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Combatiendo el Racismo

Combatiendo el Racismo

Declaración presentada a la Segunda Conferencia Mundial para Combatir el Racismo y la Discriminación Racial.

Ginebra, Suiza—1 August 1983

Ginebra, Suiza
1-­12 de agosto de 1983

La Comunidad Internacional Baha'i se complace en participar en esta Segunda Conferencia Mundial para Combatir el Racismo y la Discriminación Racial. Estamos convencidos de que la eliminación de la discriminación y el prejuicio raciales es uno de los imperativos más urgentes de nuestro tiempo y de que la comunidad internacional debe adoptar ahora medidas concretas para tratar en forma urgente, directa y plena al problema mundial de la discriminación racial. Movidos por esas convicciones nos proponemos bosquejar en esta declaración el punto de vista Baha'i acerca de la discriminación y la igualdad raciales, resumir las múltiples medidas que ya han adoptado los Baha'is de todo el mundo para eliminar la discriminación racial y, finalmente, proponer un programa práctico para la eliminación de la discriminación racial que los gobiernos puedan aprobar y aplicar ahora.

El principio de la unidad racial

Los principios de igualdad racial y unidad racial son centrales en las enseñanzas Baha'is. Los Baha'is procuran establecer una civilización mundial orientada por los principios fundamentales de la unidad de la humanidad y del logro de la unidad en la diversidad. Por una parte, estos principios implican un reconocimiento del valor y la dignidad do todo ser humano y de su contribución a la sociedad, independientemente de su raza, color o antecedentes étnicos o culturales. Los Baha'is consideran a todos los seres humanos iguales ante los ojos de Dios. Como consecuencia de esta creencia, los Baha'is reconocen la igualdad de todas las razas y procuran eliminar todas las formas de prejuicio y discriminación raciales. Los Baha'is creen en que:

«discriminar en contra de cualquier raza en razón de ser socialmente atrasada, políticamente inmadura y numéricamente una minoría, constituye una violación flagrante del espíritu que anima la Fe de Bahá’'u'’lláh si se ha de tolerar discriminación alguna debe ser una discriminación no en contra, sino más bien a favor de la minoría, sea ésta racial o de otro orden».
(De los Escritos Baha'is)

Los principios de la unidad de la humanidad y de la unidad en la diversidad requieren, por otra parte, que se haga hincapié en el desarrollo de la unidad entre los seres humanos de todas las razas, colores y orígenes étnicos. Los Escritos Baha'is aconsejan:

«Cierra tus ojos a las diferencias raciales y acoge a todos con la luz de la unidad».

Como los Baha'is asignan tan gran importancia al estímulo de la unidad, todos los Baha'is, si bien se enorgullecen de su herencia racial, étnica o cultural única, procuran por sobre todas las cosas reconocer y alentar los lazos humanos y espirituales comunes que unen a la familia humana, una familia rica en la diversidad de las razas y culturas que la componen.

Esfuerzos realizadospor los Baha'is para promover la unidad racial

En todo el mundo los Baha'is y las comunidades Baha'is procuran poner estos principios en práctica. En las clases impartidas por las comunidades Baha'is’ en más de 100 países se instruyen a los niños en los principios de la unidad y la igualdad raciales y se despierta su conciencia acerca de los problemas del prejuicio y la discriminación raciales. Las comunidades Baha'is de todo el mundo han colaborado con los programas de las Naciones Unidas en la esfera de la erradicación de la discriminación racial. Han participado en conferencias y seminarios de derechos humanos y han patrocinado activamente las conmemoraciones del Día de Los Derechos Humanos y del Día de la Unidad de la Raza en sus localidades.

Los principios cotidianos que orientan la vida de los Baha'is y de las comunidades Baha'is constituyen un nuevo testimonio delprofundo compromiso que sienten los Baha'is con el principio de la unidad racial. En las comunidades Baha'is en los planos local y nacional los individuos de todas las razas se asocian periódica y libremente, en total amistad y concordia. En Las elecciones Baha'is no se hace campaña y se exhorta a todos los Baha'is a votar en secreto por los individuos mejor calificados, independientemente de su raza; como consecuencia, los órganos rectores de las comunidades Baha'is manifiestan una composición racial diversa. Además, el principio Baha'i de consulta asegura que se oiga la voz de cada individuo y que se tome seriamente en consideración. Finalmente, la variada composición racial y cultural de la Comunidad Internacional Baha'i — que incluye a representantes de muchas poblaciones autóctonas — demuestra la realización práctica del principio de la igualdad y la unidad raciales dentro de la comunidad Baha'i a escala mundial. Hoy en día hay más de 2.000 tribus y grupos étnicos representados en más de 100.000 comunidadeslocales Baha'is en los 165 países independientes en que residen Baha'is.

En suma, los Baha'is han dado grandes pasos hacia la meta, enunciada en el Programa de 1973 para el Decenio de la Lucha Contra el Racismo y la Discriminación Racial, de promover «los derechos humanos y las libertades fundamentales de todos, sin distinción alguna de raza, color, linaje u origen nacional o étnico, especialmente por medio de la erradicación del racismo, la discriminación racial y los prejuicios raciales». Además, han hecho una contribución a esa «enérgica campaña mundial de información destinada a hacer desaparecer los prejuicios raciales» que se solicitó al comienzo del decenio.

La importancia de la educación espiritual

Todas las numerosas actividades Baha'is’ en favor de la igualdad y la unidad raciales son manifestaciones de un objetivo fundamental: la promoción de la unidad racial por medio de la eliminación del prejuicio racial. Los Baha'is reconocen que la discriminación racial se puede eliminar sólo eliminando el prejuicio racial y, además, aboliendo el prejuicio en su fuente, el corazón humano. Los Baha'is consideran que el prejuicio es un problema espiritual y que, por consiguiente, requiere una solución espiritual. El prejuicio sólo puede erradicarse mediante un despertar espiritual, un despertar nutrido, por una parte, por la investigación independiente de la verdad y, por la otra, por la orientación y la dirección apropiadas. En consecuencia, lo que se requiere para eliminar el prejuicio racial es una educación espiritual apropiada, educación cuyo objetivo es fomentar ese espíritu de investigación libre, que es el único que puede romper los estereotipos raciales inculcando a la vez en los corazones y mentes humanas el principio fundamental —— y la verdad —— de la unidad orgánica de la humanidad. Esta educación espiritual debe iniciarse desde los años más tempranos de la formación de la personalidad del niño, antes de iniciarse la enseñanza formal; además, el desarrollo de una conciencia espiritual debe estimularse fuera de la sala de clases, en la familia, en el hogar y en la comunidad.

