograr la grandeza que podrían hacer suya", pero los baha'is se encuentran entre aquellos que están convencidos de que cada paso hacia esa meta es un avance crítico, no sólo al permitir a las mujeres y a los hombres la realización individual de los dones dados por Dios, sino también al llevar a la humanidad un paso más cerca hacia la paz.

NOTAS

1. 'Abdu'l-Bahá, La Promulgación de la Paz Universal, p. 135. Ebila - 1991.

2. Ibid.

3. Ibid.

4. La Mujer; pp. 62-63. Casa Universal de Justicia; de una carta, 23/6/1974.

5. Selección de los Escritos de 'Abdu 'l-Bahá, p. 126.

6. Ibid.

7. La Mujer; pp. 64-67. Casa Universal de Justicia, de una carta, 23/12/1980.

8. Ibid.

9. Ibid.; pp. 68-69. Casa Universal de Justicia, de una carta, 9/08/1984.

10. Ibid.; pp. 60-61. Shoghi Effendi, de una carta escrita en su nombre, 22/07/1943.

11. Bradwell contra Illinois, 83 EEUU 130, 139 (1873), el caso de la Corte Suprema de EEUU que sostenía que a una mujer podría ser privada constitucionalmente de practicar la abogacía, al interpretar "toda persona" en la Enmienda Catorceava arbitrariamente como 'todo hombre".

12. Helena Klimova, disidente y directora checa de "Tolerance", grupo cívico con sede en Praga, charla sobre "La mujer en Europa Central Oriental: Luego de la caída del comunismo" en la Escuela Woodrow Wilson, Universidad de Princeton, 14/10/1994.

13. Ann C. Scales; "La emergencia de la jurisprudencia feminista: un ensayo", Yale Law Journal 95:7, 1373-1403, en 1395, utilizando esta frase cita a menudo el trabajo de Catharine A. MacKinnon.

14. Carol Gilligan; "In a Different Voice: Psychological Theory and Women's Development" [En una voz diferente: teoría psicológica y desarrollo de la mujer] (Cambridge, MA: Harvard University Press, 1982). El trabajo de Gilligan se ha utilizado ampliamente en críticas legales de tipo feminista social/psicológica. Los términos "ética de cuidado" y "ética de derechos" empleados por Gilligan para distinguir el proceso de desarrollo moral en mujeres y hombres, respectivamente. Dicho de la forma más sencilla posible, la "ética de derechos" describe un proceso en el que se valora altamente la individuación, y en que la madurez se logra cuando las decisiones morales se hacen en base a principios universales abstractos sobre el bien y el mal. En contraste, la "ética de cuidado" se basa en el entendimiento de que la madurez moral es la capacidad de demostrar cuidado por los otros; las decisiones morales se basan en el valor de preservar relaciones y llevar a cabo responsabilidades mutuas.

Martha L. Schweitz ha sido profesora de leyes internacionales en la Universidad de Seinan Gakuin en Fukuoka, Japón desde 1989. Se graduó de la Universidad de Stanford en 1976 y recibió su título de Doctorado en Jurisprudencia de la Facultad de Leyes de la Universidad de Nueva York en 1981. Ejerció en leyes de comercio internacional durante cinco años con Baker & McKenzie en la ciudad de Chicago y enseñó leyes corporativas e internacionales como profesora asistente en la Facultad de Leyes Universidad de Oregon durante tres años antes de mudarse al Japón, Acaba de completar un año sabático como Profesora Visitante en la Universidad de Princeton, dedicado a la investigación en organizaciones económicas internacionales y la relación entre sociedad civil y leyes internacionales.

Mecanismos para el Avance

El mundo en el pasado ha sido gobernado por la fuerza... Pero el equilibrio está variando, la fuerza está perdiendo su dominio, y la agudeza mental, la intuición y las cualidades espirituales de amor y servicio, en las que la mujer es fuerte, están ganando poder.

'Abdu'l-Bahá

Proyecto UNIFEM/Baha'i:

Crea Comunidades Conscientes

ONE COUNTRY

Badan, Provincia del Este, Camerún. Como obras de teatro, las escenas presentadas en la plaza de este pueblecito del Oeste africano no dejan de ser modestísimas producciones.

Sirva de ejemplo el argumento de una de las obras creadas por los mismos aldeanos: Tras haber vendido su cosecha de cacahuetes uno de los campesinos se va al bar donde invita a sus amigos a unas bebidas para, acto seguido, gastarse el resto del dinero en compañía de una mujer.

Al volver a casa, la esposa del campesino, desconociendo el destino dado al dinero, le riñe al marido por sus excesos. Poco después, el hijo de ambos enferma gravemente y no hay dinero para medicinas. Por suerte, el doctor se apiada y regala las medicinas necesarias. Al final, el campesino comprende su error y decide que en el futuro consultará con su mujer antes de gastar sus ingresos.

A pesar de la simplicidad del tema, de lo espontáneo de las actuaciones y de la ausencia de trajes y decorados, ésta y otras obras similares han constituido todo un éxito en esta provincia remota y subdesarrollada.

Las representaciones describen situaciones familiares para hombres y mujeres, por lo que han logrado despertar las simpatías de un público muy amplio. Éste ha sido uno de los resultados del proyecto de dos años emprendido en tres países, como experiencia piloto, por el Fondo de las Naciones Unidas para el Desarrollo de la Mujer (UNIFEM) y la Comunidad Internacional Baha'i.

El proyecto aspira a estimular el desarrollo social y económico de toda la comunidad, elevando la dignidad de la mujer mediante la utilización de las expresiones artísticas tradicionales: teatro, canciones y danzas.

"En esta sencilla representación hay varios mensajes", afirma Mona Grieser, directora técnica internacional del proyecto. "Hay mensajes acerca de la responsabilidad de los padres, la administración del dinero y del compañerismo familiar. Más aún, ha habido presencia masculina entre el público, y es a los hombres a quienes más nos interesaba llegar."

Aunque el experimento baha'i "Medios de Comunicación Tradicionales como Agente de Cambio" se distingue por integrar ideas reconocidas sobre la comunicación en el desarrollo y la promoción de la igualdad de la mujer, su característica sobresaliente estriba en el esfuerzo dedicado a lograr que hombres y mujeres participen conjuntamente.

"Lo que hace de este proyecto un trabajo pionero es que pretende incorporar a los hombres" afirma Pamela Brooke, asesora independiente de comunicación y desarrollo que ha sido contratada como asesora técnica para el proyecto en Malasia.

"Muchos proyectos de promoción de la mujer cuentan sólo con mujeres. Pero los baha'is sienten que el cambio deseado podría lograrse mejor creando un proceso de consulta entre hombres y mujeres", asegura Brooke. "Porque nada va a cambiar si al final todo lo que se consigue es que se forme una camarilla de mujeres resentidas."

Gracias a los fondos facilitados por UNIFEM el proyecto ha comenzado simultáneamente en Camerún, Bolivia y Malasia, donde la existencia de comunidades baha'is nacionales y locales proveyeron los recursos materiales existentes y la red de una fuerza de voluntarios.

Primeros logros

Esencialmente el proyecto aspira a conseguir un cambio de actitudes. Si bien las actitudes, a diferencia de los resultados concretos en la vacunación o en la agricultura, son difíciles de medir, no obstante, ya existen suficientes pruebas de los logros alcanzados, tanto en forma anecdótica como en términos estadísticos.

Según relevamiento e investigaciones en la Provincia Oriental de Camerún, donde el proyecto ha operado en siete aldeas, los hombres han empezado a unirse a las mujeres en las labores del campo, están consultando más con sus esposas sobre la economía doméstica y les están permitiendo un mayor grado de participación en las decisiones comunitarias.

"Se está dando un cambio," asegura Madeline Eyidi, ayudante del programa de la PNUD (Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo) con oficina en Yaounde, Camerún, quien pasó una semana en la región el pasado verano. "Tradicionalmente las mujeres venían realizando las labores agrícolas, pero ahora he visto que los hombres empiezan a participar y a ayudar a sus esposas. Creo que el proyecto es magnífico."

Según Tiati Zock, coordinador del proyecto para Camerún, una encuesta realizada a principios de 1992 entre 45 familias de cada una de las aldeas revelaba que las decisiones económicas eran tomadas casi exclusivamente por los hombres. Una encuesta posterior, realizada en 1993, reveló que ahora, en un 80% de las familias, las decisiones son coparticipadas. Otra estadística significativa: desde el comienzo del programa el número de niñas que van a la escuela en Badan ha aumentado un 82%.

En Bolivia, son ocho las aldeas situadas en la provincia sureña de Chuqisaca donde se desarrolla el proyecto. En la aldea de Poqonchi, los comentarios realizados en las discusiones de enfoque grupal indican que las mujeres participan más en las decisiones de la comunidad, tienen más disposición para expresar su interés por educarse y reciben más ayuda de sus maridos en sus faenas cotidianas.

Otro detalle revelador: recientemente una mujer fue elegida miembro del sindicato de Poqonchi, un órgano político del gobierno local. Es la primera mujer que fue electa para tal cargo. Poco después del acontecimiento el sindicato aprobó una decisión por la que se solicitaba mayor atención hacia cuestiones relacionadas con la mujer.

Asimismo, en Malasia, donde el proyecto ha funcionado en dos aldeas y una comunidad urbana, existen indicios concretos de que las mujeres empiezan a hacer sentir su presencia en la organización y toma de decisiones (prueba de ello es que desde el comienzo del proyecto ha aumentado el número de mujeres elegidas en los organismos locales de gobierno baha'i).

Los cambios más importantes se han registrado en Kampong Remun, un remoto pueblecito de Sarawak, donde el proyecto ha tenido varias derivaciones. Los métodos del proyecto permiten a sus habitantes la identificación de los problemas comunitarios y, en consecuencia, la adopción de medidas como la creación de huertos, nuevos servicios públicos, clases de alfabetización especiales para mujeres adultas (aunque no excluyen a los hombres).

Según Joo Jong Kung, responsable del proyecto para Malasia, estas tres iniciativas han respondido a un proceso de consulta protagonizado por hombres y mujeres. "Rara vez se consigue que en la vida de una comunidad los hombres se avengan a consultar con las mujeres, pero el proyecto ha dado a éstas la oportunidad de plantear sus problemas."

En el mundo entero se da mayor reconocimiento a la importancia de incluir a las mujeres en cualquier iniciativa de desarrollo. Un buen número de estudios e índices estadísticos demuestran que un mayor grado de salud, educación y participación femenina conllevan un mayor grado de bienestar para toda la familia.

"Creemos que conforme las mujeres de los países en vías de desarrollo alcanzan un mayor grado de igualdad y progreso social, todos se benefician," explica Marjorie Thorpe, vicedirectora de UNIFEM. "No sólo ha de mejorar la calidad de vida de las mujeres, sino también la de los hombres, los niños y el conjunto."

Un Enfoque Diferente

El proyecto aborda su meta en forma multifacética. Si bien los elementos del proyecto son variados --por ejemplo, el uso de medios de comunicación tradicionales para comunicar ideas nuevas-- lo que lo caracteriza es su vocación por integrar ideas de diferentes fuentes, entre ellas las Enseñanzas Baha'is.

Esencialmente, el proyecto está centrado en torno a los siguientes elementos:

* Pretende que las personas participen en el análisis de sus propios problemas valiéndose para ello, en primer lugar, de las modernas técnicas de análisis (grupos de interés, encuestas comunitarias) y también de la consulta baha'i.

* Orienta dicho análisis destacando la importancia de los principios morales positivos, en este caso la igualdad entre el hombre y la mujer.

* Por último, aspira a promover un cambio en la comunidad mediante la comunicación de los resultados del análisis a través de medios de difusión tradicionales como el teatro, las canciones y la danza, que son medios poco polémicos.

"El proyecto," asegura Thorpe, "parte de la premisa de que en las sociedades no alfabetizadas los medios tradicionales de difusión --actores, bailarines, titiriteros, cantantes-- trasmiten mensajes que son tomados muy en serio por la población. Por consiguiente, si el mensaje presentado eleva la condición de la mujer (...) es claro que constituye una oportunidad para entablar el diálogo con el conjunto de la comunidad, y además en una forma que no es amenazadora."

Si bien, este esfuerzo está organizado por las comunidades baha'is de cada zona, el objetivo es cambiar las actitudes del conjunto de la población. "Una de las ventajas de trabajar con los baha'is es que poseen importantes lazos con el grueso de la sociedad," añade Thorpe para explicar por qué UNIFEM decidió financiar el proyecto. "No es una organización elitista. Puesto que existen baha'is que pertenecen a ese grueso de la sociedad y dado que el movimiento baha'i posee una trayectoria de trabajo con la gente sencilla, disponemos por tanto de un canal de comunicación que nos es muy útil."

En general, las comunidades baha'is, lejos de estar aisladas de la sociedad, se encuentran firmemente ancladas en ella. En los lugares donde tuvo lugar el proyecto, el porcentaje de habitantes baha'is oscilaba desde algo menos de un 1% hasta un 10%.

El Proceso

En cada uno de los países el proyecto comenzó con sesiones preparatorias de carácter nacional. En ellas se preparó a los voluntarios baha'is para realizar sus propias experiencias en el trabajo comunitario.

En primer lugar hubo un curso introductorio sobre los principios de la consulta, un método de toma de decisiones practicado en todas las comunidades baha'is y basado en la no-confrontación.

"La práctica de la consulta baha'i enseña a respetar las opiniones de los demás, algo fundamental para las mujeres," afirma Lee Lee Ludher, asesora para el desarrollo en Malasia, "pues son muchas las mujeres que piensan que sus opiniones carecen de importancia."

Los voluntarios aprendieron a emplear las técnicas modernas de relevamiento de datos, encuestas participativas y grupos temáticos destinados a la identificación de necesidades comunitarias. Asimismo recibieron preparación en metodologías de archivo, evaluación y organización.

Una vez formados, los voluntarios volvieron a sus comunidades de origen para a su vez organizar sesiones similares.

El resultado fue la creación de un grupo de voluntarios por cada pueblo. Casi siempre dicho grupo estaba constituido por los miembros del consejo local de gobierno baha'i conocido como Asamblea Espiritual. Como instituciones encargadas de velar por el bienestar de sus respectivas comunidades, las Asambleas Espirituales proporcionan una infraestructura idónea para el análisis de las necesidades de la comunidad y para la toma de decisiones.

Tras los seminarios locales de formación, los voluntarios procedieron a entrevistar a los habitantes del pueblo. En algunos casos disponían de cámaras de video y cámaras fotográficas que utilizaron para documentar algunos casos mientras recababan información, ya que no todos los voluntarios sabían leer o escribir.

En cada país el análisis de los datos se centró en la relación entre los problemas locales y la igualdad de la mujer (o mejor dicho, su ausencia).

"Uno de los diagnósticos más sencillos consistía en hacer un listado de todas las tareas cotidianas que realiza una mujer," afirma el Dr. Richard Grieser, uno de los formadores con que contó Camerún al comienzo, cuya esposa, Mona Grieser, participó en casi todas las fases del proyecto.

"A continuación, les solicitamos que hicieran una lista de las tareas masculinas. La diferencia era siempre muy significativa. A decir verdad, los hombres solían avergonzarse bastante al ver que su lista no era, ni en el mejor de los casos, la mitad de extensa."

"Con los problemas locales ya identificados, se pidió a la comunidad que expresase sus conclusiones con los medios más adecuados, como canciones, danzas, historias y representaciones. Se invitó a participar a los artistas locales. Acto seguido, se hacía la presentación de estas obras aprovechando las ocasiones festivas del pueblo, en programas nocturnos especiales o en otras reuniones."