Un programa modelo sobre la unidad de la humanidad

La Comunidad Internacional Baha'i considera que constituiría un primer paso importante para el establecimiento de la educación espiritual universal la elaboración y aplicación en todos los países de un programa de estudios universal, aunque adaptable en lo cultural, acerca de la unidad orgánica de la humanidad. Dicho programa de estudios debe inspirarse en un reconocimiento de que el prejuicio racial no se eliminará únicamente estudiando el problema de la discriminación racial; más bien la erradicación del prejuicio racial requiere el desarrollo a una edad temprana de una conciencia de los lazos humanos y espirituales fundamentales que unen a los pueblos de diferentes razas, colores y orígenes étnicos. Lo que hace que un programa de estudios de este tipo sea práctico es que estos lazos no son meramente idealistas, son reales, y en dicho programa de estudios puede recurrirse a los más recientes conocimientos que las ciencias biológicas, sociales, antropológicas, económicas y políticas pueden brindar como testimonio de la realidad de la unidad y la interdependencia humanas.

Proponemos concretamente que en tal programa modelo de estudios se incluyan los siguientes temas:

  1. la unidad biológica de la raza humana como una especie humana, con diferencias entre las características físicas e intelectuales de las razas que son el resultado de factores evolucionarios, históricos y ambientales, poseyendo todas las razas las mismas características biológicas humanas fundamentales y la misma capacidad intrínseca para los logros intelectuales;
  2. las necesidades, deseos y emociones humanas fundamentales compartidos por todos los seres humanos;
  3. la búsqueda universal por cada individuo desu identidad propia;
  4. la institución universal de la familia como unidad básica de la sociedad;
  5. la necesidad universal de pertenecer a una comunidad mayor y participar en su vida y de desarrollar un sentido de identidad cultural;
  6. la interdependencia social, económica, cultural y política de todos los pueblos;
  7. la necesidad universal que el hombre experimenta de una finalidad espiritual y su búsqueda mediante la religión.

En el estudio de cada una de estas esferas pueden examinarse y reconocerse las diferencias culturales como diferentes expresiones y manifestaciones de esas mismas características y necesidades humanas universales. Además de dichos temas básicos podrían incluirse los siguientes:

  1. comprensión de la forma en que el prejuicio racial se deriva de la falta de comprensión de los lazos que unen a todos los pueblos;
  2. la importancia del contacto con la gente de otras razas como medio de romper con los prejuicios y de percibir los lazos humanos compartidos;
  3. las diferentes formas y manifestaciones del prejuicio racial en nuestra vida cotidiana; y
  4. las acciones de las Naciones Unidas en el ámbito de los derechos humanos y las normas relativas a los derechos humanos ya establecidas por las Naciones Unidas.

La Comunidad Internacional Baha'i considera que la formulación y aplicación de un programa de estudios acerca de la unidad de la raza humana, orientada hacia las etapas más tempranas del desarrollo de la personalidad del niño, brinda una esperanza realista de eliminación del prejuicio racial y de progresos reales hacia los objetivos del Primer Decenio de la Lucha contra el Racismo y la Discriminación Racial, objetivos que deben revivirse y enfrentarse con espíritu fresco y renovada decisión. Sobre la base de sus principios y la experiencia que han acumulado en la promoción práctica de la unidad racial, los Baha'is están convencidos de que las actitudes humanas pueden cambiar; de que, mediante el reconocimiento de la unidad orgánica de los pueblos de todas las razas y colores, pueden abolirse el prejuicio racial y el mal social consiguiente de la discriminación racial. Expresamos la sincera esperanza de que esta Conferencia comparta ese optimismo y determinación.

 

BIC Document #83-0801s

Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer

Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer

Declaración presentada por la Comunidad Internacional Baha'i (en carácter consultivo con el Consejo Económico y Social — Categoría II)

Ciudad de México, México—19 June 1975

La Comunidad Internacional Baha'i, que está formada por las comunidades Baha'is de 335 países y territorios, y que expresa a través de sus miembros — hombres y mujeres que representan más de 1,600 tribus y grupos étnicos — una unidad en diversidad mundial, agradece esta oportunidad de contribuir a la Conferencia Mundial del Año Internacional de la Mujer.

Las comunidades Baha'is sostienen que la educación debe ir más allá del desarrollo intelectual o de la adquisición de pericia. La característica esencial de dicha educación, como sugiere la experiencia de más de un siglo de la Comunidad Internacional Baha'i, es una comprensión mayor y más profunda del propósito y valor de la vida humana. El sentido de valía, seguridad y coraje, así como el de dirección, dependen del logro tanto de metas espirituales como materiales. Para que los seres humanos puedan desarrollar por completo sus potencialidades y estén dispuestos acontribuir sus talentos y pericia para ayudar a otros a alcanzar la felicidad, el ««progreso», frecuentemente considerado exclusivamente como bienestar físico, y el «desarrollo», definido como el uso de recursos humanos con el propósito de alcanzar un nivel de vida mejor, deberán tener dimensiones más amplias y profundas.

La Comunidad Internacional Baha'i considera que la dedicación total de mujeres — y hombres — al progreso de la sociedad requiere una fuente de fe suficientemente poderosa como para efectuar, a través de una educación que dura toda la vida, una transformación en la meta y la calidad de la existencia, ya que de este modo cada persona contribuirá continuamente al desarrollo de su propio país y de la sociedad mundial. Las comunidades Baha'is trabajan basándose en la creencia de que dicho poder y molde han sido movilizados en el mundo en este nuevo escalón de la evolución humana, y de que todos podemos armonizar con esta fuerza constructiva.

El documento titulado «Estudios Preliminares Sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer en la Comunidad Mundial Baha'i», que fuera presentado a la Comisión sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer (Documento E/CN.6/NGO/252, 11 enero 1974) indica que todas las comunidades Baha'is enseñan la igualdad de los sexos y actúan para eliminar el prejuicio y la discriminación contra la mujer; y que dentro de la Comunidad Internacional Baha'i «grandes adelantos han sido ya alcanzados en lo que respecta a la igualdad de los sexos». Como sugiere el estudio, las mujeres ya participan activamente en la votación por cuerpos administrativos Baha'is locales y nacionales — un proceso simple ya que no hay propaganda política ni nominación de candidatos, el voto siendo siempre secreto; y ellas mismas son elegidas para servir en dichos cuerpos. Las mujeres también participan en la consulta — el proceso por el cual se llega a la decisión final en los asuntos de la comunidad Baha'i — ya que pueden desprenderse de los sentimientos de inferioridad y falta de valía que les prestaría el énfasis en los valores materiales, a través de su comprensión de la naturaleza espiritual de la vida humana. El desarrollo de la mente, por medio de una búsqueda de conocimiento sin ataduras, y la expresión libre de las ideas de cada individuo en el proceso de consulta — expresión que es bienvenida — han sido dos ingredientes vitales en la estructura social y administrativa de las comunidades Baha'is que han hecho posible la participación de hombres y mujeres en todas las áreas de la vida de comunidad.

En la comunidad Baha'i mundial la educación de las mujeres tiene gran prioridad. A pesar de que la educación universal obligatoria se aplica a ambos sexos, la educación de la mujer, dado que la madre es la primera educadora del niño, es considerada más importante que la del hombre. Por lo tanto, si los padres, quienes tienen la responsabilidad primaria par la educación de sus hijos, no pueden cumplir con su deber de educar tanto al niño como a la niña de la familia, se debe dar preferencia a la niña. En ninguna forma esta elección sugiere que las mujeres deban limitarse a la crianza de los niños y a los deberes del hogar, ya que es vital que las mujeres desarrollen todos sus talentos y capacidades, para que a través de sus actividades constructivas puedan obtener el reconocimiento de su completa igualdad.

Este concepto de igualdad, sin embargo, no se relaciona con los roles o las diferentes funciones y cualidades de los hombres y las mujeres. La importancia de un equilibrio entre las cualidades dominantes y agresivas, y los atributos de agilidad mental, intuición, amor y servicio en los que la mujer, a través de la historia, ha sobresalido, está comenzando a ser reconocida, y tanto la arraigada inclinación de la mujer hacia la paz como su gran repugnancia a sacrificar sus hijos a la guerra son reconocidas en las comunidades Baha'is como portadoras de una gran promesa para el futuro. Asimismo a medida que los prejuicios de sexo, así como los de credo, raza, clase y nacionalidad, sean abandonados en un espíritu de dedicación a la unidad de la humanidad, podrá producirse en ambos, hombres y mujeres, la motivación necesaria para el establecimiento de la paz.

La Participación en las Elecciones

La Participación en las Elecciones

15 January 1974

Se nota una tendencia importante en las respuestas recibidas con relación a la participación de la mujer en las elecciones en la comunidad baha'i. En todas las comunidades baha'is nacionales excepto en una, las mujeres baha'is participan activamente en la votación, un proceso fácil para ellas dado a que no hay propaganda electoral o nominaciones y el voto es secreto. Muchas comunidades, todavía muy poco desarrolladas desde el punto de vista de la aceptación de la igualdad jurídica y social de la mujer, indicaron que las mujeres votaban en las elecciones baha'is. A veces «esta participación es su primera prueba de libertad de expresión» " o "esta actividad (las elecciones) les ha dado a las mujeres su primera oportunidad de tomar parte en asuntos administrativos" en pueblos o en zonas de campaña. Aún en los pueblos más remotos las mujeres participan en las elecciones baha'is aunque son más reticentes en otras clases de actividades y las costumbres tienden a inhibirlas más en los pueblos alejados de los centros urbanos. En ciertas áreas la participación en las elecciones baha'is es el total de las actividades de las mujeres baha'is, y en algunos países donde debido a la tradición lasmujeres no han tomado todavía parte activa en la vida de la comunidad baha'i como los hombres, ellas participan, sin embargo, en las elecciones; y como señaló una Asamblea Espiritual Nacional: «Es nuestra política la de asegurarnos que las mujeres tomen parte en las elecciones en la misma medida que los hombres».

La actividad de las mujeres baha'is depende muchas veces de su preparación cultural. Una Asamblea Espiritual Nacional informa que la nueva generación ha cambiado su actitud pero que «la antigua todavía se mantiene con los viejos prejuicios». En los países donde prevalece la tradición occidental las mujeres han representado un papel muy importante en las comunidades baha'is desde el comienzo y «las mujeres han encontrado en la Fe un campo de servicio en el cual ellas pueden estar más y más seguras de formar una parte concreta». Las respuestas mencionan, sin embargo, que nuevos temas polémicos serán presentados por el influjo, en estos momentos, de mujeres de otras razas entrando en las comunidades baha'is. En comunidades baha'is más antiguas el progreso en la participación de la mujer es más marcada, «particularmente en las elecciones y en el votar por mujeres». Hay, sin embargo, notable evidencia que en países donde la tradición es fuertemente en contra de la participación de la mujer en la vida de la comunidad, las mujeres baha'is están ya también participando en elecciones, en consulta y en actividades de enseñanza y uno de los informes menciona que «las mujeres baha'is no son solamente más activas (que los hombres) en la enseñanza, en discusiones o en viajes de enseñanza» sino también «un factor decisivo en las elecciones». En Malasia, «entre los indígenas, las mujeres, aunque más tímidas que los hombres, participan ampliamente en las elecciones baha'is y expresan sus ideas durante la consulta tanto como los hombres».

La Elección de Mujeres a los Cuerpos Administrativos

Siguiendo inmediatamente a esta participación en el proceso electoral, las mujeres son elegidas para servir en Asambleas baha'is Locales y Nacionales. Este hecho está notablemente ilustrado en algunos países donde «por tradición, las mujeres muy raramente hablan cuando hay hombres presentes», y donde existe una gran discriminación y donde, sin embargo, un número de mujeres baha'is sirven en diferentes Asambleas Locales. Una de estas Asambleas tiene en efecto cuatro miembros mujeres, una de ellas sirviendo como Presidenta, otra como Secretaria, siendo este caso de ninguna manera único sino común el hecho de que las mujeres sirvan como oficiales de las Asambleas Espirituales. En lugares donde solamente hombres sirven en los consejos de los pueblos, mujeres son elegidas a las Asambleas baha'is, y «es notorio que los hombres baha'is han cambiado su actitud ya que ellos votan por algunas mujeres». En muchas partes de Africa las mujeres son a menudo elegidas como tesoreras ya que ellas están «consideradas buenas administradoras de dinero y son de confiar». En algunas áreas de Africa, cuando se les explica a los habitantes baha'is de los pueblos que ambos mujeres y hombres son elegidos en nuestras Asambleas dado que no tenemos prejuicio, muy a menudo mujeres son elegidas a su nueva Asamblea Local aun cuando ellos puedan ser todos baha'is muy nuevos.

La Consulta

En algunos países las mujeres, a medida que participan en la consulta baha'i, son alentadas por primera vez a tomar parte en los asuntos de la comunidad. En otros, aunque las mujeres toman parte en elecciones y consulta, el progreso es lento, mientras que en otros el cuestionario marca las cambiantes actitudes de los hombres y las mujeres entre los baha'is a pesar del hecho de que la costumbre está contra la libertad de la mujer. Un país subrayóque los hombres se están tornando más respetuosos, hacia las mujeres, invitando su participación; lo que lleva a que las mujeres participen más y más en la consulta. Una respuesta indica que las mujeres muy a menudo no asisten a tantas reuniones como los hombres pero que ellas participan completamente en las elecciones baha'is, expresan sus opiniones en la consulta y son más activas que antes que fueran baha'is. Otro hace referencia a que aunque las mujeres no se deciden rápidamente a expresar sus opiniones durante los períodos de consulta en un grupo mezclado, salvo que hayan sido baha'is por un largo tiempo, es evidente que cada vez se animan más a hacerlo. A veces parece que las mujeres baha'is esperan a que los hombres tomen las decisiones pero algunas de ellas con fuerte personalidad «están listas a oponerse si ellas tienen una fuerte convicción sobre un tema en discusión».

Un comentario muy interesante con relación a un aspecto importante de la vida baha'i fue de que «las mujeres tratan, y en muchos casos más efectivamente que los hombres, de fijarse normas más elevadas de conducta e integridad».