Problemas Idénticos en Todas Partes

En los tres lugares fueron identificados problemas básicamente idénticos. Los participantes del proyecto, en consulta con las comunidades, determinaron que tres de estos problemas básicos tenían la máxima prioridad: 1) La alfabetización de las mujeres; 2) la mala administración del dinero por parte de los hombres; 3) la injusta carga de trabajo que pesa sobre las mujeres.

"Las mismas personas se dan cuenta de que no sólo las mujeres gozan de derechos en la sociedad, sino que también tienen una contribución importante que ofrecer," dice el Sr. Tiati, de Camerún. "Por ejemplo, muchos hombres reconocen ahora que la mujer administra el dinero mejor que los hombres, quienes suelen gastar demasiado en bebidas. Uno de los resultados del proyecto es que en la mayoría de las familias implicadas, la mujer lleva la administración del dinero, o por lo menos es consultada sobre el destino que deba dársele."

En Malasia se reconoció la existencia de problemas similares. "Uno de los principales problemas que salieron a la luz en Malasia fue la falta de educación y de posibilidades para las niñas y las mujeres," asegura Ludher. "Gracias a que el tema ha sido aireado de una manera suave, las personas ahora coinciden en señalar que esa falta es un problema."

También en Bolivia, en las reuniones de enfoque grupal, se destacó la educación desigual de las niñas.

La Siguiente Fase

El proyecto conjunto fue concebido a raíz de la declaración presentada por la Comunidad Internacional Baha'i en la 32ª sesión de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Condición de la Mujer. A propósito de la necesidad de cambiar las actitudes que refuerzan la aceptación de la desigualdad de la mujer, la declaración afirmaba que "uno de los objetivos prioritarios de los proyectos de desarrollo dirigidos a las mujeres, muy bien puede estar centrado en los hombres."

Margaret Snyder, Directora de UNIFEM, impresionada por la idea, propuso a la Comunidad Internacional Baha'i la realización de un proyecto. Después de varios años de trabajo conceptual, el proyecto comenzó a funcionar en octubre de 1991. La primera fase concluyó en septiembre de 1993.

La ayuda concedida por UNIFEM a la Comunidad Internacional Baha'i ascendió a 205.000 dólares, cantidad relativamente modesta en el mundo de los proyectos de desarrollo, particularmente si se tiene en cuenta que el proyecto abarcaba tres países y tenía prevista una duración inicial de dos años.

La Comunidad confía no sólo en continuar este proyecto sino en ampliarlo hacia otros lugares.

"Ya se ha expresado interés por parte de las comunidades participantes en trasladar el proyecto a otros lugares," explica Mary Power, directora de la Oficina de la Comunidad Internacional para la Promoción de la Mujer, institución responsable de la administración internacional del proyecto. "Estas comunidades disponen ahora de un plantel de asesores baha'is a los que puede recurrirse en sus propios países y que pueden asimismo utilizarse para iniciativas similares en otros países."

Más aún, las comunidades baha'is de Nigeria y Brasil ya han lanzado sus propios proyectos pilotos de "Medios de Comunicación Tradicionales como Agente de Cambio" en conjunción con la iniciativa financiada por UNIFEM. Además, cabe señalar que algunas comunidades locales baha'is de Malasia, animadas por los logros de sus vecinos, recientemente han iniciado sus propios proyectos para la promoción de la mujer a través de medios de comunicación tradicionales.

Comentarios de los participantes camerunenses

El proyecto me ha afectado. Yo no sabía que los hombres podían ayudar a las mujeres en las tareas de la casa. Ahora estoy contento de que, a través de UNIFEM, estoy ayudando a mi esposa. Nuestra vida es bastante mejor y con menos rencillas. Antes de gastar el dinero consulto con mi esposa. Antes del programa de UNIFEM solía malgastar el dinero en la bebida. Ya no pego a mi mujer; de hecho, nadie en la aldea se atrevería a hacerlo tras haber aprendido lo que nos ha enseñado el proyecto UNIFEM. Aodou Jean, 31 años de edad, profesor de enseñanza primaria de Badan.

El proyecto es bueno porque ahora mi marido me ayuda con la leña y me respeta. Si digo algo, escucha y lo lleva a cabo. Antes no era así. Las canciones y el teatro nos han traído todas estas ideas nuevas. Hubo una representación sobre un matrimonio que trabajaban juntos, otra sobre la educación de las niñas y otra sobre cómo gastar el dinero. Gbane Odette, 43 años de edad, campesina y madre de siete niños, residente de la aldea Yoko-Sire.

Al comienzo el proyecto no me decía nada, pero luego descubrí sus ventajas. Ahora puedo ver que mi esposo, que antes no solía ayudarme, ha cambiado. Los dos trabajamos juntos en casa y en el campo. Mi marido me ayuda en las faenas de la casa, que antes pensaba eran sólo cosa de mujeres. Lleva al niño, limpia los platos y lava la ropa. He aprendido la importancia que tiene la educación de los niños; ésa es mi primera responsabilidad y por eso procuro cuidarlos lo mejor posible. Estas ideas las he recibido de las canciones. A través de ellas pues he prestado mucha atención a lo que decían. Zongayina Delphine, 36 años de edad, campesina y madre de seis hijas de la aldea de Ndokayo.

Antes en esta aldea los hombres y las mujeres no solían trabajar juntos; pero ahora estoy sorprendido de que trabajen hombro a hombro. Personalmente he visto un cambio en mi vida. Por lo que respecta a la igualdad entre el hombre y la mujer, he podido apreciar un cambio de actitud en los hombres. Ahora consultan con sus mujeres. Yo hago lo mismo. Antes del proyecto era difícil saber qué hacían las mujeres con el dinero; pero ahora mi esposa consulta conmigo. Trabajo con mi esposa en la misma granja y, por ejemplo, ahora la ayudo en la limpieza de la casa, algo que nunca antes había hecho. Dimessi Denis, 42 años de edad, campesino de la aldea de Ndokayo.

Ahora, antes de gastar el dinero, mi marido me consulta. Antes se lo habría gastado por su cuenta en la bebida. Ahora mi marido me ayuda en los quehaceres de casa, moliendo el foufou y reuniendo leña. Ahora soy capaz de hablar en público ¡e incluso de actuar en un teatro!. Nandiba Marguerite, 34 años de edad, campesina y madre de Badan.

Ver p. 44 Este artículo se publicó originalmente en el ejemplar de Octubre-Diciembre de 1993 (Vol. 5 Nº 3) de ONE COUNTRY [Un País], carta noticiosa de la Comunidad Internacional Baha'i, bajo el título de "UNIFEM/Baha'i project strikes a responsive chord" [UNIFEM/proyecto baha'i crea reacción]. ONE COUNTRY enfoca las actividades de las comunidades baha'is orientándola hacia los temas sociales mundiales. Informa sobre proyectos de desarrollo social y económicos exitosos y sobre actividades que se relacionan a la promoción de la paz, el avance de la mujer, y la protección del ambiente.

Derechos Humanos

Debe haber igualdad de derechos entre hombres y mujeres... Pues el mundo de la humanidad posee dos alas: hombre y mujer. Si un ala permanece incapacitada y defectuosa, restringirá el poder de la otra y el vuelo pleno será imposible.

'Abdu'l-Bahá

Protección de los Derechos de la Mujer

Comunidad Internacional Baha'i

La Comunidad Internacional Baha'i celebra la oportunidad de hablar sobre el ítem 11 de la agenda en esta histórica Conferencia Mundial. Esperamos que en toda futura reunión para el adelanto de los derechos humanos continúe la comprehensiva consideración de los derechos humanos de la mujer, y apoyamos la resolución adoptada por la Comisión sobre la Condición de la Mujer en su sesión de 1993, en la cual se exhorta a considerar los derechos y preocupaciones de la mujer en todos sus aspectos independientemente de la agenda provisional para el Congreso Mundial sobre Derechos Humanos.

La persistencia y el aumento de la violencia hacia la mujer, tanto personal como institucional se atribuyen, en gran medida, a la tradicional exclusión de la mujer del proceso de desarrollo y de la toma de decisiones. Se necesita un profundo ajuste en el punto de vista colectivo de la humanidad, guiado por la consideración de valores universales y principios espirituales. Es necesaria una legislación que preste expresión práctica a la igualdad de los sexos al tratar con las injusticias particulares que enfrentan las mujeres. La violencia doméstica es una realidad en la vida para muchas mujeres en todo el mundo, sin importar la raza, la clase social, ni el trasfondo educacional. En muchas sociedades las creencias tradicionales de que las mujeres son una carga las hace blancos fáciles de enojos. En otras situaciones, cuando las economías se restringen y fracasan, la frustración de los hombres es desahogada sobre las mujeres y los hijos. En todas partes del mundo la violencia contra la mujer persiste porque pasa sin ser castigada.

Las creencias y las prácticas que contribuyen a la opresión de la mujer tienen que re-examinarse a la luz de la justicia. Cuando se comprenda apropiadamente el principio de la igualdad fundamental de hombres y mujeres, eventualmente, esto transformará toda relación social, permitiendo que cada persona desarrolle sus dones y talentos únicos. Utilizar las potencialidades de cada cual fomentará la madurez de la sociedad. La aceptación del principio de igualdad y el desafío de transmitirlo a la próxima generación tiene que ser encarado por parte de padres, escuelas, gobiernos y ONGs.

La familia es la unidad básica de la sociedad: todos sus miembros deben educarse según los principios espirituales. Deben salvaguardarse los derechos de todos y los niños deben ser educados en el respeto a sí mismos y a los demás. Según los Escritos Baha'is, "la integridad del lazo familiar debe ser constantemente considerado, y los derechos de los miembros individuales no pueden ser transgredidos."

La educación en los valores espirituales es necesaria no sólo para la protección de la mujer sino, de hecho, para fomentar el respeto hacia toda persona, para que el honor y la dignidad humana puedan ser preservados y para que pueda evolucionar un carácter distintivo global en el que todos los derechos humanos sean defendidos. La Comunidad Internacional Baha'i está convencida de que nada que no sea una infusión de valores espirituales podrá efectuar la transformación de individuos e instituciones que aseguren el respeto por los derechos humanos de toda persona.

La Comunidad Baha'i, por medio de concejos administrativos locales y nacionales en más de 165 países, está trabajando en una variedad de formas para cambiar la condición y la percepción de la mujer. Un ejemplo destacado es la colaboración entre UNIFEM y las comunidades baha'is en Bolivia, Camerún y Malasia dirigida hacia el mejoramiento de la condición de la mujer rural empleando medios de comunicación tradicionales, tales como la música y el baile, para estimular el intercambio de ideas a nivel de aldea sobre el papel de la mujer. Las experiencias de nuestra comunidad y las Enseñanzas de Bahá'u'lláh nos llenan de confianza de que nuestro mundo está destinado a llegar más allá de su presente condición a una en que todos los miembros de la familia humana disfruten igualitariamente de la completa realización de sus derechos humanos.

Enunciado de la Comunidad Internacional Baha'i a la Conferencia Mundial sobre Derechos Humanos, presentado bajo Agenda 11: Consideración de tendencias contemporáneas y nuevos desafíos para la plena realización de todos los derechos humanos de mujeres y hombres, incluyendo los de personas pertenecientes a grupos vulnerables; Viena, Austria, 14-25 de junio de 1993.

Medios de difusión

Las realidades de las cosas han sido reveladas en esta radiante centuria, y lo verdadero debe salir a la superficie. Entre estas realidades se halla el principio de igualdad del hombre y la mujer, iguales derechos y prerrogativas en todas las cosas que conciernen a la humanidad.

_Abdul-Bahá

La Mujer y los Medios de Difusión:

Estrategias Legales para Realzar la Imagen de la Mujer

Lucy J. Weidner

Existe una aceptación generalizada en que la difusión en los medios de telecomunicación, en particular la televisión, desempeñan un papel prominente en la formación de nuestras ideas sobre lo que constituye un comportamiento socialmente aceptable. La radio y la televisión están siempre presentes en nuestro ambiente, tanto reflejando como formando nuestro punto de vista de la realidad. Dado el poder de la televisión y la radio para influenciar los valores sociales, el público muestra un permanente interés en cómo se utilizan las ondas de transmisión. Con mucha razón nos preocupa el efecto decadente de la violencia, la agresión, el materialismo, la actividad sexual ilícita, la in moralidad, y el acostumbramiento al sufrimiento humano propuesto por muchos de los medios de difusión. Al mismo tiempo, el potencial de estos medios para actuar de manera positiva, como influencia normativa, ayudando al cambio social y promoviendo el progreso de la mujer, ha permanecido en gran medida inexplotado.

En muchos países la legislación que gobierna la televisión y la radio reconoce las ondas de transmisión como un recurso limitado manteniéndolo como fideicomiso público para beneficio de todos. En consecuencia, las leyes de difusión a menudo contienen amplios conceptos que declaran, en términos generales, los saludables propósitos por los que se han creado. A los comunicadores se les ha otorgado el privilegio de usar las limitadas frecuencias disponibles a condición de que las utilicen para el bien público por medio de programas para la educación y para el avance cultural y social, y no sólo para la explotación comercial.

Estas declaraciones de intención, por lejos que estén de la realidad diaria de lo que los medios de difusión presentan, sin embargo, proveen una base legal para pedir y exigir que la programación, los anuncios y las noticias transmitidas respondan a pautas de interés público, de promoción de cultura, de educación y bien social. Estas pautas generales pueden ser fácilmente interpretadas como requerimientos de que se preste atención al rol ya cambiado y cambiante de la mujer, a los aportes realizados por las mujeres y los que están realizando en una gran variedad de áreas, a los obstáculos que enfrentan las mujeres en el hogar, en ambientes sociales, y en el lugar de trabajo.

Esta obra selecciona aplicaciones legales útiles de las leyes de difusión de varios países que pasan por lo estatutario, lo constitucional y la jurisprudencia, y sugiere posibles interpretaciones. Menciona brevemente estrategias legales adicionales y bosqueja estructuras para la acción. Finalmente, sugiere cómo puede lograrse una transmisión más positivamente moldeada.

LEYES DE DIFUSIÓN DE ALGUNOS PAÍSES

Las leyes de difusión útiles para elevar y engrandecer la imagen de la mujer son de dos tipos: prohibiciones que determinen lo que NO puede presentarse, y obligaciones afirmativas de lo que DEBE incluirse. Ambos requisitos proveen oportunidades para la interpretación creativa de las leyes, y sugerencias creativas para los comunicadores. Algunos ejemplos de posibles prohibiciones incluyen transmisiones que promuevan la violencia (tal como la violencia familiar), la indecencia o la inmoralidad. Las obligaciones afirmativas a menudo incluyen proveer programación para niños y asegurar la variedad en la programación de noticias y de entretenimientos. Ya sean que estén expresadas en términos específicos o generales, estas leyes contienen material estatutario útil sobre el cual pueden basarse las sugerencias o planes para comunicadores. Presentamos varios ejemplos.

La ley alemana requiere que los programas "respeten la dignidad humana... y promuevan la unidad."1 Estas obligaciones pueden emplearse para pedir programaciones que respeten la dignidad de la mujer, las diferencias de valores y perspectivas entre mujeres y hombres, y la unidad de la vida familiar, incluyendo compartir más equitativamente el trabajo y las responsabilidades de toma de decisiones.

En Italia las transmisiones deben ser escrudiñadas de acuerdo a principios de _objetividad y amplitud."2 Además, los que tienen licencia tienen que _dedicar veinte por ciento de su tiempo de transmisión semanal total a las noticias locales y programas no comerciales de interés para la comunidad."3 Las pautas tanto de objetividad como de amplitud sustentan los pedidos por una representación más positiva de la mujer y por la inclusión de las actividades locales de mujeres en las transmisiones de noticias.