Los moldes tradicionales se ven variar en la manera en que ellos inhiben la libertad de las mujeres. Algunos países informan sobre mayor igualdad en la participación en las zonas rurales, otros en los centros urbanos. Un buen número de cuestionarios informaron que aunque al principio los hombres asistían a más reuniones y tomaban parte más activa en la consulta baha'i y en las actividades de enseñanza, ahora las actitudes parecían haber cambiado permitiendo una mayor participación de las mujeres.

De las respuestas recibidas se desprende que las mujeres, al declararse baha'is, asumen responsabilidades ante las cuales antes hubieran estado reacias, y a medida que ellas se educan más en la manera de vida baha'i su actividad aumenta.

Se debe agregar un punto muy importante sobre como ésta educación en la vida baha'i i recae directamente sobre la participación en el proceso de consulta. A causa del énfasis entre los baha'is sobre el valor espiritual de cada individuo y el reconocimiento de que la adquisición de un buen carácter y virtudes es la meta primordial de la vida humana, se desprende de allí que la contribución de cada persona durante la consulta baha'i no solamente se busca sino se considera de gran importancia. La redefinición de valores en relación con la vida humana vence los sentimientos de inferioridad y la falta de valor personal que produce el énfasis exagerado en los valores materiales el cual inhibe la participación de la mujer. Además, el aliento que las mujeres experimentan en la comunidad baha'i a causa de su reconocimiento de la unidad orgánica, de la humanidad y de la gran importancia depositada en la participación universal de todos los miembros de la Fe Baha'i, es único.

El Cambio de Actitudes

Las respuestas a las preguntas relacionadas al cambio de actitud de hombres y mujeres cuando ellas se tornan baha'is muestran una tendencia muy alentadora. Los baha'is están luchando muchas veces con éxito marcado, para cambiar sus actitudes hacia la educación y participación de la mujer.

Casi universalmente, las respuestas indicaron que los hombres baha'is’ alientan la participación activa de sus esposas en la vida comunitaria baha'i, aún donde la tradición ha mantenido a las mujeres fuera de toda participación y aún donde las mujeres mismas son tímidas e indecisas para asumir un papel activo en la vida comunitaria. «Los hombres baha'is alientan a sus esposas tanto a participar más completamente en la vida comunitaria baha'i como a tomar una posición más pareja en la vida del hogar» y a «los hombres baha'is les gusta ver a sus esposas participando en las actividades baha'is». Muy pocos ejemplos de intransigencia masculina han sido comunicados entre los hombres baha'is.

Se desprende de los informes recibidos de Las Asambleas Espirituales Nacionales que el grado de libertad de las mujeres en las comunidades baha'is varía considerablemente, aunque el punto de vista baha'i sobre la igualdad del hombre y la mujer parece haberse establecido. Sin embargo,el molde de vida para las mujeres ha sido ciertamente afectado por muchos elementos en la sociedad en general. En las regiones remotas se hace un progreso muy lento fuera de lo tradicional, pero en las regiones que han tenido continuo contacto con el mundo, el progreso ha sido muy marcado. En un pueblecito baha'i, las mujeres tienen una actuación destacada tanto en la vida civil como en los asuntos baha'is. Solamente unas pocas Asambleas Espirituales Nacionales han mencionado el hecho de que las tradiciones y costumbres alientan la participación de la mujer y de que la mujer ha representado un papel importante en la historia de ciertos países. Una asamblea informa que las mujeres en las comunidades indígenas son más activas que los hombres y que cuando estas comunidades se tornan baha'is ellas continúan con esta tradición. De las respuestas a los cuestionarios se hace evidente que la creencia y dedicación a las enseñanzas de la Fe Baha'i han resultado en un cambio progresivo en todas las comunidades baha'is ’y estas comunidades se encuentran trabajando diligentemente por el progreso de la mujer en todas partes del mundo.

Los informes indican en general que cuando las mujeres se hacen baha'is, el adelanto en sus actividades comunitarias se acelera: «después de hacerse baha'is las mujeres trabajan tanto como los hombres».

La Educación

Las Enseñanzas baha'is depositan gran importancia en la educación de los miembros del sexo femenino, como lo muestran las citas incluidas. Los Escritos Baha'is subrayan el principio de la igualdad de educación para hombres y mujeres, tanto como el de educación universal obligatoria, y organizan las responsabilidades de padres e instituciones baha'is hacia la igualdad de oportunidades, en la educación de los niños. A la vez, hay una declaración en los Escritos de Bahá’u’lláh que establece que si los padres no pueden educar a los varones y las mujeres, las mujeres deben ser dadas la preferencia porque ellas son las futuras madres y las primeras educadoras de los niños.

Las instituciones baha'is asumen la responsabilidad de la educación de los miembros de la comunidad, y cada individuo baha'i tiene relación con todas las instituciones locales, nacionales e internacionales. De esta manera el Orden Administrativo Baha'i provee los medios para expresar las enseñanzas religiosas en la acción privada de los individuos y en sociedad.

Aunque pocas Asambleas Espirituales Nacionales comentaron sobre la falta de interés en la educación de parte de los individuos, debido a un número de obstáculos, la gran mayoría confirmó que los padres baha'is y las instituciones baha'is querían que los jóvenes adquirieran una educación, deseo que fuera confirmado por los jóvenes mismos.

Muchas Asambleas Espirituales Nacionales informaron que las conferencias de enseñanza y las reuniones especiales habían sido llevadas a cabo con el propósito de aumentar la conciencia baha'i sobre el papel de la mujer en la sociedad. Conferencias baha'is sobre la condición jurídica y social de la mujer se llevaron a cabo y un número considerable de mujeres prominentes fue invitado a participar. En muchos países el papel de la mujer es discutido en reuniones públicas, polémicas e institutos donde los baha'is se reúnen para profundizar en su comprensión de las enseñanzas baha'is.

El deseo por la educación se muestra de muchas maneras. Hay indicaciones que los baha'is iletrados son muchas veces inspirados a aprender a leer y escribir, y de que en general los baha'is están interesados en proseguir su educación para lograr un mejor entendimiento de las Enseñanzas baha'is y de la vida baha'i, como también permitirles contribuir al desarrollo de la sociedad en general por medio de la adquisición de conocimiento, entrenamiento y especializaciones. Muchas mujeres están registradas en clases nocturnas en la universidad; jóvenes mujeres baha'is están estudiando medicina, arquitectura y algunas mujeres baha'is son muy destacadas en sus países debido a sus contribuciones a la sociedad.

Las mujeres también se ayudan unas a otras dentro de la comunidad; algunos baha'is se ayudan unos a otros aprendiendo a leer y «las mujeres debido a su dedicación a Bahá’u’lláh han estado activamente envueltas en el establecimiento de programas de educación sobre el alcoholismo, llevando presentaciones a…pueblos, trabajando con niños lisiados, etc.».

Una prominente baha'i ha sido responsable de la fundación de un Consejo de Mujeres en su país y del cambio de leyes sobre la condición jurídica y social de la mujer. Programas de alfabetización han sido establecidos y se ha facilitado la educación de mujeres adultas iletradas.