Sudáfrica requiere que su emisora de difusión pública _desempeñe un papel prominente" en la eliminación de la discriminación basada en raza o género.4 Además, exige un enfoque positivo insistiendo en que los servicios de _igual calidad [se provean] a la gama total de su audiencia."5 Estos requisitos explícitos y de largo alcance proveen una amplia base para pedir sensitividad de género en la transmisión así como una programación que responda a las necesidades de la mujer. En países con una emisora pública fuerte tal vez los defensores deseen concentrarse en ella, ya que ésta puede estar en una posición que influencie a otras emisoras.

En Corea del Sur el propósito de la Ley de Difusión es de _esforzarse por... el mejoramiento de la cultura nacional, y ...la promoción del bienestar público."6 Los que transmiten son además responsables por _respetar la dignidad y el valor de los seres humanos" y de _respetar los sentimientos éticos y emocionales de los ciudadanos".7 Un Comité de Difusión es responsable de asegurar _la guía correcta para niños y jóvenes... la pureza de la vida familiar... [y] la ética y moral pública."8 La promoción del bienestar social puede depender sustancialmente del adelanto de la mujer, y el respeto por los sentimientos de los ciudadanos y por los derechos humanos requiere la eliminación de estereotipos derogatorios. La guía de niños y jóvenes y los requisitos para la vida familiar proveen una base racional para la eliminación del comportamiento ofensivo en las ondas de transmisión y reemplazarlo por modelos positivos de lo que es justo y por el uso de la razón y no la violencia por parte de los adultos.

En Taiwan los _programas de entretenimiento han de dirigirse a la promoción de la cultura China al igual que la ética..."9 _Ninguna transmisión ha de ser perjudicial a la salud mental y física de los niños..."10 Y a los programas educacionales y culturales se les solicita que _promuevan la educación social... y desarrollen la inteligencia y la habilidad de los niños."11 Estas elevadas pautas para la protección y la educación de niños pueden usarse como referencia en cualquier solicitud para que los medios de comunicación ofrezcan modelos positivos para niñas y niños.

En la Constitución de la antigua Unión Soviética los _medios de comunicación... constituirán... la riqueza de todo el pueblo."12 Por lo tanto, el desarrollo de las habilidades de la mujer requiere que los medios de comunicación sean uno de los recursos que contribuyan a ese fin. Aunque la validez de la Constitución de la Unión Soviética y su aplicabilidad a los antiguos miembros de la Unión ya no es clara, esta ley se incluye como un ejemplo de cómo un concepto muy general aún puede ser útil en su interpretación.

La definición de _interés público" en la ley de los Estados Unidos exige que las emisoras _realicen la más completa y efectiva utilización"13 de los medios de comunicación, y una Comisión tiene que _estudiar nuevas aplicaciones... proveer medios experimentales... y alentar la utilización más amplia y más efectiva... en interés del público."14 Realzar el papel de la mujer, crear imágenes más positivas, hacer reportajes de los desafíos y logros de las mujeres permitirán que los medios de comunicación sean potencialmente más efectivos. La referencia a las aplicaciones experimentales puede apoyar un estudio colaborativo de nuevos medios que beneficien a la mujer.

Estos ejemplos tienen la intención de señalar que en las leyes de difusión de casi todos los países seguramente existe alguna base apropiada para solicitar una programación que aliente los valores sociales positivos en niños y niñas, y mejore la forma en que se presenta a las mujeres.

Además también pueden encontrarse fundamentos para pedir emisoras responsables en las solicitudes de licencias de los comunicadores, ya que generalmente son documentos públicos. Es allí donde el comunicador, al solicitar permiso para transmitir, seguramente ha declarado su propósito y se ha comprometido a ciertas pautas, a menudo repitiendo el lenguaje idealista de las leyes mismas. Las propuestas de programación pueden referirse a los conceptos de la solicitud como la declaración de intención del que transmite: su oferta y compromiso con el público.

Existen varios foros en los que pueden presentarse solicitudes para emisiones más responsables. Uno de ellos es reunirse con el comunicador. Segundo, sería una reunión con el ente regulador. Tercero, sería el procedimiento de renovación de licencia. Los tres proveen oportunidades para articular pautas y expectaciones positivas. En el proceso de renovación de licencias, los entes reguladores de difusión acogen favorablemente esta información pues cuando se otorga la licencia por primera vez puede que no existan bases para desafiar tal solicitud. Sin embargo, después de que una emisora ha estado en funcionamiento, los oyentes y televidentes pueden presentar quejas basadas en la actuación en sí del licenciatario.15

CONSULTA GRUPAL CON LOS MEDIOS DE

TELECOMUNICACIÓN

Para efectuar cambios positivos para la mujer en la utilización de los medios de comunicación se requiere de un cuerpo consultivo que delibere y decida sobre proyectos y estrategias, y sobre interpretaciones creativas de la ley. Incluir tanto a las mujeres como a los hombres ayudará al desarrollo de una perspectiva más completa. Las comisiones gubernamentales, relacionadas con la mujer, niños y jóvenes, la educación, los ancianos, los servicios sociales, el desarrollo social o cultural, pueden tener materiales _estadísticas, estudios o pautas políticas _ que apoyen los pedidos a los medios de comunicación. La apreciación y el uso efectivo de sus materiales alentarán el apoyo de estos organismos, o hasta puede dar lugar a una asociación para proyectos permanentes. Los grupos privados podrían ofrecer recursos similares.

Una vez identificados los interesados y los recursos, el comité deberá evaluar su propio compromiso y habilidades y considerar proyectos que sean conmensurables a sus recursos. Los proyectos sencillos incluyen anuncios, pedidos y arreglos de entrevistas, y la provisión de música, drama, o narración de cuentos sobre temas apropiados. Una vez que el grupo tenga más pericia, pueden emprenderse proyectos mayores. Los comunicadores son más receptivos a los pedidos de programación en los que se adjuntan parcialmente o al menos algunos de los recursos solicitados por dicho Comité.

La planificación será facilitada por una declaración de propósito que sea positiva y claramente articulada. Si el propósito primordial del grupo es eliminar material ofensivo, ese material fácilmente puede reemplazarse por otra categoría de material ofensivo, y no se ganaría mucho. Las sugerencias de nuevos tipos de programas, o de agregados nuevos a antiguos programas, tienen mayor posibilidad de éxito y de fomentar mejores relaciones de trabajo con los comunicadores. Los grupos consultivos de los medios de difusión deben, hasta donde sea posible, convertirse en recursos positivos para los comunicadores.

Reflejando sus propios intereses y diversidades culturales, los grupos consultivos pueden llegar a ser ricas fuentes de ideas de programación para los que transmiten en sus áreas respectivas. En su búsqueda por formas de elevar la imagen de la mujer en los medios de comunicación, tal vez deseen considerar la exploración de una gran gama de posibilidades incluyendo, pero no limitándose, al aporte de las mujeres y los desafíos que éstas enfrentan en el hogar, en la comunidad y en el mundo del trabajo.

UNA VISION COMPARTIDA

Un grupo consultivo de los medios de comunicación debe desarrollar una visión compartida y abarcadora que permita que su trabajo sea unido, positivo, efectivo y sostenible. Ya que no tenemos un modelo para una civilización en la cual el principio de la igualdad de la mujer y el hombre se haya implementado completamente, el trabajo de _visualizar" requiere un esfuerzo imaginativo y sostenido. Desarrollar juntos una imagen específica de una sociedad caracterizada por un equilibrio equitativo y armonioso entre mujer y hombre también ayudará al grupo a manifestar este principio en su propio funcionamiento. A largo plazo, una visión común no sólo sostendrá al grupo para su propio crecimiento y su proceso de aprendizaje, con sus correspondientes éxitos y fracasos, sino que también servirá como fuente ilimitada de ideas para los medios de comunicación.

La plena participación tanto de las mujeres como de los hombres en toda deliberación de grupo debe ser frecuentemente cultivada. La consulta de grupo debe caracterizarse por el respeto hacia cada miembro del mismo y un deseo por descubrir la verdad, no importa de donde provenga. La habilidad de exponer los puntos de vista propios en forma clara y franca debe equilibrarse con la habilidad de aceptar las ideas de otros. Los miembros del grupo tienen que estar conscientes de que, al igual que otros miembros de la sociedad, tal vez hayan absorbido sin querer creencias negativas sobre mujeres y hombres, o adquirido hábitos que podrían tener un efecto espeluznante sobre la consulta. Sin embargo, una vez que el grupo haya desarrollado una unidad dinámica en torno a una visión compartida, tendrá la libertad de considerar las capacidades superiores de los seres humanos, y descubrir cómo esas capacidades pueden reflejarse y representarse en lo que ofrecen los medios de telecomunicación.

La base de una visión compartida es la creencia fundamental de que la mujer es un par del hombre; que ella merece iguales derechos y oportunidades para el adelanto; que actualmente el progreso de la sociedad depende de la plena participación de la mujer; que cualquier falta de logro en la mujer se debe a la falta de oportunidad y educación, y no a cualidades inherentes; que dada la igual oportunidad ella probará que sus capacidades son iguales a las de los hombres; y que cuando sea completamente potenciada ella constituirá una fuerza poderosa hacia la paz.

Los medios de telecomunicación tienen la responsabilidad de reflejar no sólo los signos de la desesperación sino también los signos de la esperanza. Al recordarles a los que transmiten sus obligaciones legales de servir al bien común, de educar y contribuir al progreso de la sociedad, los grupos de ciudadanos pueden usar el poder de los medios de difusión para el adelanto de la mujer y el mejoramiento de la familia humana y la sociedad en general.

NOTAS

1 Staatsvertag, 31/8/1991, s. 23. Informado en Barendt, E.M. BROADCASTING LAW: A COMPARATIVE STUDY. (Oxford: Clarendon-Oxford University Press, 1993). 105. Este trabajo compara las leyes de cuatro países europeos y los EE.UU.

2 [Ley italiana] Ley del 11/1/1988, s. 12(3). Informado en Barendt, 109.

3 Ibid.

4 South African Broadcast Corporation, SABC Board of Directors, _Vision". n.p.: South African Broadcast Corporation, 1995. 3.

5 Informado por SABC Junta de Directores, _Values". 3.

6 2 Artículo 1, Capítulo I, de la Ley de Transmisión de Corea del Sur, Ley no. 3978, 28 de noviembre

7 Sección (1), Artículo 4, Capítulo I de la Ley anterior.

8 Sección (2), Artículo 5, Capítulo I de la Ley anterior.

9 Artículo 17, Capítulo III de la Ley de Transmisión y Televisión de Taiwan, promulgado el 8/1/1976, según enmienda del 7/6/1982.

10 Sección 4, Artículo 21, Capítulo III de la ley anterior.

11 Artículo 14 de Las Reglas de Vigencia de la Ley de Transmisión y Televisión de Taiwan, aprobado el 24/12/1976 por Ejecutivo Yuan letra (65) wen 10933, y el 2/11/1979 Ejecutivo Yuan letra (68) wen 10967, y el 18/4/1983, Ejecutivo Yuan letra (72) wen 6768.

12 Artículo 6, Capítulo I, Constitución de la Unión de las Repúblicas Soviéticas Socialistas. Informado en alemán, Harold J. y John B. Quigley, Fr., traductores y editores. BASIC LAWS ON THE STRUCTURE OF THE SOVIET STATE. Cambridge, Mass: Harvard University Press, 1969.- 4.

13 Gillmore, Donald M. y Jerome A. Barron. MASS COMMUNICATION LAWS: CASES AND COMMENT. 807. St. Paul, Minn: West Publishing Co., 1969. Párrafo (g), Sección 303, Ley Federal de Comunicaciones de 1934, según enmendada, Título 47 Código EE.UU.

14 Párrafo (g), Sección 303 de la Ley anterior.

15 Según declaraciones de una opinión legal: _la participación pública es especialmente importante... ya que el público habrá estado expuesto... a la actuación del licenciatario... este no es ni puede ser el caso en el momento... [en el que se considera el] otorgamiento inicial y también puede ocurrir que no haya nadie que presente ante la Comisión en forma efectiva las deficiencias en una programación ofensiva o sobrecomercialización." Oficina de Comunicación de la Iglesia de Cristo Unido v. FCC, 359 F. 2d 94 (1966), informado en Gillmor, 723.

Lucy Weidner, Doctorada en Jurisprudencia de la Facultad de Leyes de la Universidad de Rutgers en 1975, ejerció durante nueve años en Filadelfia, Pensilvania. Una vez graduada regresó a la Universidad de Temple, logró su Maestría en Artes en Literatura y Composición Inglesa en 1986. Ese mismo año se radicó en Taiwan, donde ha sido Profesora Adjunta de Leyes y Catedrática en Literatura Americana desde el 1987. Baha'i desde 1984, la Srta. Weidner prestó servicios en el Comité de Radio y en el Comité de Mujeres de los Baha'is de Taiwan. Ha publicado poesía, críticas literarias y discurso legal en China, Hong Kong, Taiwan y los Estados Unidos.

LA NIÑA

Debemos declarar que su capacidad es igual, incluso mayor que la del hombre. Esto inspirará en ella esperanza y ambición, y su susceptibilidad hacia el progreso aumentará continuamente.

'Abdu'l-Bahá

La Niña: Una Cuestión Crítica

Comunidad Internacional Baha'i

La Comunidad Internacional Baha'i celebra los esfuerzos de la UNICEF por atraer la atención hacia la crisis de las niñas. Desde la decisión, hace un año, de dar prioridad a la niña, la UNICEF ha contribuido significativamente a un aumento en la conciencia global sobre los efectos de la discriminación de género hacia millones de niñas. Al auspiciar la investigación, alentar la disgregación de datos, difundir información y solicitar que los programas de UNICEF muestren sensibilidad hacia las necesidades de las niñas, la UNICEF ha iniciado un proceso que merece el apoyo sostenido y entusiasta.

Desde el punto de vista de la Comunidad Internacional Baha'i, actualmente el avance de la civilización requiere de la participación plena de todos, incluyendo a las mujeres. Para que esto suceda, las familias y la sociedad deben valorar a las niñas y los niños por igual. Compartimos la angustia de UNICEF ante el evidente abandono de las niñas, justificado en muchos lugares del mundo como parte de las culturas locales. Estamos de acuerdo con la recomendación expuesta en el _Informe de progreso sobre logros alcanzados en la implementación de la política de UNICEF sobre la mujer en el desarrollo" (E/ICEF/1991/L.5), en que la UNICEF amplía su enfoque hacia la salud materna para incluir un intento por alterar factores que afectan a la salud de las niñas y las mujeres antes de la maternidad, inclusive las actitudes dañinas y las prácticas tradicionales.

Las niñas no sólo deben recibir comida, cuidado sanitario y educación adecuada, sino que también debe brindárseles toda oportunidad por desarrollar sus capacidades. Las niñas no sólo prestarán servicio a la humanidad como madres y primeras educadoras de la próxima generación, sino que también, como mujeres, harán aportes especiales a la creación de un orden justo: un orden caracterizado por su vigor, cooperación, armonía y un grado de compasión jamás atestiguado en la historia. Actualmente, las madres pueden ser los agentes primarios para la potenciación de los individuos con miras a la transformación de la sociedad. Sólo ellas pueden inculcar en sus hijos el amor propio y el respeto por los demás, ambos esenciales para el progreso de la civilización. Es evidente, entonces, que la posición de las madres, que se ha denigrado más y más en muchas sociedades, tiene en realidad la mayor importancia y el mayor mérito.