La influencia de las generaciones jóvenes sobre las más antiguas se muestra en un informe: «algunas hijas enseñan a sus madres a leer y a escribir». Otro menciona el hecho que baha'is deotros países, comoparte de la comunidad, ayudan a los indígenas a aceptar gradualmente losnuevos modelos de la Fe, señalando la influencia educativa que los baha'is en su diversidad tienen unos sobre otros. Un informe refiere el caso de un individuo baha'i que está haciendo posible que algunas niñas asistan a la escuela pública. Hay una conciencia general de la importancia de las actitudes hacia la educación. Un informe señala que a veces las jóvenes «entran en la vida activa, dejando la escuela para casarse y asumen responsabilidades de familia», debido a que hay muchos niños en la familia o debido a que los padres, antes de hacerse baha'is no alentaron a sus hijos suficientemente en lo que respecta a la educación.

La Educación de los Niños Sobre la Igualdad del Hombre y la Mujer

La importancia de enseñar a los niños sobre la igualdad del hombre y la mujer parece tener fuertes raíces en muchas comunidades baha'is a través de todo el mundo y tanto los padres como las instituciones baha'is están promoviendo activamente este principio en formas muy variadas. Un cierto número de asambleas indica que esto representa una actitud diferente de la gente fuera de la comunidad baha'i. El informe de una asamblea se explaya sobre esta diferencia comentando que la igualdad fuera de la comunidad baha'i es considerada solamente desde el punto de vista de estudios o metas de trabajo. Otras Asambleas declaran que los baha'is están enseñando a sus niños en el principio de igualdad y tienen el deseo de asegurar una educación para ellos aún a pesar de que la «sociedad allí no esta muy a favor».

Las clases para niños son generalmente una contribución muy exitosa a la vida de la comunidad, y ofrece oportunidades a las mujeres baha'is para «contribuir su cuota de servicio conduciendo las clases baha'is de niños». Una asamblea ha fundado un comité nacional de mujeres y niños para el año próximo, para estudiar el problema de la mujer dentro de la Fe.

La conclusión general puede ser que dentro de la Comunidad Internacional Baha'i, grandes adelantos han sido ya hechos hacia la igualdad de los sexos, y de que el adelanto de la mujer es perseguido continuamente. La influencia de las comunidades baha'is en las comunidades donde ellas existen, varía en este respecto, pero en general todas las comunidades baha'is enseñan la igualdad de los sexos y actúan para eliminar tanto como les sea posible los prejuicios de discriminación contra la mujer.

Es de notar que las mujeres se cuentan dentro de los oficiales de más alto rango dentro de la Fe y son activas en todos sus trabajos. En Europa existen 17 Asambleas Espirituales Nacionales, cada una compuesta por nueve miembros; 15 de ellas tienen miembros mujeres. En Africa 24 de Las 31 Asambleas Nacionales tienen miembros mujeres. En Asia el número asciende a 25 Asambleas Espirituales Nacionales, 15 tienen mujeres como miembros; en América 30 y 29 y en Australasia 11 y 10.

Asambleas Espirituales Nacionales Que Responden al Cuestionario Sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer

AFRICA

Africa del Alto Oeste

Africa del Noreste

Africa del Noroeste

Africa del Oeste

Botsuana

Chad

Costa de Marfil, Malí y Alto Volta

Dahomay

Ghana

Islas Seychelles

Kenia

Nigeria

República Centroafricana

República del Congo

Reunión

Rodesia

Ruanda

Swazilandia y Mozambique

Tanzania

Zambia

LAS AMÉRICAS

Alaska

Argentina

Belice

Bolivia

Brasil

Canadá

Colombia

Costa Rica

Ecuador

El Salvador

Guatemala

Guyana, Surinam y Guyana Francesa

Haití

Honduras

Jamaica

México

Nicaragua

Panamá

Perú

Puerto Rico

República Dominicana

Trinidad y Tobago

ASIA

Asia del Cercano Oriente

Asia del Nordeste

Corea

India

Indonesia

Laos

Las Filipinas

Malasia

Malasia Oriental y Brunei

Pakistán

Singapur

Tailandia

AUSTRALASIA

Australia

Islas Fiyi

Islas Gilbert y Ellice

Islas Hawaianas

Islas Salmón

Nueva Zelandia

Pacífico del Sudoeste*

Pacífico Noroeste

Papua y Nueva Guinea

Samoa

Tonga y las Islas Cook

EUROPA

Alemania

Austria

Bélgica

Dinamarca

España

Finlandia

Francia

Islandia

Italia

Luxemburgo

Noruega

Portugal

Reino Unido

República de Irlanda

Suecia

Suiza

*Dos respuestas enviadas: una de Nueva Caledonia y otra de Nuevas Hébridas

Sugerencias y Propuestas para el Año Internacional de la Mujer

Sugerencias y Propuestas para el Año Internacional de la Mujer

Exposición presentada por la Comunidad Internacional Baha'i (reconocida como entidad consultiva por el Consejo Económico y Social, categoría II) en el 25° período de sesiones de la Comisión de las Naciones Unidas sobre la Condición Jurídica y Social de la Mujer Tema 3 del programa provisional

New York—14 January 1974

14 de Enero-4 de Febrero de 1974

Sugerencias y Propuestas para el Año Internacional de la Mujer

La Comunidad Internacional Baha'i, teniendo presente el objetivo al que se ha dedicado el Año Internacional de la Mujer (resolución 3010 (XXVII) de la Asamblea General), y el informe del Secretario General sobre el Año Internacional de la Mujer (E/CN.6/576), desea formular algunas observaciones y propuestas que a su Juicio pueden ser un aporte al proyecto de programa de acción por ese Año, que se presentará a la Comisión de la Condición Jurídica y Social de la Mujer en su 25to período de sesiones, en 1974. Estas sugerencias se formulan desde el especial interés que tiene la Comunidad Internaciona1 Baha'i en el principio de la igualdad entre hombres y mujeres, así como el papel de la mujer en relación con el fortalecimiento y el adelanto de la causa de la paz en el mundo, que las enseñanzas baha'is destacan y de los que las comunidades baha'is en todo el mundo ya tienen conciencia y se han comprometido a apoyar.

En una declaración referente al adelanto de la mujer, el Administrador del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo manifestó que «la clave para el desarrollo en el próximo decenio es la aceptación universal de la necesidad de progreso».[1] Al formular propuestas para el Año Internacional de la Mujer, consideramos que podrían examinarse algunos puntos que ayudarían a definir el «progreso» — para proporcionar una orientación más clara, así como determinar la forma de acción más eficaz y constructiva. El progreso muchas veces se considera sólo en función de bienestar físico del hombre, de sus necesidades materiales, un progreso que se dirige al logro de un nivel de vida más alto. Mientras que la Comunidad Internacional Baha'i considera que tal evolución es indispensable para el bienestar y la felicidad de los seres humanos, opinamos que existen otras dimensiones del progreso que deben incluirse para que los seres humanos puedan alcanzar la plena realización de su potencial. Una comprensión mas profunda del valor de la vida humana y de su calidad, que cimentada sobre una base espiritual la cual conducirá finalmente al logro de la cooperación entre las naciones para el adelanto de toda la humanidad; la ayuda afectuosa que los seres humanos, hombres y mujeres, deben prestarse recíprocamente; las cualidades de confiabilidad, honestidad y justicia que deben desarrollarse para que la humanidad pueda avanzar — son todos aspectos muy importantes de la educación que es preciso incluir. La mayoría de las personas convendrán en que la educación es la clave para la motivación y el cambio en las actitudes necesario para que la generalidad de las mujeres pueda hacer una contribución significativa a la sociedad; pero debe ser una educación que vaya más allá de la capacitación de seres humanos en lo intelectual o de la adquisición de conocimientos especializados. Un sentido de valor propio, seguridad y valor, se basan en la realización del carácter moral y espiritual, hecho que se hace cada vez más evidente en los países ricos y pobres de todo el mundo.