Las mujeres y las niñas deben ser educadas _espiritual, emocional e intelectualmente _ porque una madre no puede compartir lo que no tiene. Un niño necesita un ambiente de cuidado amoroso y guía sabia en los primeros años de vida para poder desarrollar un carácter seguro y una mente bien preparada. Si debido a sus propias deficiencias la madre no puede proveer a sus hijos experiencias que los prepararán para la educación formal, ellos se encontrarán ante una seria, y a menudo paralizante, desventaja. Sin embargo, debe recalcarse que esta doble responsabilidad de desarrollar el carácter y estimular el intelecto del niño también corresponde a la familia como entidad, incluyendo al padre, a los abuelos y a la comunidad. Según señalara la Sra. Agnes Aidoo, Asesora Principal para Mujeres de la UNICEF, en su enunciado a la Comisión sobre el Estado de la Mujer de las Naciones Unidas en su sesión de 1991, _el contexto de la familia provee oportunidades únicas para que niños varones y hombres se involucren en cambiar la condición de las niñas y mujeres." En sus actividades basadas en la comunidad las ONGs. también pueden contribuir sustancialmente al centrar su atención sobre la niña.

Ya que los sexos son iguales en capacidad intelectual y en potencial para servir a la humanidad, las niñas y los niños deben estudiar el mismo currículo. Debe abrirse el camino para que las mujeres y las niñas accedan a toda esfera del quehacer humano, incluyendo el arte y las ciencias, la agricultura, el comercio, la industria y asuntos de estado. No existe límite natural en cuanto a la capacidad de la mujer.

El mundo, actualmente, está aprisionado en un ciclo de educación errónea en el cual se pasan características dañinas de una generación a otra retardando el progreso social. Una fuente de esta educación errónea es el fracaso en respetar a la mujer, aún en el hogar. La negación de igualdad entre los sexos comete una injusticia contra la mitad de la población del mundo y promueve en los hombres actitudes y hábitos dañinos que se llevan de la familia al trabajo, a la vida política y, finalmente, a las relaciones internacionales. El mundo no puede darse el lujo de las consecuencias de tal ignorancia e injusticia, especialmente en este momento crítico cuando las perspectivas de establecer la paz en este planeta son tan alentadoras.

La causa de la educación universal merece el mayor apoyo que los gobiernos del mundo puedan darle, pues la ignorancia es indiscutiblemente la razón principal de la decadencia y la caída de los pueblos y la perpetuación del prejuicio. Ninguna nación puede lograr el éxito a menos que la educación se otorgue a todos sus ciudadanos. La falta de recursos limita la habilidad de muchas naciones para cumplir esta necesidad, imponiendo cierto orden de prioridades. Los organismos de toma de decisiones que estén involucrados harían bien en considerar darle primera prioridad a la educación de mujeres y niñas, ya que es por medio de las madres educadas que los beneficios del conocimiento pueden difundirse más efectiva y rápidamente por toda la sociedad.

La Comunidad Internacional Baha'i felicita a la UNICEF por sus iniciativas y exhorta al Cuerpo Ejecutivo de la UNICEF a continuar haciendo importante este énfasis en las necesidades de la niña.

_La mujer en el desarrollo" enunciado de la Comunidad Internacional Baha'i presentado ante la Junta Ejecutiva de la UNICEF; Nueva York, EEUU, 22 de abril de 1991. Número de documento de las Naciones Unidas E/ICEF/1991/NGO/7.

Apéndice

El cambio es un proceso evolutivo que requiere paciencia para con uno mismo y con los demás, educación amorosa y el paso del tiempo; mientras los creyentes profundizan su conocimiento de los principios de la Fe, gradualmente descartan actitudes tradicionales largo tiempo sostenidas, y progresivamente conforman sus vidas a las enseñanzas unificadoras de la Causa.

Casa Universal de Justicia

La Condición la Mujer en la Comunidad Baha'i

Comunidad Internacional Baha'i

Oficina para el Avance de la Mujer

La lucha de la mujer por el reconocimiento y la plena participación en sus comunidades religiosas siempre ha sido difícil, a menudo más difícil que en el mundo secular. Tanto en la vida religiosa como en la vida secular, la mujer es excluida por actitudes y comportamientos derivados de la creencia de que la mujer es inferior al hombre; pero en muchas comunidades religiosas la subordinación de la mujer también está entramada en sus instituciones y se ve reforzada por la interpretación de los escritos como si fuera la voluntad de Dios.

No es así en la comunidad baha'i. Las enseñanzas de Bahá'u'lláh, Profeta Fundador de la Fe Baha'i, aseveran inequívocamente la completa igualdad espiritual y social de la mujer. Además, las instituciones de la Fe Baha'i tienen la obligación moral de apoyar y alentar la plena participación de la mujer. En el liderazgo y la toma de decisiones y en todo aspecto de la vida comunitaria baha'i. Una encuesta reciente sobre la participación de la mujer en la vida comunitaria baha'i mostró que la mujer está bien representada en posiciones de liderazgo en las comunidades baha'is en todo el mundo, e ilustra el progreso que se está haciendo en la superación de actitudes tradicionales y fuertes pautas culturales.

Para poder comprender la información recabada en esta encuesta es importante comprender la naturaleza del liderazgo en la comunidad baha'i: una comunidad religiosa sin clero. Se enfatiza el liderazgo de grupo en lugar del poder individual presente en todo el sistema administrativo baha'i, que tiene dos ramas: una se compone de consejos elegidos para gobernar; la otra se compone de individuos nombrados para motivar y aconsejar. La encuesta reveló que las mujeres forman el 30% de los miembros de los consejos gobernantes nacionales elegidos (denominados Asambleas Espirituales Nacionales) y el 40% de los miembros de los consejos gobernantes locales (denominados Asambleas Espirituales Locales). Además, el 47% de aquellos que han sido nombrados (denominados miembros de los Cuerpos Auxiliares) para inspirar y aconsejar a la comunidad a nivel sub-nacional y regional, son mujeres.

Aunque estas estadísticas colocan a la comunidad baha'i muy por delante del mundo en general en cuanto a la participación de la mujer en el liderazgo, la comunidad baha'i todavía tiene que cumplir su propia meta de completa igualdad entre mujeres y hombres. Actualmente, para la gran mayoría de los baha'is del mundo, muchos de los cuales son los primeros en sus familias en hacerse baha'is, los valores y los hábitos con que se han criado no son fáciles de abandonar. Pero al hacerse baha'is se comprometen a un proceso de transformación individual y social, basado en la realidad fundamental de esta época: la unicidad de la humanidad. La igualdad del hombre y la mujer es un aspecto importante de este principio. Es así que la comunidad baha'i toda está empeñada en una lucha compartida para superar una variedad de prejuicios tradicionales, y sus miembros son ayudados en dicha lucha por las instituciones administrativas baha'is.

ANTECEDENTES DE LA ENCUESTA

Esta reciente encuesta sobre la condición de la mujer en la comunidad baha'i (1993-1994) es la tercera que la Comunidad Internacional Baha'i lleva a cabo. La primera se realizó en 1972, en preparación para el Año Internacional de la Mujer (1975), y la segunda en el 1984 a finales de la Década de la Mujer (1976-1985). Las tres encuestas examinaron --en mayor detalle cada vez-- los siguientes factores críticos que afectan la condición de la mujer:

1. la participación de la mujer en los consejos elegidos que gobiernan la vida comunitaria baha'i;

2. las formas en que las instituciones baha'is alientan a la mujer a participar en la vida comunitaria baha'i; y

3. las estrategias empleadas por las instituciones baha'is para cambiar las actitudes hacia la mujer.