La Comunidad Internacional Baha'i desea ofrecer las siguientes sugerencias que la Subdivisión de la Igualdad del Hombre y la mujer quizá desee examinar para incorporarlas en alguna forma a los programas relativos al Año Internacional de la Mujer.

1. Alentar la búsqueda independiente de la verdad, libre de la influencia de la familia, la comunidad o el país. Esto no quiere decir que se ha de enseñar a las mujeres una verdad, sino más bien que el espíritu de investigación libre, imparcial e independiente debe conducir en forma constructiva a la ruptura de modalidades tradicionales anticuadas e inhibidoras y llevar finalmente a la unidad de comprensión y de acción. El espíritu del pensamiento independiente debe promoverse a fin de que las mujeres ganen conocimientos, convicción y valor para tomar la iniciativa en el abandono de modalidades tradicionales que obstaculizan no sólo su propio adelanto sine también el de los hombres.

2. Subrayar la responsabilidad que tienen las mujeres de educarse y de capacitarse en las artes y las ciencias, demostrando con sus logros que sus aptitudes y facultades simplemente se han mantenido latentes. La dedicación de las mujeres a las ciencias industriales y agrícolas, por ejemplo, con espíritu de servicio a las mayores necesidades de la humanidad en la época actual, demostrará su capacidad y asegurará el reconocimiento de la igualdad en las esferas social y económica de la vida. El fomento de los derechos de la mujer por medio de manifestaciones o por grupos de presión puede producir divisiones, mientras que los aportes constructivos se reconocerán y apreciarán. Se menciona en los Escritos Baha'is que «cuando las acciones de las mujeres demuestren su poder, no será necesario proclamarlo con palabras», y que cuando los hombres reconozcan la igualdad con las mujeres «no será necesario que ellas luchen por sus derechos».

3. Destacar que el principio de la igualdad de derechos no significa necesariamente que los hombres y las mujeres deban ejercer las mismas funciones. Hay diferencias entre los hombres y las mujeres en cualidades y facultades: la presteza mental, la intuición y las cualidades espirituales de amor y servicio son cualidades destacadas en las mujeres. Es necesario dar mayor importancia a estas cualidades y lograr un equilibrio mayor entre las facultades espirituales y materiales para que progrese la humanidad. Sin embargo, el hecho de que no haya igualdad de funciones entre los sexos no debe conducir a la idea de que uno de los sexos es inherentemente superior o inferior al otro, o que son desiguales en cuanto a sus derechos. (De los Escritos Baha'is.)

4. Para hacer más hincapié en la importancia de la contribución de las mujeres como madres y como educadoras de los niños. Las enseñanzas baha'is señalan que «la educación de la mujer es más necesaria e importante que la del hombre, ya que la mujer es la formadora del niño desde la infancia. Si ella misma tiene defectos e imperfecciones, el niño necesariamente será deficiente; por lo tanto, la imperfección de la mujer implica una condición de imperfección en toda la humanidad, porque la madre es la que cría, nutre y guía el crecimiento del niño». Por esta razón, se urge a los padres baha'is a dar preferencia a la educación de las niñas si no se puede dar las mismas oportunidades de educación a los varones y a las niñas de la familia. Sin embargo, no es una idea baha'i que se deba considerar que las mujeres son importantes sólo con relación a la crianza de los niños y la atención de las obligaciones domésticas. La importancia que se asigna a la educación de la mujer en la Fe Baha'i está destinada a lograr la igualdad entre los hombres y las mujeres.

5. Dar importancia a la asistencia que las mujeres pueden dar a la humanidad como pacificadoras. Dado que las mujeres, por naturaleza, se hallan más inclinadas a la paz y les resulta más difícil que a los hombres sancionar la guerra, a medida que participen en los asuntos humanos, obtengan el derecho a votar y ejerzan este derecho, su voz naturalmente influirá en la humanidad en favor de la paz. En los Escritos Baha'is se manifiesta claramente que «cuando toda la humanidad reciba la misma oportunidad de educación y se logre la igualdad entre los hombres y las mujeres, quedarán destruidos totalmente los cimientos de la guerra. La igualdad entre los hombres y las mujeres es conducente a la abolición de la guerra porque las mujeres jamás estarán dispuestas a sancionarla».

6. Educar a todas las personas hacia la comprensión de la unidad orgánica de la humanidad. Dado que es una convicción de la Fe Baha'i que el bien de cualquier parte depende del bien del todo, mientras se mantengan a las mujeres en una posición inferior y no logren la igualdad con los hombres, los hombres tampoco podrán «alcanzar la grandeza que podría ser suya». Este principio es aplicable en todas las esferas, ya sea en relación con la raza, la clase o las diferencias nacionales en el mundo. Como ocurre en la familia — en la que deben preservarse todos los derechos y prerrogativas de todos y cada uno de los miembros, mientras que «al mismo tiempo que se apoya la unidad de la familia — el bienestar de la humanidad es dependiente de una relación equitativa y justa entre las naciones y la orientación de los gobiernos nacionales hacia toda la humanidad.

El Secretario General ha recibido la siguiente exposición, que se distribuye de conformidad con los párrafos 29 y 30 de la resolución 1296 (XLIV) del consejo Económico y Social.

Notas:

1. Paul Hoffman, "The New Pioneers of Progress," New World Outlook (abril de 1971).

Declaración Baha'i sobre obligaciones y derechos humanos

Declaración Baha'i sobre obligaciones y derechos humanos

Presentada a la Comisión de Derechos Humanos de las Naciones Unidas.

Lake Success, NY, U.S.A.—1 February 1947

Febrero de 1947

I

El origen de los derechos humanos es el conjunto de cualidades, virtudes y poderes que Dios ha otorgado a la humanidad sin discriminación de sexo, raza, credo o nación. El propósito de la existencia humana es la realización de las potencialidades de este don divino.

Los derechos humanos alcanzan estado social cuando los miembros de la comunidad advierten que el don y el ser conscientes los obliga a asumir responsabilidades ante Dios, la sociedad y ellos mismos. El mutuo reconocimiento por parte de los miembros de la comunidad de que la verdad de sus vidas emana de una misma y única Fuente universal, les permite mantener relaciones ordenadas dentro de un cuerpo social común.