La encuesta de 1993-1994 recabó información sobre la participación de la mujer en las actividades administrativas de la comunidad baha'i de dos fuentes: las instituciones elegidas y los miembros de la rama nombrada del orden administrativo baha'i (miembros del Cuerpo Auxiliar) cuyas funciones --aconsejar, proteger y alentar a la comunidad-- complementan las de la rama electa, que tienen la responsabilidad de gobernar. La información lograda aclara el asunto del proceso de transformación y muestra cómo estas instituciones complementarias promueven --cada una a su manera-- el proceso de comprensión e implementan del principio de la igualdad de los sexos.

METODOLOGÍA DE LA INVESTIGACIÓN

Se enviaron cuestionarios a 165 Asambleas Espirituales Nacionales; 92 respondieron. También se enviaron cuestionarios a miembros de los Cuerpos Auxiliares que son nombrados para inspirar y guiar a los individuos y para consultar con los consejos gobernantes elegidos a nivel sub-nacional y regional. Respondieron doscientos cincuenta y cuatro (65%) de los 389 miembros del Cuerpo Auxiliar que prestan servicio en todo el mundo, informando sobre sus actividades y las de sus ayudantes, nombrados para realizar las mismas funciones a nivel local. Se validó la exactitud de la muestra al comparar las estadísticas de miembros en las 165 Asambleas Espirituales Nacionales, lograda por el Centro Mundial Baha'i, con la misma información suministrada por las Asambleas Nacionales que habían respondido a dicha encuesta.

RESULTADOS PRELIMINARES

EN LAS INSTITUCIONES ELEGIDAS

El porcentaje de mujeres que prestan servicio en las 92 Asambleas Espirituales Nacionales que respondieron a la encuesta era del 30%, demostrando el grado al cual los baha'is _quienes votan con balota secreta _ están intentando superar los prejuicios tradicionales. Este porcentaje, que ha permanecido constante desde la primera encuesta en 1972, es consistente con el porcentaje de todas las 165 Asambleas Nacionales, según las estadísticas recabadas por el Centro Mundial Baha'i. En el relevamiento se observó que el 41% de los secretarios nacionales son mujeres. Ésta es una muestra significativa de confianza, ya que la Oficina de la Secretaría es de gran responsabilidad y ocupa un lugar visible en la administración baha'i.

Además de información básica sobre proporciones masculino-femenino en varias posiciones de liderazgo, la encuesta también consultó sobre las actividades de mujeres a nivel local y nacional. La respuesta indicó que más de la mitad de las comunidades baha'is nacionales que respondieron han realizado eventos específicos en cuanto a los temas de la mujer al menos una vez al año en los últimos seis años. Entre los temas discutidos se encontraban la igual dad entre mujeres y hombres, la mujer en el liderazgo, el matrimonio y la vida familiar, el ser padres, y sobre "heroínas de la Fe Baha'i". Las 38 Asambleas Nacionales con programas de alfabetismo informaron que debido, en parte, a esfuerzos deliberados por reclutar mujeres, más mujeres que hombres asistieron a las clases.

La encuesta también estableció que en las empresas editoriales baha'is las mujeres desempeñan un papel prominente. La mayoría de las comunidades nacionales indicó que ellos nombran comités de publicación, y la proporción masculino-femenino en estos comités es de uno a uno. De las 54 comunidades que informaron que publicaron libros en los últimos seis años, 24 produjeron libros sobre mujeres.

Particularmente alentadora es la información estadística sobre 4.680 comunidades locales (aproximadamente un cuarto de las comunidades organizadas en todo el mundo) indicando que un número creciente de mujeres está siendo elegido para servir a nivel de base. De aquellos que son electos para servir en los consejos gobernantes locales un impresionante 40% son mujeres. Es más, la mitad de los secretarios locales y un tercio de los tesoreros locales son mujeres.

RESULTADOS PRELIMINARES

EN LAS INSTITUCIONES NOMBRADAS

El compromiso de las instituciones baha'is para con la plena participación de la mujer es evidente en el nombramiento de casi igual números de mujeres y hombres para servir en los Cuerpos Auxiliares. De los miembros de Cuerpo Auxiliar que informaron, 47% eran mujeres; 53% eran hombres. Además, los ayudantes que éstos nombraron para educar y alentar a los baha'is a nivel local también eran aproximadamente 50% mujeres y 50% hombres.

Estos individuos ejercen una poderosa influencia moral en las comunidades baha'is. Sus ideas y percepciones a menudo son solicitadas tanto por los consejos gobernantes baha'is electos como por los individuos baha'is. Al responder a la encuesta, muchos de estos líderes nombrados indicaron que promueven regularmente los principios de la igualdad y la asociación entre mujeres y hombres en sus discursos, talleres y charlas personales.

CONCLUSIONES

La encuesta produjo un cúmulo de información que aún no ha sido completamente analizado. Sin embargo, los resultados preliminares demuestran claramente que la mujer desempeña un papel significativo en gobernar (30%) y en guiar (47%) a las comunidades baha'is en todo el mundo. Los datos obtenidos también confirman que las instituciones de la Fe Baha'i están accionando positivamente para fomentar el desarrollo y la plena participación de la mujer en la vida de la comunidad. Tal vez lo más interesante es que, además, la encuesta aclara el rol de las dos ramas del orden administrativo baha'i --consejos elegidos e individuos nombrados-- en la canalización del proceso de transformación individual y social.

El consejo gobernante internacional de la Comunidad Baha'i, la Casa Universal de Justicia, aconseja para este proceso un enfoque integrado: "El principio de la igualdad entre mujeres y hombres, como las otras enseñanzas de la Fe, puede ser efectiva y universalmente aplicado entre los amigos cuando sea ejercitado conjuntamente con todos los otros aspectos de la vida baha'i."

Los datos obtenidos confirman que en este proceso evolutivo tanto las instituciones baha'is nombradas como las elegidas están ejerciendo el liderazgo moral. Al designar mujeres para posiciones de responsabilidad dentro de la comunidad y luego apoyarlas y alentarlas, tanto las instituciones elegidas como las nombradas ayudarán a la mujer a desarrollarse y demostrar las capacidades que se esperan de aquellos que sirven en los consejos gobernantes baha'is a todo nivel. Según los Escritos Baha'is, estas cualidades incluyen "lealtad incuestionable", "dedicación sin egoísmo", " mente bien preparada", "reconocida capacidad y experiencia madura".1 A medida que las mujeres se levanten para servir, particularmente en el nivel local, la comunidad puede verlas en nuevos roles y experimentar por sí mismos los aportes de que son capaces las mujeres. Dada esta nueva evidencia de la capacidad de la mujer, muchos baha'is pueden internalizar este principio revolucionario de la igualdad entre las mujeres y los hombres. Especulamos con que, a medida que estos esfuerzos sean exitosos en ayudar a los baha'is a "descartar actitudes tradicionales de larga data", más mujeres serán elegidas para servir como miembros y oficiales tanto de los consejos gobernantes nacionales como locales.

Los resultados de esta encuesta son especialmente alentadores dado que la comunidad baha'i se encuentra entre las más diversas del planeta. Los más de cinco millones de baha'is de todo el mundo proceden prácticamente de toda nación, grupo étnico, cultura, profesión y clase social o económica, representando a más de 2.100 distintos grupos étnicos y tribales. Geográficamente, la Fe Baha'i se ha convertido en la segunda religión mundial independiente de mayor alcance, después del Cristianismo. Los baha'is, quienes han establecido comunidades en unos 232 países y territorios, seguirán bregando por la completa emancipación de la mujer ya que comprenden que Hasta que la realidad de la igualdad entre hombre y mujer sea establecido y plenamente logrado, no será posible el más alto desarrollo social de la humanidad." 2

NOTAS

1 Shoghi Effendi, Principios de Administración Baha'i, p. 76. Ebila-1979.

2  La Promulgación de la Paz Universal, pp. 76-77.

Análisis preliminar de los resultados de una encuesta realizada en el 1994 por la Oficina para el Avance de la Mujer de la Comunidad Internacional Baha'i.

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