El cuerpo social no crea derechos humanos esenciales. Su función es la de un fideicomiso designado para actuar por la comunidad en la preservación de aquellas relaciones que representan los logros morales de sus miembros, y para albergar y proteger esa unidad de espíritu que es su más elevada obligación mutua.

No hay cuerpo social, sea cual fuere su forma, que tenga el poder de mantener los derechos humanos esenciales para aquellas personas que han repudiado su obligación moral y han abandonado el don divino que distingue al hombre de la bestia. Las definiciones civiles de tipo político y económico, vacías de valor e influencia moral, no son equivalentes a los derechos humanos esenciales sino que expresan las conveniencias de políticas partidarias. Una sociedad ordenada sólo puede ser sostenida por seres morales.

II

La dote divina del hombre lo circunscribe a una humanidad que evoluciona y madura. La raza humana está sujeta a un principio de desarrollo progresivo que opera más allá de la voluntad de la humana. Ninguna época repite las condiciones de aquellas que le precedieron.

La evolución manifiesta en la civilización es resultado de la evolución espiritual que obra a través de la humanidad. A medida que van desplegándose nuevas cualidades podrá establecerse un área de relaciones ordenadas creciente, que requiere de cambios en la estructura social.

El estado nacional moderno aparece como un unificador de razas y pueblos diversos. Ha sido una tregua social observada por, o impuesta sobre, comunidades anteriormente separadas, independientes y hostiles. Históricamente la Nación ha representado una gran victoria moral, una etapa definida e importante en el progreso humano. Ha elevado la condición de las masas, ha sustituido la autoridad arbitraria de la tribu por la ley constitucional, ha extendido la educación y el conocimiento, ha mitigado el efecto de las disputas sectarias y ha ampliado el mundo social del hombre común. Creó condiciones bajo las cuales las ciencias naturales pudieron desarrollarse, las invenciones fueron puestas en marcha, y la industrialización dio al hombre dominio sobre la naturaleza.

Los nuevos poderes y recursos que la Nación hizo posibles no pudieron quedar confinados a los límites nacionales sino que produjeron un internacionalismo, como causa y efecto, en las relaciones sociales que ninguna nación pudo controlar. El Estado Nacional ha llegado al límite de su desarrollo como cuerpo social independiente y autodirigido. Una ciencia mundial, una economía mundial y una conciencia mundial "en la cresta de la ola" de un movimiento nuevo y universal de evolución espiritual sienta las bases del orden mundial. Concebido como un fin en sí mismo, el Estado Nacional se ha convertido en una negación de la unidad de la humanidad, en una fuente de desorganización general opuesta a los verdaderos intereses de su gente. Desde las profundidades del don divino del hombre se agita la respuesta a la afirmación de unidad que da a esta época su impulso y dirección centrales. La sociedad está experimentando lograr una transformación para realizar un nuevo orden basado en la integridad de las relaciones humanas.

III

En el pasado diferentes pueblos de diversas condiciones sociales han adoptado distintas concepciones de los derechos humanos elementales: el derecho a la ciudadanía, cuando la nación pasó a ser el pueblo y no la dinastía; el derecho a un código legal, cuando las tradiciones y costumbres fueron sustituidas por constituciones escritas; el derecho a la seguridad de la persona y a la propiedad, cuando el estado pudo imponer la paz sobre las facciones contendientes; el derecho a elegir lugar de residencia y ocupación, cuando el individuo no estaba ya sujeto a un territorio predeterminado. Una historia de los derechos podría registrar los logros morales más significativos de la raza humana en su incesante lucha por formar una sociedad duradera.

Pero un derecho sólo es válido y efectivo cuando se apoya en una soberanía independiente. Nuestro esquema heredado de derechos ha sido amenazado como consecuencia de la pérdida de soberanía real por la del Estado Nacional. Para reevaluar los derechos elementales del pasado, y para establecer nuevos y esenciales derechos adecuados a nuestra época, se requiere de una soberanía mundial. El concepto de derecho completo ha sufrido cambios. Anteriormente un derecho era la defensa contra una invasión; hoy en día el derecho es una condición social compartida por toda la humanidad. Por primera vez en la historia de la experiencia humana la ley social y moral podrá integrar y unificar cuando la humanidad como un todo esté sujeta a la misma ley. Todo lo universal es verdad divina; y todo lo limitado y sectorial es opinión humana.

La obligación y el derecho de vivir en una sociedad moral se han vuelto cruciales, es una prueba de nuestra voluntad de sobrevivir. La lucha moderna que utiliza a las naciones como sus instrumentos no es una guerra de pueblos o de dinastías, es una guerra de valores. La disputa de valores se transforma en una lucha entre aquellos seres humanos que quisieran y deben unirse en una humanidad común y un cuerpo social común, y aquellos que quisieran y deben mantenerse separados, diversos y autónomos. El mismo Estado Nacional se halla desgarrado y dividido en una lucha que involucra fundamentalmente las actitudes concientes de seres humanos individuales. Aunque en cierto grado el Estado Nacional puede actuar como un cuerpo unido, sin embargo, no puede evitar particiones en la decisión. No hay persona ni cuerpo social inmune al destino.

El verdadero destino del Estado Nacional es el de construir un puente que vaya de la autonomía local a la unidad mundial. Puede preservar su herencia moral y función sólo si contribuye al establecimiento de la soberanía mundial. Tanto el Estado como las personas son necesarias para servir como fuertes pilares que sostengan las nuevas instituciones, reflejando de ese modo la expresión más acabada y final de las relaciones humanas en una sociedad ordenada. Postergando este mandato histórico dado a los pueblos y naciones de nuestra época de unir, le daremos oportunidad y aliento a las fuerzas subversivas cuya arma es la confusión y cuyo propósito es el caos.

IV

El propósito de esta declaración no es catalogar cada derecho humano deseable sino sugerir un abordaje mediante el cual se pueda determinar la naturaleza de los derechos esenciales. Tal como se halla definido aquí, un derecho humano es la expresión del don divino del hombre cuya condición social está dada por un cuerpo moral y soberano. Un derecho logra condición social solamente luego de haberse transformado en un valor moral afirmado y sostenido como una cualidad necesaria en las relaciones humanas por los miembros de la comunidad.

Entre los derechos humanos esenciales que caracterizan esta nueva era mundial se encuentran aquellos relacionados con: (1) el individuo, (2) la familia (3) la raza; (4) trabajo y bienestar; (5) educación; (6) culto; (7) orden social.

1) El ser humano es un ser espiritual así como un miembro de la sociedad. Su naturaleza espiritual se expresa a través del mantenimiento de relaciones humanas morales en toda su esfera comunitaria, y se marchita en un estado de retraimiento y aislamiento en sí mismo, la familia, la raza o la clase. El deber del individuo es el de servir a las necesidades de una sociedad en continuo progreso. Cuando la comunidad realiza demandas sobre el individuo que se contrapone al estándar moral prevaleciente, o sufre demandas impuestas por agencias privadas, la comunidad está en peligro de fractura, ya que la ley moral es aplicable a las instituciones y comunidades grandes y pequeñas.

Debe mantenerse un patrón equitativo de derechos humanos y darse iguales oportunidades a los individuos. La variedad y no la uniformidad es el principio de una sociedad orgánica. La falta de oportunidad, la represión y las condiciones degradantes, han creado masas de personas incapaces de ejercer sus funciones de ciudadanos; estas personas son un deber moral puesto sobre la conciencia del resto, para educar al ignorante, capacitar al inmaduro y curar al enfermo.

2) El ser humano es la entidad espiritual de la humanidad, pero la familia es la entidad social inviolable y divinamente creada. El derecho del individuo a sobrevivir se identifica con el derecho de la familia de mantenerse en condiciones favorables de cuerpo, mente y espíritu. Mientras que el individuo maduro es la unidad política, la familia constituye la unidad económica, y el ingreso opera en la base de la vida familiar y su bienestar.
La igualdad entre hombres y mujeres en la comunidad moderna dota a la familia de una nueva y más poderosa conexión con las fuerzas que hacen a la evolución moral.

3) En muchos países la comunidad nacional se halla compuesta por grupos raciales en diferentes estados de desarrollo. Las condiciones que en el pasado hacían a una unidad racial exclusiva y característica se están debilitando. Los derechos y necesidades de una comunidad moderna son superiores a los derechos raciales. Sólo puede renunciarse a los derechos raciales exclusivos si se intercambian por equidad racial en la participación por los derechos superiores y privilegios que posee una sociedad multirracial.

4) El trabajo realizado por el individuo en comercio, artesanías, arte o profesión es el eje de su vida y no sólo la fuente de su subsistencia. El trabajo realizado con espíritu de servicio puede ser considerado como un acto de adoración. La obligatoriedad de trabajar es esencialmente una obligación moral que debe ser acatada independientemente de la posesión de riquezas. La comunidad no le debe nada a aquellos que pueden trabajar pero se resisten a hacerlo.

El derecho a un medio de vida se establece por medio del trabajo. Además, el trabajador tiene derecho a compartir las ganancias de la empresa.

El bienestar resulta de la coordinación de una variedad de esfuerzos dirigidos sobre el equipo y el material. Una economía sana aborda el proceso total en su variedad de relaciones humanas y no busca centrar el proceso en torno a la ventaja de ningún grupo en particular, ya sea la propiedad, dirección, conocimiento técnico, habilidad manual o consumo. El bienestar es en parte derecho del individuo y en parte de la comunidad. Bajo condiciones de competencia internacional surgen emergencias sociales desesperantes cuando no se puede hacer ninguna distinción entre el bienestar público y privado. La verdadera justicia y filosofía social aguardan la formación de instituciones mundiales y el predominio de la visión mundial.

El repudio al derecho y poder nacional de hacer la guerra representa el primer paso hacia un bienestar recíproco y una economía sana. La humanidad no alcanzará los frutos de la civilización sin una economía mundial.

5) Las raíces de la educación yacen en el don divino del hombre, y los profetas han sido los educadores universales de la humanidad.
El propósito de la educación es dar al individuo dominio sobre sí mismo, una relación creativa con la sociedad y un entendimiento del lugar que ocupa en el universo. La educación trata al hombre como un todo: su mente, sus emociones y su voluntad. Las distinciones que ahora existen entre la educación cultural, científica y técnica, la educación civil y la educación religiosa, produce personalidades incompletas y faltas de equilibrio. Los individuos sin educación experimentan cada crisis social importante de manera fragmentada, cada cual justificando un punto de vista partidario.

La educación continúa a lo largo de la vida. La ignorancia en temas que confrontan a los adultos es más perjudicial, aunque menos perceptible, que la ignorancia de parte de un niño. El derecho humano a la educación es el derecho a ingresar en el gran proceso evolutivo de la civilización. Aquellos sistemas que producen actitudes rígidas y fijaciones emocionales ya no pueden llamarse educativas.

6) El derecho humano representado por la libertad de culto o libertad de conciencia sólo se mantiene como una autorización legal otorgada a diversas comunidades religiosas para practicar y promulgar sus sistemas especiales de creencia, hasta tanto el individuo sea dotado de suficiente conocimiento espiritual para arribar a su propia decisión adulta e independiente en lo que concierne a la naturaleza de la fe.

Como ha sido demostrado que el instinto devocional es universal y ha sido asociado con infinidad de prácticas devocionales más o menos temporarias, sistemas morales y formas sociales, no existe razón inherente por la cuál este instinto no pueda ser reafirmado en términos de lealtad a la humanidad y devoción a la causa de la unidad mundial en todos los niveles. El Dios de la humanidad ya no puede ser expresado como dominio racial ni como voluntad nacional de sobrevivir a toda costa ni como un regalo religioso de salvación personal. La revelación pura de Dios ha sido dada a la humanidad a lo largo de las épocas a través de sus profetas y mensajeros. Las fórmulas secundarias y limitadas de religión prolongan la crisis moral que impide a los individuos visualizar la promesa de una era mundial.

El Orden Mundial no es otra cosa que el aspecto administrativo de la hermandad, y el derecho humano a un orden social no puede ser disociado de su derecho a una fe mundial.

7) Cada época tiene su misión particular. La formación de un orden mundial es hoy una obligación depositada sobre la humanidad.

El orden mundial es ahora legalmente posible, socialmente imperioso y divinamente ordenado. El principio de la federación ya ha unido a comunidades anteriormente independientes y distintas en raza, lengua, religión y tamaño de población. Las naciones pueden hallar una justa expresión a sus derechos y necesidades legítimas a través de una representación proporcional en un cuerpo supranacional. Hasta tanto la ciudadanía mundial sea garantizada como una condición social, los derechos humanos y privilegios alcanzados en el pasado serán socavados por la desorganización de la sociedad moderna.

Mientras se cree un orden supranacional, los gobiernos existentes tienen derecho a la lealtad y obediencia de sus ciudadanos en todos los asuntos de gobierno, acción y decisión, interfiriendo en la fe del individuo en Dios y sus profetas.

El Orden aquí descrito implica el establecimiento de una mancomunidad mundial que unifique naciones, razas, credos y clases, salvaguardando la autonomía de sus estados miembros, la libertad personal y la iniciativa de los individuos que las componen. La mancomunidad consistiría en una legislatura mundial, funcionando ésta como fideicomiso de toda la humanidad, promulgando las leyes necesarias para regular la vida, satisfacer las necesidades y armonizar las relaciones de todas las razas y pueblos. Su poder ejecutivo mundial, respaldado por una Fuerza internacional, ejecutaría las leyes y decisiones decretadas por la legislatura mundial, y salvaguardaría la unidad orgánica de toda la mancomunidad. Su tribunal mundial dictaminaría y ejecutaría un veredicto final y obligatorio en todas las disputas surgidas entre los diversos elementos constitutivos del sistema universal.

"La tierra es un solo país y la humanidad sus ciudadanos." Bahá'u'lláh (1869)

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